domingo, 27 de mayo de 2012

Storm Corrosion (2012)



Fue una larga espera, desde el momento en el que Wilson y Arkerfeldt comenzaron a componer canciones para un proyecto paralelo a sus bandas de origen, hasta el momento en cual que por fin podemos abrir el disco, olerlo, admirarlo y finalmente escucharlo. La colaboración entre los líderes de dos de las bandas más extraordinarias de estos últimos tiempos, solo podía terminar de manera apoteósica. Y es una colaboración de la larga data, Opeth se fundó a finales de 1990, como una banda más de Death Metal, de la mano de David Isberg cuya historia se perdió en el tiempo. Arkerfeldt tomó las riendas de una banda moribunda y la mantuvo a flote; pero era claro que al final de la década Opeth corría el riesgo de estancarse, pese a la crítica las ventas nunca despegaron y mantuvieron un relativo anonimato, incluso en el resto de Europa. La leyenda cuenta, que por esas casualidades del destino le llegó a Wilson una copia del Still Life y quedó deslumbrado; tuvo un primer contacto con Arkerfeldt, ambos congeniaron, intercambiaron ideas, compusieron varios temas y de esa primera colaboración surgió el Blackwater Park, estableciendo firmemente a Opeth como una de las bandas más influyentes de los años 2000.

El proyecto en conjunto comienza a tomar forma el 2010 y se inserta en una trilogía cuyo primer volumen es el Heritage de Opeth, que lleva a la banda hacia una nueva incursión musical, rompiendo algunos esquemas que definieron su sonido por casi veinte años; el segundo volumen es el disco de Steven Wilson Grace for Drowning que es una exploración de los sentimientos y de las sensaciones combinando con destreza diferentes registros musicales; ambos confluyen, ya que comparten elementos comunes, en el disco epónimo de Storm Corrosion. La primera impresión es que el disco no se asemeja a nada conocido, no es una simple fusión entre Porcupine Tree y Opeth, es algo más. El ambiente onírico que impregna todas las canciones nos transporta a terrenos desconocidos, que colindan más con la música clásica (para colocarle una etiqueta a una exploración que no puede ser clasificada), es una compleja instrumentación cuya belleza es perturbadora. El disco no deja de tener una estela maligna que se esparce sutilmente, rompiendo las imágenes y las atmosferas construidas, con un delicado toque de maldad contenida. Sin embargo, no dejará de ser una decepción para aquellos que esperan algo más ruidoso, más cercano a las raíces de ambos compositores.

Para nadie es un secreto que a Wilson y Arkerfeldt les gusta experimentar, rebasando las fronteras que les fueron atribuidas, por ello el disco rebasa todas las expectativas, construyen algo que está fuera del metal y fuera de los patrones musicales hoy vigentes. No es un disco que ganará un sinnúmero de premios para luego caer en el olvido pero podemos estar seguros que la música ahí plasmada es un legado para la humanidad. Más allá de las modas y de los géneros volubles que siguen parámetros arbitrarios, en función a gustos cambiantes y a los caprichos de la industria musical, se encuentra la trascendencia que solo puede ser alcanzada por medio de lo sublime. Sea o no de nuestro agrado, debemos reconocer que el disco rompe los limites de lo concebible imponiendo un nuevo horizonte, una belleza inmutable que rasga la realidad estableciendo un nuevo imaginario.  


jueves, 24 de mayo de 2012

Lurker of Chalice – Lurker of Chalice (2005)



El mundo de la música siempre se ha caracterizado por la existencia de esos personajes polémicos: las super estrellas, los rebeldes, los incomprendidos, los contestatarios o los realmente “controversiales”.

Sin ninguna discusión, Jeff Whitehead (más conocido como Wrest o simplemente W.) corresponde y con suficientes méritos, al último grupo.

