The Ocean, concebida como un colectivo de artistas, en constante movimiento y
en perpetuo devenir, es un grupo de intelectuales, pomposo y grandilocuente, como
a mí me gustan las cosas. Esta banda pudo imponer un sello propio en la era del
metal progresivo al diferenciarse del marasmo habitual que invade todos los
géneros; posee un sustrato filosófico que le confiere a cada disco un
imaginario propio. Desde el impacto psicológico que me produjo Pink Floyd, creo que nunca he sentido
algo similar. Por lo general no suelo fijarme en las letras de los grupos que
escucho, pero esta banda propone una reflexión profunda, rebasando por mucho
las trivialidades a las cuales muchas bandas se someten; es una propuesta
arriesgada. De la expresión minimalista hasta la pretensión exacerbada, el arte
es polivalente y siempre condensa lo mejor de varias corrientes, por eso me
gusta el metal progresivo, no es restrictivo. El disco es sutil y delicado,
pero violento a medida que vamos descendiendo; en pocas palabras es una obra
maestra y uno de los mejores discos del año. Estos meses lo he estado
escuchando casi todos los días y mientras más lo escucho más me sorprende. La
metáfora marina es muy apropiada, la calma solo antecede a la tempestad;
versátil y dúctil, inicuo e indomable.
Pelagial es un
descenso al abismo, ahí donde mora la bestia que todos los seres humanos albergamos
y tratamos de contener con la vana idea de poder escapar a nuestros instintos
primarios; es un viaje hacia la esencia que define a la humanidad. Confinados
por nuestra moral, hemos olvidado que en el fondo solo somos un simio sediento
de sangre, un animal angurriento de poder. Durante milenios hemos tratado de
justificar nuestro comportamiento, nuestra diferencia que nos confiere
superioridad sobre cualquier otra criatura; hemos construidos dioses a nuestra
imagen, confiriéndoles atributos con la única finalidad de erigir certezas ahí
donde solo impera la duda. El significado desaparece presa de la incertidumbre
y lo único que se impone es la oscuridad. Y en esa densa noche solo podemos mirarnos
a los ojos y aceptar que nuestra libertad está cantonada a nuestros deseos; que
los actos racionales de los cuales nos jactamos, son una burda ilusión; que la
humanidad es una plaga extendiéndose sobre la faz de la tierra sembrando
desolación. Al final de ese recorrido, la muerte es nuestro único anhelo, la
única certeza que podemos comprobar, el silencio perpetuo que somos incapaces
de aceptar. Solo los ingenuos creen que todo esto es real.
Pelagial no es solo un disco,
es una obra de arte en la cual las palabras y la música se cohesionan hasta
formar una simbiosis perfecta y arrogante.
2 comentarios:
Hola George, excelente revisión!
Concuerdo contigo, The Ocean es una bandota, muy compleja y pesada en cuanto a contenido y musicalmente maravillosa. Este Pelagial definitivamente está entre mis discos favoritos del año y la verdad que personalmente me gusta más la versión cantada que la instrumental.
Un saludo!
Machi
ambas son buenas, pero fue una buena idea poner letras. Un disco bestial de principio a fin...
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