El mundo de la música siempre se ha
caracterizado por la existencia de esos personajes polémicos: las super
estrellas, los rebeldes, los incomprendidos, los contestatarios o los realmente
“controversiales”.
Sin ninguna discusión, Jeff Whitehead (más
conocido como Wrest o simplemente W.) corresponde y con suficientes méritos, al
último grupo.
Whitehead, pertenece a una camada de músicos
por demás extrema. Nos referimos a un grupo de élite radicado en Chicago, que
ha sido responsable de sentar las bases del nuevo Black Metal vanguardista
norte americano. A este selecto grupo, pertenecen también Neill Jameson (Imperial,
Krieg),
Scott Conner (Xasthur) y por supuesto Blake Judd (Nachtmystium). Todos
ellos emparentados además con Twilight.
Posiblemente, W., fue uno de los hombres más
controvertidos de la escena norte americana de los últimos años, luego de haber
sido detenido y recluido en prisión, por fuertes acusaciones. Según fuentes
oficiales, por haber “tatuado” a su novia, más allá de donde debía. A lo cual,
Judd declaraba: Es todo mentira, todos sabemos que Jeff, es un tipo bastante
paranoico, pero no es ningún psicópata. Finalmente y luego de este
turbulento episodio, Whitehead fue liberado después de pagar una fuerte suma de
dinero por la fianza. El resultado de todo aquello, fue el disco de Leviathan
del 2011: True traitor, true whore.
El titulo habla por sí solo.
Entonces, la pregunta que nos hacemos, es ¿Qué
puede pasar por la cabeza de un personaje tan singular?.
Los inicios de Wrest se remontan a su primer
proyecto en solitario, Leviathan, con
el cual grabaría algunos de los primeros discos de black metal, que ya daban
algunas señales vanguardistas e indicaban que algo nuevo se estaba gestando en
la música extrema norte americana, específicamente, en Chicago. Tentacles of whorror, es la prueba de
ello.
En el 2005, Wrest dio un giro a su sonido,
adentrándose a explorar nuevas ideas y dimensiones, que no había podido
desarrollar con Leviathan. El resultado
de ello, fue este Lurker of Chalice (reditado en el 2009).
A todas luces este es un disco extraño. Es uno
de esos discos inquietantes. Para que se entienda lo que digo, al escuchar el
disco, uno puede identificarse con uno de los típicos personajes de los cuentos
de H.P. Lovecraft, que escuchan cierta música extraña, a la vez cautivante,
pero espeluznante, ya que en el fondo sienten que hay algo siniestro en todo
ello, algo inquietante, como que existe una sombra maligna “acechando” en algún
lugar. Es algo así lo que transmite este disco.
Alguna vez comentábamos con los seres del
Abismo, que muchas veces, los límites en una banda, lo dan el resto de los
miembros, hasta alcanzar un equilibrio. En este caso, la creatividad y el
desenfreno de W. parecería no tener límites, salvo el de su propia cordura.
Este es un disco que despega en las primeras canciones y luego se queda allí
arriba, como suspendido, planeando sin un rumbo aparente, hasta que de pronto
aterriza con mucha dificultad. En ese momento, uno recién adquiere consciencia
de que el viaje ha terminado y que en todo este viaje ha sido sometido a
diferentes estímulos, alcanzando por momentos y por así decirlo, un estado de
gracia.
Más allá de estas alucinaciones, en lo
personal creo que musicalmente hablando, este disco es una de esas extrañas joyas.
El disco, tiene el mérito y la virtud de haber alcanzado un nivel musical que
hasta ese momento muy pocas bandas habían logrado. Incluso me animaría decir
que hasta en ese entonces, no había ninguna banda norte americana haciendo algo
parecido.
En términos generales, es un disco bien denso.
Es melancólico, con un aire bastante oscuro, pero por otro lado es
extremadamente experimental y sin embargo demasiado melódico, haciendo
evidentes, ciertos atisbos de luz en toda esa oscuridad.
Me resulta complicado definir el estilo del
disco en sí, ya que es una amalgama de sonidos, estilos y sensaciones. En
general, el disco se mueve en un plan más ambiental con una fuerte traza de
melancolía como hilo conductor, al cual se van sumándose progresivamente
diferentes elementos.
Abre el disco una marcha lenta casi épica a
manera de introducción, que culmina con el graznido de unos cuervos, dando lo
lugar al siguiente corte que empieza con una introducción acústica y de
repente, sin ningún aviso, una ráfaga del black más crudo ataca a tus sentidos.
