“El
Silencing machine representa lo que debe ser el black metal en vistas a la
década del 2010 para adelante. Es la esencia pura del black metal, pero con
todo ese bagaje de las tendencias contemporáneas. Más allá de ser una dosis
demasiado elevada de locura y caos, es el disco que le ha dado una nueva
orientación y sentido al black metal actual”.
Blake Judd vuelve a sorprendernos,
presentándonos un disco que una vez más rompe los esquemas. Las expectativas
con Nachtmystium
siempre son altas, al igual que la incertidumbre por saber que nos presentar en
cada nuevo trabajo.
Es evidente que Blake Judd siempre ha
intentado evolucionar y explorar diferentes estilos en sus discos. Así pues, el
Instinct decay fue un intento por evocar
un poco la esencia mas experimental de bandas setenteras, el Assassins fue un encuentro con el lado
psicodélico con una actitud más punkera y el Addicts, un encuentro total con toda la vertiente post gringa, principalmente con el post-punk.
Teniendo en cuenta esta evolución, y la
capacidad innata de Blake Judd por explorar nuevos sonidos y tendencias, ¿que podíamos
esperar entonces de este Silencing machine?. ¿Sonaría raro entonces,
si les digo que este trabajo podría encuadrarse como un disco de black metal industrial
o como un intento de la banda por hacer un industrial black?. Más me inclino
por la primera opción, que sin embargo podría resultar igual de válida que la
segunda.
En declaraciones del mismo Blake Judd,
previas al lanzamiento del single As made,
sostenía que una de sus grandes influencias musicales era Ministry, elogiando
principalmente al Filth Pig como uno
de sus discos favoritos de todos los tiempos y, que parte de esa influencia
estaba reflejada en este disco. Lo que no sabíamos, era hasta que punto esta
influencia se haría tangible en este Silencing
machine.
Y efectivamente así fue, este disco va en
esa dirección. Sin embargo, Judd necesitaba un comodín para lograr este
cometido y lograr que el disco sonara como suena. Esa pieza clave fue Sanford
Parker.
Lo primero que puedo decir al respecto, es
que definitivamente este es el disco de consagración de Parker como tecladista de
Nachtmystium y como productor. Más
allá de eso, al tratarse este de un disco de black metal extremo, la gran
diferencia con otras bandas, es precisamente esa influencia más industrial y
definitivamente, la marca registrada de este disco son sus teclados y los
sintetizadores. No se como explicarlo, pero se siente como si la electricidad
estuviera corriendo a lo largo de todo el disco; se siente un ambiente de
estática continua que parecería saturarlo todo. Es esta electricidad el
“principio vital” que le da vida y significado a este disco.
Parker no se cansa de lanzar secuencias y
rayos cósmicos desde el espacio exterior. Su sonido es prácticamente
electrificante. Sanford es el arquitecto, es la estructura, es el sostén, la
trama, la textura y el make-up de este disco. No hay una sola grieta o fisura
en el sonido que no sea llenada por Parker. A diferencia de los discos anteriores
en los que los teclados resaltaban en partes concretas, en este disco los
teclados corren como un “todo” estructurando, dando forma y cohesión al disco.
A lo largo de prácticamente todo el disco, los teclados son perfectamente identificables,
alcanzando por momentos algunos pasajes realmente brillantes. Innegablemente la
clave del sonido actual de Nachtmystium
se debe al sonido de Parker, que indiscutiblemente abre el espectro musical de
la banda, dándole mucha más amplitud y profundidad. A estas alturas, Parker es
para Judd, lo que en su tiempo fue Steve DiGiorgio para Chuck Schuldiner.
Borrowed
hope and broken dreams es la obra cumbre de Parker. Las teclas son
increíbles. Esta canción es la joya del disco. Como había comentado antes, todo
el disco tiene ese sonido sucio, sin embargo al llegar a esta canción, el sonido
se abre y la calidad y el sonido, son impecables. Todo es limpio. Y lo único
que me imagino al escucharla, es a un Sanford Parker flotando y viajando en
turbulentas corrientes en el espacio
sideral!.
Ahora haciendo justicia con la banda, más
allá del excelente trabajo de Sanford Parker, el resto de los músicos que
acompañan a Blake Judd en este viaje son realmente de primera. El baterista
Charly Fell y el guitarrista Drew Markuszewski son viejos conocidos de Judd, ambos
ex Lord
Mantis, una de las bandas de la escena de Chicago, al igual que el
bajista Will Lindsay (Indian y Middian), quien además se
encargó del bajo desde el anterior disco.
En cierta forma este disco es el retorno a
los orígenes, como bien lo decía Judd, es la continuación lógica de lo que
habían dejado pendiente en el Instinct
decay. Creo que muchos de los fans esperábamos que este disco sea una
continuación a Addicts, sin embargo,
Judd volvió a sorprendernos una vez más, con su retorno a las raíces más
crudas. En este sentido, creo que una buena parte del éxito fue precisamente la
incorporación en la banda de Fell y Markuszewski, músicos mucho más vinculados
con la escena black más ortodoxa, que con el black más vanguardista e innovador
(del cual Judd y Parker son hasta en cierto modo precursores) y, precisamente
esta mezcla de estilos y enfoques es lo que le da al disco esa identidad
distintiva.
El trabajo vocal de Judd es otro punto alto
del disco. A parte del registro habitual al que nos tiene acostumbrados, en
esta ocasión las voces tienen una distorsión adicional muy especial, casi
robótica en muchos fragmentos, que se fusiona por momentos con los teclados de
Parker. Otra peculiaridad pero a la vez, un distintivo del sonido de este
disco.