Whitehead, pertenece a una camada de músicos por demás extrema. Nos referimos a un grupo de élite radicado en Chicago, que ha sido responsable de sentar las bases del nuevo Black Metal vanguardista norte americano. A este selecto grupo, pertenecen también Neill Jameson (Imperial, Krieg), Scott Conner (Xasthur) y por supuesto Blake Judd (Nachtmystium). Todos ellos emparentados además con Twilight.

Posiblemente, W., fue uno de los hombres más controvertidos de la escena norte americana de los últimos años, luego de haber sido detenido y recluido en prisión, por fuertes acusaciones. Según fuentes oficiales, por haber “tatuado” a su novia, más allá de donde debía. A lo cual, Judd declaraba: Es todo mentira, todos sabemos que Jeff, es un tipo bastante paranoico, pero no es ningún psicópata. Finalmente y luego de este turbulento episodio, Whitehead fue liberado después de pagar una fuerte suma de dinero por la fianza. El resultado de todo aquello, fue el disco de Leviathan del 2011: True traitor, true whore. El titulo habla por sí solo. 

Entonces, la pregunta que nos hacemos, es ¿Qué puede pasar por la cabeza de un personaje tan singular?.

Los inicios de Wrest se remontan a su primer proyecto en solitario, Leviathan, con el cual grabaría algunos de los primeros discos de black metal, que ya daban algunas señales vanguardistas e indicaban que algo nuevo se estaba gestando en la música extrema norte americana, específicamente, en Chicago. Tentacles of whorror, es la prueba de ello.

En el 2005, Wrest dio un giro a su sonido, adentrándose a explorar nuevas ideas y dimensiones, que no había podido desarrollar con Leviathan. El resultado de ello, fue este Lurker of Chalice (reditado en el 2009). 

A todas luces este es un disco extraño. Es uno de esos discos inquietantes. Para que se entienda lo que digo, al escuchar el disco, uno puede identificarse con uno de los típicos personajes de los cuentos de H.P. Lovecraft, que escuchan cierta música extraña, a la vez cautivante, pero espeluznante, ya que en el fondo sienten que hay algo siniestro en todo ello, algo inquietante, como que existe una sombra maligna “acechando” en algún lugar. Es algo así lo que transmite este disco.

Alguna vez comentábamos con los seres del Abismo, que muchas veces, los límites en una banda, lo dan el resto de los miembros, hasta alcanzar un equilibrio. En este caso, la creatividad y el desenfreno de W. parecería no tener límites, salvo el de su propia cordura. Este es un disco que despega en las primeras canciones y luego se queda allí arriba, como suspendido, planeando sin un rumbo aparente, hasta que de pronto aterriza con mucha dificultad. En ese momento, uno recién adquiere consciencia de que el viaje ha terminado y que en todo este viaje ha sido sometido a diferentes estímulos, alcanzando por momentos y por así decirlo, un estado de gracia.

Más allá de estas alucinaciones, en lo personal creo que musicalmente hablando, este disco es una de esas extrañas joyas. El disco, tiene el mérito y la virtud de haber alcanzado un nivel musical que hasta ese momento muy pocas bandas habían logrado. Incluso me animaría decir que hasta en ese entonces, no había ninguna banda norte americana haciendo algo parecido.

En términos generales, es un disco bien denso. Es melancólico, con un aire bastante oscuro, pero por otro lado es extremadamente experimental y sin embargo demasiado melódico, haciendo evidentes, ciertos atisbos de luz en toda esa oscuridad.

Me resulta complicado definir el estilo del disco en sí, ya que es una amalgama de sonidos, estilos y sensaciones. En general, el disco se mueve en un plan más ambiental con una fuerte traza de melancolía como hilo conductor, al cual se van sumándose progresivamente diferentes elementos.

Abre el disco una marcha lenta casi épica a manera de introducción, que culmina con el graznido de unos cuervos, dando lo lugar al siguiente corte que empieza con una introducción acústica y de repente, sin ningún aviso, una ráfaga del black más crudo ataca a tus sentidos.

