miércoles, 17 de octubre de 2012

Ángeles del Infierno – 20 años de Rock & Roll en la Carretera (2007)


Los Ángeles del Inferno es una de esas pocas bandas no anglófonas que tuvieron una repercusión internacional; hasta el día de hoy siguen siendo un referente casi obligatorio para quien quiera explorar el metal de los años 80. De la década siempre recordamos los trajes coloridos, las melenas pomposas, el maquillaje risible y nos olvidamos que todo eso no fue más que la apropiación grotesca –por parte de la música pop– del imaginario que desencadenó el metal; la fuerza corrosiva dispuesta a derruir la hipocresía puritana y austera que se amparó de esa década.

Los Ángeles del Infierno, un pequeño grupo provinciano, tuvo el talento suficiente como para salir de ese enclave y a diferencia de otras bandas de su generación (como Obús, Lujuria o Barón Rojo), contaban con un vocalista que era capaz de cantar. Atribuirle todo el mérito a Juan Gallardo sería un poco exagerado, pero fue un elemento clave en el sonido que definió a la banda. Las guitarras estridentes, la potencia enardecida de la batería, las elaboradas secciones rítmicas, le otorgaron un sitial privilegiado en el metal europeo; pues si bien, en esos primeros años estuvieron de gira por toda España, su reputación rápidamente rebasó las fronteras. En vivo desplegaban esa fuerza que los equiparaba con las grandes bandas de ese momento y la analogía con Judas Priest se impone por sí misma; esa pequeña banda española podía rivalizar con cualquiera.

Pacto con el Diablo, es tal vez el mejor disco de heavy metal grabado en español; la guitarra de Robert Álvarez tiene ese sonido denso, oscuro y sucio que define los mejores momentos del género y la batería de Iñaki Munita le da mucha fuerza al grupo. Es un disco crudo grabado con los medios de ese momento y suena mejor que muchas de esas bandas que surgieron en la década, con sus teclados nauseabundos, untados de brillantina, luciendo sus instrumentos como si estuvieran en un desfile de moda. Canciones como Maldito sea tu Nombre, Rocker, Pacto con el Diablo, Sombras en la Oscuridad, Es el Principio del Fin, definen una era marcada por la ansiedad, el miedo y la crisis; no es una época colorida, como suelen recordarla aquellos que no la vivieron y aquellos que prefieren olvidar el profundo malestar que socavaba los cimentos de la civilización occidental; tan cerca del colapso y sin embargo llegamos plácidamente al final de la historia. Pacto con el Diablo forzosamente causó un impacto en un país bastante conservador, presa de un delirio religioso, era la publicidad que necesitaban y Los Ángeles se convirtieron en leyenda.

El Diabolicca, cuya grafía todavía me deja pasmado, tiene un sonido más pulido y tal vez funciona mejor, Munita le da mejor uso a su doble pedalera, las guitaras de Álvarez y García son colosales, incluso el bajo de Santi Rubio tiene mayor presencia y ni que decir de la voz de Gallardo, pocos vocalista pueden cantar de esa manera. Desde la fuerza bruta de Fuera de la Ley hasta el filo desgarrador de la canción epónima, el Diabolicca es uno de esos pocos discos que escucho de principio a fin; incluso la power ballad, obligatoria en todos los otros discos, suena bien, potente y devastadora. Y sin embargo, ahí comienzan los problemas; Al Otro Lado del Silencio es una canción más accesible para el público en general, fue un éxito radial y llevó a la banda hacia una nueva exposición mediática. Los metaleros somos leales con las bandas que nos gustan, compraremos sus discos e iremos a sus conciertos, por más que hagan porquerías de vez en cuando, pero no dejamos de ser un puñado de entusiastas y la banda quería más.

No podemos culparlos, buscaban difundir su música más allá del público español y más allá de los aficionados de ocasión, pero el resultado no siempre es el mejor. Suavizar las guitarras para llegar a las radios es un sacrilegio y es en lo que incurrieron. Joven para Morir es un disco de transición, el sonido cambia, lo que es muy perceptible en la batería que suena más como un drum machine; nunca he sido un aficionado a ese sonido, demasiado artificial para mi gusto, ni a todos esos excursos electrónicos, pero es claro que más allá de la producción, Los Ángeles querían explorar otras vertientes. Las guitarras frenéticas decrecen y se acercan más al hard rock, lo que no es malo en sí, pero detrás se siente la presión de la casa disquera.

