Cada cierto tiempo alguien proclama la muerte del rock, su trágico asesinato o la conspiración de la industria para enterrarlo y dejarlo en el olvido; siempre hay gente rezongando sobre la música contemporánea, suspirando y añorando un tiempo mítico. Es innegable que los años setentas, marcan una ruptura y por eso mucha gente recuerda a la década con nostalgia. Era la era de la súper bandas y son la raíces de la música tal y como la concebimos hoy en día. The Who inventó la violencia en escena, Led Zeppelin redefinió el sonido y Black Sabbath le dio ese aire siniestro. Ello sin desmerecer al aporte de Deep Purple, pero contrariamente a sus contemporáneos, fue una banda inconstante y el sonido cambia radicalmente de una formación a otra. Eso por lo menos del lado británico, del otro lado del atlántico no sé muy bien lo que pasa, la escena era un poco más ecléctica, pero la más influyente sin duda fue la movida de San Francisco.
Castle - Welcome to the Graveyard (2016)
Desde hace varios años, ha surgido todo un movimiento retro que retoma mucho del sonido de los setentas pero con sus variantes muy contemporáneas. Castle, es un ejemplo muy típico del doom de los años dos mil; muy al estilo de Black Sabbath pero con un mejor trabajo vocal. Welcome to the Graveyard, cuarto disco de este power trío, muestra muy bien la vigencia que tiene el rock clásico. Podemos argumentar todo lo que queramos pero el rock no va morir, cambia y se adapta y resurge de sus cenizas cuando lo damos por desahuciado.
Es un disco muy sólido, aunque muy similar a los anteriores y esa puede ser una limitante, Welcome to the Graveyard puede parecer más flojo porque es la misma receta pero creo que suena bastante bien en el fondo y es el tipo de rock que me gusta escuchar: una batería potente, una guitarra que se luce y un buen vocalista; el rock ya no es el fenómeno de masas que solía ser, pero sigue ahí.
Mondo Drag – The Occultation of Light (2016)
Segundo disco de este quinteto, el primero llegó el año pasado y lo que aquí se destacan son los teclados, recuperando todo el sonido de los setentas en su vertiente más progresiva. Incluso cuesta creer que es un disco del 2016, bien pudo haber sido grabado en 1972 o 73; tiene un sonido muy diferente de las otras bandas retro. Creo que es un digno heredero de ese sonido experimental que exploraron bandas como Focus, Vanilla Fudge, Yes, Genesis, The Nice y los mismísimos Pink Floyd. Sin seguir el estilo de ninguna de esas bandas Mondo Drag se inserta en ese legado y creo que es uno de los discos más interesantes del año y una banda con mucho potencial.
Cada canción es una experiencia única y mientras más lo escucho, más me gusta pues descubro los pequeños detalles que caracterizan a un gran disco. De otro mundo y de otra época, ejemplifica muy bien lo fundamental que fueron los años setentas, una década a la que siempre volvemos y a la que seguimos admirando.
Blood Ceremony – Lord of Misrule (2016)
Volviendo al doom pero con sus elementos psicodélicos muy al estilo del Pink Floyd de Syd Barrett y muy similar a Jethro Tull, sobre todo en la utilización de la flauta, poco usual en el rock, el cuarto disco de Blood Ceremony nuevamente es un viaje a las raíces del rock. Al igual que en el caso de Castle, el problema es que el disco es muy similar a los anteriores pero tiene sus sorpresas y sus grandes momentos, muy buenas atmósferas y riffs excelentes. Invocación satánica de viejo cuño, es la esencia de la música contemporánea; el blues lo creó el diablo, es el mito de Robert Johnson. Es la música de los esclavos, de los inadaptados, de los sociópatas. El rock y el metal, fueron la consolidación de esa transgresión. El jazz, en su momento fue la música de drogadictos y prostitutas, al igual que el rock progresivo.
Estas bandas nos recuerdan los fundamentos históricos de la música que escuchamos hoy en día; más ruidosa y agresiva pero igual de irreverente pues en última instancia esa es la función del arte: romper los moldes del buen gusto. Tal vez lo retro no es tan interesante como lo que se hace en otros géneros, pero creo que era necesario mencionarlo.
Estas bandas nos recuerdan los fundamentos históricos de la música que escuchamos hoy en día; más ruidosa y agresiva pero igual de irreverente pues en última instancia esa es la función del arte: romper los moldes del buen gusto. Tal vez lo retro no es tan interesante como lo que se hace en otros géneros, pero creo que era necesario mencionarlo.
Radio Moscow – Live! In California (2016)
Sólo una banda más antes de cerrar, creo que esta es la más vieja de todas las aludidas, quinto disco y primer en vivo de este trío más cercano a la tradición estadounidense del blues rock. Se sitúa en la vena de bandas como The Grateful Dead, Grand Funk Railroad, Cactus, Steppenwolf, Canned Heat o la legendaria Jimi Hendrix Experience (aunque yo la considero una banda británica), es una dosis de rock puro y crudo. Siempre me gustaron los discos en vivo, pues a la banda se la juzga en el escenario y este es un gran concierto, con sus improvisaciones, sus solos, todos los ingredientes para encender a la audiencia; los tres se complementan muy bien aunque a ratos la voz no me convence del todo.
Creo que es insulso si quiera pensar que el rock ha muerto; el rock forjado por la industria musical si ha muerto, ya han quedado para el recuerdo aquellos años venturosos cuando esas bandas legendarias lideraban de las listas de ventas, pero esa nunca fue la meta. La fama y la fortuna pueden ser bienvenidas; cuando hay plata se pueden hacer muchas cosas, es el límite tangible de nuestra libertad. Pero si quieren Rock, pues aquí hay de sobra.
2 comentarios:
George muy acertadas palabras en un mundo donde el Rock y el Metal son de las mejores cosas hechas en música.
Lo que más me gustó de la lectura fue que me hizo dar unas ganas de escuchar a MONDO DRAG.
UN ABRAZO!
Gracias hermano, ese Mondo Drag es tremendo; creo que entra al top de este año...
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