Rotting Christ
puso a Grecia en el mapa del metal, Theogonia (2007) es la obra
que marca el pináculo de una carrera iniciada hace más de veinte años y cuyas
raíces descienden hasta el mismo infierno; comienzan como una banda de black metal, irreverente y salvaje.
Pudieron estancarse y caer en la banalidad, como muchos de sus pares, hasta
convertirse en un parco recuerdo, el escuálido reflejo de una imagen decadente
y convencional. Pero ellos lograron ampliar sus horizontes musicales,
incorporando elementos góticos y melódicos, algo que aprecio mucho en el metal
contemporáneo. Rompiendo esquemas y barreras falaces, esta banda pudo acuñar un
sonido fuera de lo común, con esa fuerza despiadada y diabólica que le confiere
una atmosfera densa, saturando todos los sentidos en esa descarga inclemente,
un torrente brutal. Es hipnótico y casi irreal.
La primera vez que escuché el disco tuve la impresión de
presenciar la marcha de Ares sobre un campo devastado, contemplando los cuerpos
mutilados, la sangre vertida, la glorificación de la muerte, del sacrificio
heroico de aquel que combate por un ideal. Y la risa burlona de Tánatos, el
vacío aciago; la vacuidad carcomiendo la existencia. El disco tiene una cadencia
marcial, es un combate entre fuerzas antagónicas y esas guitarras en perfecta
sincronía, una estructura clásica y elegante, junto con esos cánticos abismales;
épico hasta en los más ínfimos detalles. Κατά
τον δαίμονα εαυτού, sigue la línea que impuso Theogonia y Æalo, placas que
revitalizaron plenamente a una banda que tuvo un fuerte impacto a mediados de
los 90 con esa obra sensualmente tétrica y escabrosa, Triarchy of the Lost Lovers. Aunque la discografía de Rotting Christ es excelente Theogonia
es un punto de inflexión, eleva los estándares del grupo y lo lleva hacia una
nueva etapa
Sin duda, este es uno de los mejores discos en lo que va del
año, es impetuoso y bestial, refleja a una banda en el punto culminante de su
carrera; pese a los problemas internos, Sakis Tolis toca todas las guitarras,
el bajo y los teclados, lo que le da una cohesión peculiar al disco, Rotting Christ todavía tiene mucho que
ofrecer. Es un titán con una fuerza descomunal cambiando el paradigma sobre el
cual se sustenta el metal.
1 comentario:
Hola George!
Completamente de acuerdo, este disco está sólido, como bien dices es como marchar por un campo de batalla luego de que esta fue cruenta y salvaje...
Definitivamente se ubica entre lo mejor de la discografía de estos griegos; así mismo entre lo mejor del año.
Saludos!
Publicar un comentario