El fichaje en Warner, tal vez no fue la mejor decisión, la compañía es conocida por haber destruido a muchas bandas al comercializarlas y convertirles en productos de exportación. No queda duda que hubo mucha presión de por medio, la banda debía moderar su imagen y su sonido si quería conquistar el mercado internacional. Efectivamente, Pensando en ti, tuvo un éxito que superó todas las expectativas y hasta el día de hoy sigue sonando en las radios; si una canción queda para la posteridad es ésa y es una pena porque el grupo tiene un catálogo que supera por mucho a una balada desabrida. Ahí comienza la decadencia de una banda que pudo conquistar al mundo con el sonido despiadado de esos primeros discos; el Joven para Morir tiene sus momentos grandiosos, Vive Libre y Prohibidos Cuentos, todavía tienen el brillo de los riffs brutales que solo Álvarez podía acuñar, pero el resto carece de fuerza.



Ahí también comienzan las tensiones internas que culminan en la salida de Munita y en los desacuerdos entre Álvarez y el resto de la banda. Para el 666, la imagen ha cambiado, sin llegar a adoptar los trajes grotescos de ese momento, la banda deja a un lado el cuero y las púas y el sonido es radicalmente distinto a todo el trabajo previó. Como no podía ser de otra manera, el 666 es uno de los discos más vendidos en la historia de la música ibérica y es una franca porquería; la canción que le da nombre es repugnante, en toda la magnitud de la palabra, cada vez que la escucho me imagino a Gallardo moviéndose en el escenario como lo haría Paul Stanley, es una imagen que me perturba y qué decir de Si tú no Estás Aquí, una canción melosa, el mejor ejemplo de por qué el metal se convirtió en un género risible en los años 80.

El metal no es compatible con los colores llamativos, las modas pasajeras y las canciones comerciales; porque es una exploración de la naturaleza humana, una reflexión sobre lo que la humanidad tiene de repudiable, es una mirada cruda a nuestros instintos más bajos y más oscuros. El metal aborda temas que preferimos dejar de lado porque es más cómodo refugiarse en la hipocresía que asumir nuestras falencias, observar y apreciar cuán repugnante podemos ser. Por ello es un género esencialmente underground y no pude salir de esas profundidades sin traicionar su identidad. Los 90 trajeron aire fresco al saturado mundo del metal, muchas bandas surgieron ampliando y elevando los cánones establecidos; otras, entraron en crisis. Los Ángeles se extraviaron en el camino, los cambios internos, la presión de la Warner, el cambio de década, todos esos factores contribuyeron a la descomposición de la banda; era un cadáver que Álvarez y Gallardo trataban de reanimar. A esas alturas un disco con material inédito era irrelevante; ya habían caído en el olvido; por eso A Cara o Cruz, fue una sorpresa para muchos. Relocalizados en México y con una nueva formación, Los Ángeles se lanzaban a la conquista de América, bastante irónico si uno piensa en la historia.


A Cara o Cruz, marca un viraje en la banda; si bien ya no es tan popero, adoptan un sonido muy similar al de muchas otras bandas latinoamericanas. Cayeron en la banalidad, aunque yo recuerdo ese disco con cierta nostalgia, está ligado a un periodo de mi vida y escucharlo siempre me trae buenos recuerdos, no deja de ser un esfuerzo bastante mediocre. Es una banda muy diferente a aquella que con alevosía y altivez, señalaba las contradicciones de la sociedad española; en los 90 es una banda más convencional, la voz de Gallardo ha madurado, el cigarrillo y el alcohol son inclementes con los vocalistas, pero sigue sonando bien, las guitarras de Álvarez se han endulzado considerablemente y sus solos ya no son tan memorables; sin Munita en la batería, perdieron las fuerza bestial que algunas vez los caracterizó. Sus letras tienen mayor orientación política, abordan temas con los cuales yo me sentía plenamente identificado, pese a que los chururú y los nananá son innecesarios.