Con las tres primeras canciones uno podría esperar
que el disco se moverá en esa misma línea blackera, un poco tirada a Leviathan, pero sin ese componente
caótico y abrumador tan característico. La ilusión es pasajera, a partir de la
cuarta canción, Whitehead, se embarca en un viaje turbulento y nebuloso. Ya no
hay vuelta atrás.
De aquí en delante, predominan como partes
estructurantes de las canciones, los teclados en un plan más ambiental, con partes
drone e incluso fragmentos hasta épicos, si vale el término.
Las voces también tienen lo suyo en este disco, W. hace una vez más gala de su talento como vocal, demostrando un abanico de facetas. Y bueno, al respecto, también mencionar que Whitehead es quien toca prácticamente todos los instrumentos en el disco, siendo su fuerte la batería y el bajo.
Las voces también tienen lo suyo en este disco, W. hace una vez más gala de su talento como vocal, demostrando un abanico de facetas. Y bueno, al respecto, también mencionar que Whitehead es quien toca prácticamente todos los instrumentos en el disco, siendo su fuerte la batería y el bajo.
Las guitarras son pesadas y densas, pero melódicas
y además, tienen la particularidad de ser muy melancólicas, frías por momentos,
incluso daría la sensación de que en muchas partes las melodías se van
diluyendo.
No sé si en términos generales este disco
pueda etiquetarse hasta como de “trip-hop oscuro”, pero la verdad es que en
muchos pasajes, Wrest tiene la capacidad de dejarnos prácticamente colgados,
vagando por grises paisajes casi desolados.
Este disco, está cargado de un fuerte
componente emocional y el gran mérito de Whitehead, es el de haber podido
plasmar tantas ideas, emociones y sentimientos en su música.
Como decía en un principio, este es un disco
que sin lugar a dudas, sentó las bases de ese nuevo movimiento que estaba
gestándose. En retrospectiva, parecería que Lurker of Chalice fue
algo así como una bisagra. A partir de ese momento, la movida de Chicago tomó
un nuevo rumbo. Parecería que el resto de sus compañeros asumieron la idea y
los conceptos de este nuevo estilo, para introducirlos en sus respectivas
bandas y de desde allí, gestar esta nueva vanguardia que se mantiene vigente
hasta estos días. Hoy en día, quiérase o no, este es un disco de referencia
obligatorio.
Para cerrar esta tortuosa reseña, creo que
cada uno ya puede hacerse una idea de lo que puede pasar por la cabeza de Jeff
Whitehead.
Para mí, sin lugar a dudas, con todo el caos y
conflictos personales que puede llevar adentro, Wrest para mí, es uno de los
músicos más emblemáticos y vanguardistas de la movida norte americana. Un tipo
que se arriesgó a innovar, a llevar las cosas al extremo y romper con los
moldes y estereotipos.
5 comentarios:
Muy buen artículo Dieguex!!
Este disco es un clásico y en un estílo muy muy parecido no puedo dejar de mencionar a otro clásico de The Ruins of Beverast(Alemania), el "Rain upon the Impure"(2006)...
Saludos!
Gran revisión Dieguex, al leerla voy rememorandando lo que sentí cuando escuché este disco... densidad, oscuridad y esa eterna sesación de caer hacia los abismos más profundos e inimaginables. En todo caso, creo que Whitehead siempre supo transmitir cabalmente su perspectiva de las cosas, de su mundo, en su música. Definitivamente un pilar dentro del black gringo.
Saludos!!!
Gracias!!!. Concuerdo contigo Machi. El disco es eso, una mezcla de sensaciones. Como bien dices, sientes esa inevitable sensación de estar cayendo en profundos abismos de desolación. Es un disco que te pega duro en lo más profundo del alma.
Más allá de ello, musicalmente este es un gran disco. Es un disco distinto y muy innovador dentro de su estilo.
El “Rain upon the Impure”, The Ruins of Beverast puede que vaya en esa onda, pero es un poco más duro, no?. Tiene partes mucho más blackeras. En todo caso me parece que es más intenso y no tan colgado como este Lurker.
En todo caso, se podría considerar a ambos discos , cada uno a su estilo, como precursores del post-black?
Un saludo
Jeje si, te da esa sencación de caer como diecen, pero al mismo tiempo, como estás cayendo, tb sientes a ratos que estás flotando jaja... Esa sensación me da. Es muy cinematográfico el disco.
El "RUTI" es casi como música que gotea, se chorrea lentamente... Jeje es un concepto abstracto pero lo leí en algun lado y es una descripción que se me quedó.
Creo que en cierto sentido son post-black, pero por como a ido evolucionando esa etiqueta en el tiempo, estos dos discos para mi no entran del todo ahí, aunque normalmente eso pasa no? Los precursores no suenan tanto a todo el movimiento que se genera después...
Saludos!
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