Como había mencionado en un principio, el
disco en general tiene un sonido “sucio”, que hasta daría la impresión de estar
saturado. Sin embargo, conforme se va desarrollando el disco, uno se va dando
cuenta que este parecería un intento hasta premeditado por parte de la banda,
por volver a ese sonido “sucio” tan característico de los discos de los
primeros discos escandinavos de black de principios de los noventa.
Tampoco debemos dejar pasar algunos
detallitos sutiles, como la participación en el disco de dos habituales
colaboradores de la banda, nos referimos a Bruce Lamont de Yakuza, quien realiza un
aporte vocal, casi susurrante en la These
rooms in wich we weep y el brillante aporte de Chris Black de Dawnbringer
en la Give me the grave, la canción
mas black n´rollera del disco.
Finalmente, el arte mismo del disco, una portada
cruda y directa. Un cara a cara con la muerte, el roce eterno de Judd con ese
lado oscuro, siempre latente, en el límite, el delicado balanceo en ese
finísimo hilo de cordura.
Otro detalle no menos significativo, es que
Judd retoma el logo original, un mensaje claro y directo, algo así como: “Seguimos
siendo una banda de black metal, ¡aquí estamos, esto es Nachtmystium!”.
No se si lo que voy a decir es demasiado
arriesgado, pero definitivamente el Silencing
machine representa lo que debe ser el black metal en vistas a la década del
2010 para adelante. Es la esencia pura del black metal pero con todo ese bagaje
de las tendencias actuales. Es un disco que le ha dado una nueva orientación y
sentido al black metal contemporáneo.
Un disco que cuesta digerirlo, pero cuando
le encuentras el gusto, fija que estará dando vueltas y vueltas en tus oídos
por un largo tiempo. Es un disco que golpea de entrada, sin anestesia, directo
al grano, pero que cuando te llega y lo entiendes, incluso llega hasta a
emocionarte. Este disco es puro feeling!.
Blake Judd y compañía, ya cruzaron la
frontera musicalmente hablando, y posiblemente en un viaje sin retorno.
Definitivamente Blake Judd ya esta en otro plano e indiscutiblemente es uno de
los mayores exponentes del metal extremo norteamericano contemporáneo.
En cierta manera este disco es una dosis
demasiado elevada de locura y caos. Si uno analiza las cosas más fríamente, uno
puede hasta sorprenderse del nivel que ha alcanzado la banda y realmente uno se
da cuenta, que ese caos y esa locura, sitúan a Nachtmystium a otro nivel, muy por encima y además a mucha
distancia del resto de las bandas contemporáneas… shine in your crazy
diamond!
Para cerrar, lo que más destaco de todo
esto de todo esto, es que Nachtmystium
siempre ha sido una banda contestataria, innovadora, pero además honesta. No
existe ninguna pose, ni en su estética ni en su propuesta. Una banda que no se
vende, ni da concesiones a nadie. Una banda que siempre ha mantenido su esencia
y sus principios, siempre evolucionando y explorando nuevas cosas, pero sin
perder su identidad. Si quieres algo autenticamente extremo y brutal, pero
además lleno de intensidad y pasión, entonces… ¡bienvenido a la Maquina
silenciadora!.
4 comentarios:
Silenciador:
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Excelente review Dieguex!
Completamnete de acuerdo en cuanto al papel de Parker a lo largo del disco, es ya clave para el sonido de la banda.
Quiero enfatizar el sonido del bajo de Will Lindsay! me parece que es maravilloso; al igual que los otros instrumentos que suenan muy bien! gran trabajo de Parker de nuevo.
Un excelente disco de una de las mejores bandas metaleras del momento, un top fijo!
Abrazo
Buenísimo el articulo Dieguex!!! Ya juntándolo con los anteriores que le dedicaste a esta banda y a su movimiento local, Blake Judd en persona debería escribir aquí mismo unas palabras jejeje.
Buen punto Machi, para ser un disco con sonido tan "black metal" el bajo suena de maravilla. Definitivamente, Blake Judd no fue ambiguo al aceptar que el nombre del disco sale de la letra de "Mr Self Destruct" de NIN; Black metal industrial como nunca antes se había escuchado.
Ahora que haran con Thurston Moore en Twilight..., sólo ellos saben...!
Estoy de acuerdo con ustedes, el trabajo de Will Lindsay en el bajo es increíble. Este es un bajista con mucho recorrido, no por nada fue hasta bajista en vivo de bandas como Wolves in the Throne Room o A Storm of Light.
Y si, el mismo Blake Judd comenta en unos de los videos de las grabaciones del Silencing, que el trabajo Lindsay fue impecable y creo que hasta resaltaba la versatilidad de él como bajista… Y para seguir y marcarle los tiempos a una banda como Nachtmystium, realmente tiene que ser un bajista fuera de serie y esto lo demostró en el Addicts y por demás en este Silencing!!!.
Y lo que dices Sebas, del nombre del disco y la influencia de NIN, ese detalle no lo sabía. Yo ya les había comentado hace algún tiempo, y que no se si algo tiene que ver con el asunto, en la Filth Pig de Ministry, la canción dice así… “Then someone asks, "How do you sleep at night?", with the borrowed dreams from a broken past”… ¿Tendrá algo que ver en concepto de la "Borrowed hopes and broken dreams"?
Un discaso… disco top del año!!!
Un abrazo
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