Con las tres primeras canciones uno podría esperar que el disco se moverá en esa misma línea blackera, un poco tirada a Leviathan, pero sin ese componente caótico y abrumador tan característico. La ilusión es pasajera, a partir de la cuarta canción, Whitehead, se embarca en un viaje turbulento y nebuloso. Ya no hay vuelta atrás.

De aquí en delante, predominan como partes estructurantes de las canciones, los teclados en un plan más ambiental, con partes drone e incluso fragmentos hasta épicos, si vale el término.

Las voces también tienen lo suyo en este disco, W. hace una vez más gala de su talento como vocal, demostrando un abanico de facetas. Y bueno, al respecto, también mencionar que Whitehead es quien toca prácticamente todos los instrumentos en el disco, siendo su fuerte la batería y el bajo.

Las guitarras son pesadas y densas, pero melódicas y además, tienen la particularidad de ser muy melancólicas, frías por momentos, incluso daría la sensación de que en muchas partes las melodías se van diluyendo.

No sé si en términos generales este disco pueda etiquetarse hasta como de “trip-hop oscuro”, pero la verdad es que en muchos pasajes, Wrest tiene la capacidad de dejarnos prácticamente colgados, vagando por grises paisajes casi desolados.

Este disco, está cargado de un fuerte componente emocional y el gran mérito de Whitehead, es el de haber podido plasmar tantas ideas, emociones y sentimientos en su música.

Como decía en un principio, este es un disco que sin lugar a dudas, sentó las bases de ese nuevo movimiento que estaba gestándose. En retrospectiva, parecería que Lurker of Chalice fue algo así como una bisagra. A partir de ese momento, la movida de Chicago tomó un nuevo rumbo. Parecería que el resto de sus compañeros asumieron la idea y los conceptos de este nuevo estilo, para introducirlos en sus respectivas bandas y de desde allí, gestar esta nueva vanguardia que se mantiene vigente hasta estos días. Hoy en día, quiérase o no, este es un disco de referencia obligatorio.

Para cerrar esta tortuosa reseña, creo que cada uno ya puede hacerse una idea de lo que puede pasar por la cabeza de Jeff Whitehead.

Para mí, sin lugar a dudas, con todo el caos y conflictos personales que puede llevar adentro, Wrest para mí, es uno de los músicos más emblemáticos y vanguardistas de la movida norte americana. Un tipo que se arriesgó a innovar, a llevar las cosas al extremo y romper con los moldes y estereotipos.

Disfruten de este disco. Disfruten de este brillante en la oscuridad!


lunes, 21 de mayo de 2012

Cara Neir – Stagnant Perceptions (2011)

Cara Neir es una banda tejana compuesta de por 2 músicos sumamente versátiles y talentosos: Chris Francis en las voces y letras, y Garry Brents quien toca todo lo demás, batería, guitarras, bajo y hace coros. Se auto-identifican como una banda de crust blackero con elementos post, y la verdad que dichas etiquetas se aplican al sonido de la banda, aunque como casi siempre… se quedan un poco cortas. Este “Stagnant Perceptions” del año pasado, y que se nos pasó por acá… es caótica solidez.

Músicos con ideas claras en cuanto a la ejecución de sus instrumentos, con una base instalada dentro del black crust/punkero a lo Darkthrone y Aura Noir (Imperialist Design, The Bridge of Despise, Amaranthine Figures y The Apothecary como canciones ejemplo de ello); pero a la que suman matices de distintas características como el post metal (My Apology y Not Enough, posiblemente las mejores del disco); el hardcore/grind a lo Converge (Two-faced and Tight-lipped, Dethroned and Leprous); y finalmente, a este terrible cóctel explosivo se suma en menor medida, el progresivo pesado a lo Between the Buried and Me (Return to Torquemada, Temporal Realm y Limitless Drift); haciendo de este álbum una propuesta que debe ser escuchada por quienes vibran con estos estilos.