Sigo escuchando con la misma emoción canciones como Desconocido, Detrás de las Puertas del Mal, 317 y Jugando al Amor, pero son casi gustosos culposos. Después de eso, la banda se convirtió en una reliquia, un objeto de culto y peregrinaje ligado a un tiempo mítico; qué más podían ofrecer. Siguieron de gira, promocionado los best of, que cada cierto tiempo salían al mercado para cumplir acuerdos comerciales; volver al estudio, en las condiciones bajo las cuales estaban trabajando, no era una opción viable. Los Ángeles podían descansar en paz. El Todos Somos Ángeles llegó sin previo aviso, con la nostalgia latente y con contratos recién firmados para nuevas giras latinoamericanas, entraron al estudio y el resultado sigue siendo el mismo. El disco es malo, su fuerte son las canciones suaves, más radio friendly, su cover de el Rey es bastante bizarro, pero el álbum nunca logra despegar, estamos ya muy lejos del Pacto con el Diablo; lo escuché un par de veces pero hasta ahí llegué, lo puse en su caja y lo guardé, permanecerá en mi armario como el testimonio de mi compulsión por acumular discos y listo. Eso en cuanto al marco histórico.


El cofre en sí, es una buena oportunidad para adquirir la discografía completa. Sin duda, hay un cambio radical en el sonido, era la ocasión ideal para actualizar los discos compacto de primera generación que siguen circulando por ahí; en todo caso, suenan mejor de lo que yo recordaba. El gran problema, es la ausencia de material inédito, con la excepción de Ángel del Infierno, no hay nada nuevo y es una pena, se podían  incluir demos y cortes en vivo, los bonus a los cuales ya estamos habituados; hay una notable falencia en ese aspecto, parece que todo se hizo muy rápido y sin el debido esmero, fue más un golpe de marketing. Creo que sería más interesante escuchar un disco en vivo que otro en estudio; además, para una banda que forjó su reputación en los escenarios un directo es más que necesario.

Los Ángeles del Infierno, siempre serán recordados como una de las bandas más grandiosas del metal en español, su legado es inmortal y el Pacto con el Diablo es un disco que se lo encuentra en cualquier disquera del mundo y es un logro al cual han llegado pocas bandas españolas y latinoamericanas, lo triste es que pudieron llegar más lejos; siempre me van a fascinar esas historias porque no deja de sorprenderme como grupos con tanto talento, lo pueden desperdiciar de esa manera. Grandes triunfos pero también estrepitosos fracasos; con todo, la banda se posiciona firmemente en los anales del metal y para aquellos que todavía no la conocen es tiempo ya de explorar.

Haces siempre lo que quieres, sin tener piedad
Dios eterno, todo lo haces a tu voluntad
Maldito ¡maldito sea tu nombre!

6 comentarios:

Machi dijo...

Buena revisión George!

Realmente, más allá de que no les entré a los Ángeles, es una banda importante dentro de la historia del heavy metal español. Una historia interesante la de la banda, con altibajos pero con una constancia digna de un gran grupo metalero.

Saludos!

Dieguex dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dieguex dijo...

Si, buena la revisión, disfrute mientras la leía. Por demás interesante.

Yo la verdad no soy gran admirador de Ángeles, por el contrario, yo me fui por el lado de Barón Rojo.

Sin embargo, evidentemente Ángeles es una banda importante, tanto para España como para latinoamérica en general. Y su legado, sigue ahi...

Sebas dijo...

A mi tampoco nunca me atrajo esta banda, andé por otros caminos; pero que mierdas, la reseña me hace sentir eso que todos sentimos cuando nos consolidamos como metaleros. Orgullo.

George dijo...

Yo les tengo cariño a los ángeles, fue la primera banda de metal que escuché en mi vida y así comenzó mi amor por el género; lo malo es que han hecho muchas porquerías y eso hay que señalarlo con mucho énfasis. Y Barón Rojo es una gran banda, de eso no cabe duda...

Anónimo dijo...

Buena reseña!! Conocí y vi a los angeles en vivo y fue genial, lo único que no concuerdo contigo es en no valorar musical y líricamente "pensando en tí" y "al otro lado del silencio" en especial este último tema que está dedicado a quien fue uno de los mejores amigos de Juan Gallardo que falleció en un accidente y que al escucharla en vivo no se puede evitar sentir empatía con él. Pienso que no hay ningún problema en que un tema pueda ser más suave y comercial que los demás, toda banda tiene temas más "comerciales" que otros cierto? Y si esa es una puerta de entrada a la banda para nuevos fans no esta mal. Aca estamos a veces muy cerrados con que una banda tiene que hacer todos los temas bajo un mismo parametro...bueno solo eso. Buena reseña! felicidades.