Goblin es una
banda legendaria aunque poco conocida, es un objeto de culto que alcanzó una
mayor notoriedad con la edición del Pale
Communion y la canción que les rinde tributo. Pensé que era una banda
desaparecida hace varias décadas y cuando de casualidad me topé con este disco,
grande fue mi sorpresa.
Esto me remite a
una historia caótica; el grupo se disuelve más o menos el 82, después de haber
colaborado con varias bandas sonoras; su trabajo con Darío Argento es el más
conocido. Algunos aseguran que parte del triunfo de esas películas, se debe a
la música. Goblin, tiene un sonido muy bien definido y saben construir
atmósferas densas y lúgubres. Es rock progresivo oscuro, diseñado para
acompañar películas de terror. Es una combinación metalera casi por antonomasia
y eso ha generado un interés constante, aunque moderado, por el grupo.
En los 2000,
porque cada cierto tiempo se yergue la nostalgia, y después de varias batallas
legales por el uso del nombre, el grupo se reformó para ambientar nuevamente
una película de Argento. Tras disolverse nuevamente, la banda se reformó esta
vez usando variantes: Back to Goblin, New Goblin, The Goblin Keys, Claudio
Simonetti’s Goblin y finalmente Goblin Rebirth. Son variantes, facciones oponiéndose
con vehemencia, cada cual reclamando para sí el legado de sangre y terror.
Goblin Rebirth,
es básicamente un compilado de canciones grabado hace un par de años y que no
fueron utilizadas por diversas razones. Su portada, muy similar a la infame
carátula del Born Again, no auguraba nada
bueno. Pero soy curioso y el disco es muy bueno. La leyenda sigue viva; es una
excelente introducción para las nuevas generaciones pues conseguir discos de Goblin,
no es una tarea sencilla; aún con el piratería y todos los recursos de los
cuales disponemos hoy en día, la banda se sigue escondiendo. No es un grupo es
un colectivo con innumerables variantes, casi una diáspora a la cual es muy difícil
seguirle el rastro.
Con todo, este
disco es accesible para amantes y no amantes del metal, con su aura maligna,
sus teclados setenteros, sus arreglos jazzeros, es una buena combinación retro
utilizando la tecnología del momento. La verdad, superó por mucho mis
expectativas, es un gran disco pero hay que ponerlo en perspectiva con la vasta
discografía de Goblin; al respecto cabe señalar que la otra facción, Goblin a
secas, también sacó un disco este año. Esto nos deja en un continuará…
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