El disco cuenta con varios elementos de distintos sub-géneros del metal, esto muchas veces puede no funcionar, pero en el caso de Cara Neir el resultado de esta unión es lo que hace tan interesante y consistente al disco. Un disco con energía, fuerza y 11 canciones que muestran una banda interesante a seguir.

domingo, 20 de mayo de 2012

The Black - The Priest Of Satan (1994)

Suecia si bien es conocida por su death metal, también ha parido muy buen black, tenemos a Bathory, Tiamat (en sus inicios), Watain (bandaza!), Dark Funeral y así una lista media larga.
Hace un tiempo “descubrí” a esta banda llamada The Black, Al comienzo el nombre me pareció medio webitas, es decir una banda de Black metal que se llame The Black...digamos que “original original” el nombre…pues no es. El disco se llama “The Priest of Satan”…priest of satan….esto tampoco es muy innovador que digamos no? Aunque si pienso que a veces es mejor poner algo simple a mandarse con un “Into the forest of the desolation under the blackmoonwhisper tartarussatanblackvomit…” y así un título kilométrico para dar a conocer lo entendidos que son sobre el tema de grimorios, satanismo y todo lo que tenga que ver con esa nota que al final a todosleschupaunwebo porque lo único que quieren es escuchar la música (aunque siempre hay uno que otro necrosatanico from hell que se lo toma a pecho no?).

Bueno ya! La portada del disco me pareció pajisima (pajisima quiere decir cheverísimo en Perú, no digo cheverísima por que se escucha cojudísima esa palabra…sobre todo si haces un review de un disco recontrablack), como pueden ver es un dibujo de un tío con una cabeza de Baphomet levantando los bracitos, y un montón de gente ahí abajo haciendo sabe Dios qué cosa, me hizo acordar un poco a la portada de Varathron y su excelente “Walpurgisnacht”.

El logo de la banda que usaron para este disco, eso no entiendo bien; el logo de ahora es magistral…es así una enramada ininteligible que solo si sabes que la banda se llama “The Black” pues lo logras ver ahí, pero estéticamente se ve muy bien (es más, es uno de los logos blackerescos que más me gustan); Para el álbum debut pues usaron, que usaron? A ver…veo que la tipografía está más “death”, aparte le han puesto un 666, un baphometh, varias cruces invertidas, un pentagrama y un…que es eso? Es una montaña?! Quien pone una montaña en un logo?! O sea que si se les ocurría poner un dragón chino…pues ahí fácil ya estaba ya…creo que esa montaña tiene un castillo encima?!...AH! perdón! No era una montaña…ERA UN CASTILLO!!!.
El disco abre con The Beast Of Fire una intro medio del tipo de películas de terror-gore 80´teras “El cerebro-ninja-asesino-zombie del más allá” con un poco Goblin; sigue The Book Of Leviathan y aquí es donde ya todo se pone bueno, la canción muy agresiva con uno que otro sintetizador, muy preciso, nada que quite la fuerza a la canción; Towards The Golden Dawn, The Sign Of The Evil Spirit & Lady Lilith siguen la misma fórmula de la canción anterior (es más creo que usan las mismas notas pero en diferente orden), blastbeats y sintetizadores tipo “Non Servian” de Rotting.

En Black Blood usan más efectos (tipo segundo 00:35) y sintetizadores, con riffs más a lo Darkthrone (es decir medio punk); Spirit Of Solitude tiene partes de piano y un tempo (en la intro y en la parte del “coro”) que hacen este tema un poco gótico. Hasta aquí terminan los temas cortos, ninguno llega a los 4 minutos. After My Prayers tiene alguito de death, es más, ni tocan el sintetizador…salvo por el efecto de lobitos del 01:00; The Goat Of Mendes y The Priest Of Satan,son temas más tirando para el estilo del “Non Servian” de Rotting, más pesados; Aquí cabe resaltar el sonidito de The Goat Of Mendes del 00:31 que es un “WTF?!”, parece la des-garrotera del chavo del 8 en cámara lenta! En que pensaban?!

