Después de que
Isis anunciara en el 2010, su eminente separación, anunciaron también que en un futuro lanzarían un trabajo póstumo, con material inédito de la banda. Trabajo que, los fanáticos de la banda, aún esperamos.
A la primera escuchada de este disco, sentí de manera inmediata, que hacer esta revisión era para mí una obligación. Mientras lo escuchaba, pude sentir una vez más esa energía que irradiaba
Isis en vivo, a la vez, de sentir cierta nostalgia (la misma nostalgia de la que nos hablaba Akira, de
Frecuencias).
Es esa misma nostalgia, la que siento al recordar el día que anunciaron su separación. Afortunadamente, tan activos como siempre lo fueron,
Isis siguió su febril camino, tan a prisa que casi de manera inmediata a ese comunicado, lanzaron un split con una de las bandas más reverenciadas por los miembros de
Isis, nada más y nada menos que con
Melvins. En ese trabajo solo encontramos dos canciones de
Isis, las cuales ya habían salido en la versión japonesa del
Wavering radiant:
Way through woven branches y
The pliable foe.
Así pues, después de la separación, cada uno de los miemb
ros siguió su camino. Aaron Harris, Jeff Caxide y Briant C. Meyer se juntarían al poco tiempo para armar un nuevo proyecto,
Crone, con el que lanzarían en el 2011, el disco
Endless midnight.
Paralelamente, Meyer siguió su camino con un nuevo proyecto,
Taiga. Además, volvió a reclutar a sus ex compañeros de
Windmiles by the Ocean, para lanzar en el 2011, el tan esperado segundo disco,
WBTO II.
Por su parte, Aaron Turner, retomó los turbulentos rumbos de
House of Low Culture, con un split compartido con el proyecto de su compañera,
Mamiffer, con la que después colaboraría en el disco
Mare Decendrii.
En entrevistas realizadas el 2011, tanto a Aaron Turner como a Aaron Harris, sostenían que la carrera de
Isis había sido tan productiva en cuestión de discos y grabaciones en vivo, que realmente tenían mucho material grabado en vivo y que prácticamente no habían tenido tiempo siquiera, para sentarse a escucharlo con calma y mucho menos, para editarlo o hacer algo con él.
Así, Aaron Turner, se refugió una vez más en los estudios de Hidra Head, para ponerse a trabajar en este material. De este trabajo, salió una nueva serie remasterizada de los cinco primeros “discos en vivo” de la banda, del I al V. Todos ellos, con material de los primeros tres discos, es decir del
Celestial,
Sgnl05 y del ahora mítico
Oceanic.
Con gran emoción, nos encontramos, con el reciente y sorpresivo lanzamiento de este flamante
Live VI. Un disco en vivo que tiene la gran novedad de presentar canciones de los dos siguientes discos de la banda, me refiero al
Panopticon y al
In the absence of truth.
Creo que la magia de este disco, está en todo el ambiente que envuelve a la grabación. El sonido es limpio. A lo largo de todo el concierto, es posible distinguir al mínimo detalle, instrumento por instrumento, por lo que se pueden apreciar muchos de los detalles que en general, pasan por alto en las versiones originales. En este sentido, yo destacaría el trabajo realizado por Briant C. Meyer, que la verdad se luce en los teclados y sintetizadores. Es el arquitecto de las texturas.
Abre el disco
Hive destruction, áspera como pocas y con un Aaron Turner vociferente como nunca. Las guitarras chirrían como pocas veces hemos escuchado, pesadas, melódicas y con cierto airesillo entre lo rockanrolero y lo blusero.
La sorpresa pasa rápido, para meternos sin demasiada anestesia, después de un corto preámbulo bien atmosférico en la
So did we. ¡
Isis empieza a latir!. Impecable, etéreo, el sonido de la banda empieza a despegar, atrapándonos en ese trance que tan bien saben manejar. Esta es ya un clásico del
Panopticon y de la banda y, de lejos una de mis preferidas en todo el repertorio de
Isis.
Luego de ello, el concierto continua con la
Not in rivers, but in drops, un temon del
In the absence, seguida por la
Gentle time del embrionario
Celestial, en la cual Meyer es quien se hace cargo de las voces.
El siguiente corte es otro clásico del
Panopticon,
In fiction, en la que la magia envuelve una vez más el ambiente. Las melodías de la guitarra de Aaron Turner van fluyendo, mientras Jeff va marcando el pulso con ese bajo casi acuático. De fondo Gallagher, con esos riffs devastadores, va en una progresión constante, creando la atmósfera propicia, hasta que esa tensión explota y Aaron Turner emerge de la nada, cantando con un sentimiento a flor de piel. De lejos, uno de los mejores temas de este disco. Esto es
Isis!!!
La siguiente canción es la
Holy tears, otra joya del
In the absence of truth. Sin embargo, lo mejor del disco está por venir.
Weight, una canción que resume a la perfección lo que es
Isis en sí. Es la esencia pura. Esta es una de las mejores versiones que he escuchado, y tiene además un plus extra, la participación de María Christopher, luego vocalista de
27 y de
Wolves in the Throne Room, quien ya cantara en la versión original del
Oceanic.
Para cerrar el disco, nos encontramos con otros dos clásicos de la banda,
Red sea del homónimo EP y
Carry, también del
Oceanic, en la que María se hace cargo de las voces una vez más.
Que más les puedo decir, una grabación que realmente llenó todas mis expectativas como fan de la banda. Una grabación que tiene la facultad de ponerte los pelos de punta o hacerte llegar a los estados más alterados de euforia.
Esperemos pues, que este sea solamente el principio de las muchas sorpresas que nos presente Aaron Turner de aquí al futuro. Por lo pronto, el “legado radiante” sigue brillando… ¡una vez más!
P.D.
Un disco para escuchar aislado, con audífonos y a todo volumen.