The The Black Opal Eye tiene un intro muy new age, tranquilo con guitarras acústicas bien suaves, todo es calma y paz después de la sacada de miércoles de las anteriores canciones, HASTA QUE...“YYYIIIEEEEEEEEEEEEEEAAA” y saz! de nuevo blast beats “tatatatata”, todo muy black, muy raw hasta el 3:10 donde la cosa se pone pesada, bien death y el fade out para terminar la canción. Whirlwinds Through The Land Of Ice es otro tema con intro, épico y es el más largo del disco, comienza con una tormenta y te da la sensación de que todo ya va a terminar…lógicamente uno sabe que en cualquier momento entre el “tatata” no? Pues sí! Hasta el 4:00 donde ya todo se convierte en instrumental.

The Black es una excelente banda que no sé porque se ha mantenido en las sombras, una de las cosas resaltantes es la voz a cargo de Jon Nodtveidt, más conocido por haber sido guitarrista y vocalista de Dissection. Este disco a pesar de ser raw black metal tiene elementos de death, gotico y tiene efectos de sonido que crean un aura macabra, de oscuridad y terror, el uso de sintetizador es mínimo pero preciso Y en fin! "The Priest of Satan" es un muy buen disco de black que debes escuchar si o sí.

 

martes, 8 de mayo de 2012

Wodensthrone – Curse (2012)

Loss lanzado el 2009, el primer Larga Duración de estos ingleses, tuvo una gran recepción por parte de los medios a nivel internacional; lo cual no es necesariamente un sinónimo de música extraordinaria y a decir verdad a mí me dejó bastante indiferente. Sin embargo, Wodensthrone mostraba ya, vestigios de calidad. En este caso, Curse me cautivó más.

El estilo es naturalmente un majestuoso black metal con una gran cuota de melodía. En este sentido, los blackeros más puristas no deberían tener mayor problema en asimilar este disco, como si fuera un vaso de agua. Asimismo, los que buscan un poco de novedad en su black metal podrían encontrar, aunque más difícilmente, sutiles impresiones modernas en la forma más que en el fondo, que ayudan a crear el dinamismo suficiente, permitiendo que canciones relativamente largas encuentren su evolución natural.

La producción es típica de un disco de black metal pero se escucha bien, es decir pese a tener una suerte de suciedad típica en el sonido, está lejos de escucharse como una grabación de garaje. En todo caso, las composiciones tienen cuerpo y están enriquecidas de suaves punteos y teclados esplendorosos.

Además de ofrecer un gran entretenimiento, la intención de este tipo de bandas es acercarse a la armonía que ofrece la naturaleza, reivindicando a la vez, sus culturas ancestrales. Wodensthrone sube a la cúspide del New Wave Of British Black Metal (NWOBBM).



viernes, 4 de mayo de 2012

Dreaming Dead – Midnightmares (2012)

En una muy grata sorpresa se convirtió el encontrarme con esta banda y este disco. Dreaming Dead es un trío que viene de California y está compuesto por Mike Caffel en la batería, Juan Ramirez en el bajo, y la maravillosa Elizabeth Schall (de origen chileno) en la voces y guitarras. Catalogados como una banda de death metal melódico y técnico, creo que la etiqueta queda pequeña ante todo lo que la banda nos ofrece en este “Midnightmares”, aparecen este 2012 como banda independiente y con un trabajo que de seguro llamará la atención de varias disqueras, distribuidores y especialmente nuevos oyentes.

Habiendo sacado en el 2009 su primer trabajo titulado “Within One”, la banda ya generaría atención en el movimiento local metalero gringo; pero serán estas ‘pesadillas de medianoche’ las que definitivamente darán mucho de qué hablar por todo el mundo.

Junto con las feroces voces de Elizabeth, las cuales a ratos suenan como a Dani Filth, Chuck Schuldiner o la mismísima Ángela Gossow, la instrumentación de este disco es técnicamente impecable y llena de virtuosismo, tanto la batería como el bajo suenan increíblemente pulcros. Es aquí donde debo hacer mención especial del performance de Elizabeth, las guitarras del disco son simplemente alucinantes (Elizabeth además es parte de un tributo a Iron Maiden, llamado The Iron Maidens donde hace de “Adrianne Smith” la versión femenina de Adrian Smith, así que ya se imaginarán…), su forma de tocar es precisa, llegando, al igual que toda la banda, a un cabal equilibrio entre la técnica y el sentimiento (su fans ya soy).

Es así cómo se van notando las diversas influencias admitidas y no de la banda: Death, Control Denied (las venas principales), Iron Maiden, Atheist, Arch Enemy, Kreator, Cynic, Opeth, Dissection; influencias distintas que luego se notan están muy bien mezcladas al momento de crear un disco tan interesante y tan lleno de poder. La cantidad de elementos progresivos en el álbum, también le dan un valor superior ya que muestran la calidad de los músicos que componen esta banda. Los 3 músicos tienen que manejar sus instrumentos a placer para componer de esta manera.

Cada una de las 9 canciones presentadas en el álbum tiene un motivo para estar ahí, es decir, que no hay ni un solo tema que esté demás. Todas contienen partes donde la agresión cae por el lado de la batería, las guitarras con riffs rapidísimos y melodiosos, mientras el bajo continúa dando vida; a ratos es incluso medio blackero el asunto. Luego, y en estos mismos temas donde la agresión sónica llega a ser abrasiva, existen cortes donde todo se relentiza y se vuelven hacia cosas muy progresivas, armoniosas y con estupendos solos de guitarra. Las canciones se muestran meticulosamente armadas, Overlord, Corpse Mountain, Lapse, Into the Depths, Departure, son ejemplos del alcance de la banda y su excelente manejo de tiempos.

Realmente, una maravilla de disco. Una banda muchísimo más interesante que la mayoría de bodrios que salen constantemente en este subgénero metalero. Otra de esas bandas a las que hay que ponerle los 2 ojos y oídos en el futuro, este ya candidatea para lo mejor del año.

martes, 1 de mayo de 2012

Anhedonist - Netherwards (2012)

Netherwards no es un disco que puede escucharse en cualquier momento, exige mucho, solicita que indagues un poco más, que te prepares para escucharlo. Con sólo observar la portada uno ya puede percibir que hay que acercarse con prudencia. 

Son sólo cuatro canciones, el álbum empieza con suspenso gracias al silencioso comienzo de Saturnine en la que posteriormente se despliega un riff a lo Morbid Angel con un sonido reminiscente a Incantation. Esta canción sólo es la punta del iceberg en lo que refiere a la profundidad del disco, sin embargo, disgregando un poco las influencias, ya ejemplifica el amplio uso del death metal en el disco, estilo que sirve para potenciar la alienación a la cual nos lleva el doom metal presentado por Anhedonist

Después viene Estrangement, la segunda canción, que desarrolla más los riffs doom (a lo Pallbearer, Black Sabbath) y además es otro ejemplo de la recurrente consternación y el ambiente levemente cavernoso por el cual está filtrado el sonido sobre todo de la voz.

Ciertos aires de My Dying Bride también se me vienen a la cabeza. Doom metal que atrapa ancestrales angustias formando el tejido necesario que casi recrea la sensación de que estás leyendo un libro. Música que se siente subterránea pero expansiva a la vez. 

Carne Libetaratus, el tercer tema, parece desarrollar la noción de que la única salida válida de este subnivel de "maligna existencia" en el que estamos, es disolverse… El tiempo se alarga y se suaviza, cada instrumento interpreta su papel de manera adecuada y la voz es variada.

Inherent Opprobrium, termina este disco de manera épica dejando al oyente angustiado y relajado a la vez, conectado, entendiendo y sintiendo a otro nivel lo inentendible. Hay que darle espacio, pero pareciera que Anhedonist está surgiendo en la escena underground como una de las bandas que pueden llegar a estimular la constante evolución del metal y no necesariamente a través del black metal como lo vinieron haciendo ciertas luminarias en los últimos años.

Netherwards va recomendado a los entusiastas del doom/death y del metal extremo en general. Un debut asombroso por parte de Anhedonist.