viernes, 25 de noviembre de 2011

The Atlas Moth – An ache for the distance (2011)

En la revisión de hace unos meses del A Glorified piece of blue sky, ya comentaba que esta era una de esas bandas que daría mucho de qué hablar en el futuro, y la verdad es que An Ache for the distance, confirmó de sobremanera las expectativas que teníamos en esta banda.

Ahora y en restrospectiva, me animaría a decir que en el A Glorified…, The Atlas Moth aún estaba en la búsqueda de su sonido. Este disco, resultó ser una evolución respecto al anterior EP Pray for tides del 2008. En A glorified, las influencias del sludge y el doom, se fusionaron con nuevas influencias más electrónicas, experimentales y hasta psicodélicas (que hace ya bastante tiempo que están pegando duro y caracterizando a la escena de Chicago), dando lugar a este alucinante disco, que como decía en el anterior review, fue un disco totalmente innovador y vanguardista, que posicionó a esta banda como una de las más importantes dentro de la escena extrema norte americana.

Después de este disco, The Atlas Moth, siguió buscando y desarrollando su sonido. En el 2010, lanzó el EP The one amongst the weed fields, que contaba con cuatro covers: California Dreaming de Mamas and the Papas, Fearless de Pink Floyd, Golden de Failure y la Five to one de los Doors. Este EP, por más de ser una tostadera de la más pesada psicodelia, es una muestra más de la evidente evolución y búsqueda musical de la banda.

Volviendo a este disco, en varios blogs, muchos de ellos amigos, ya se han hecho excelentes revisiones a este disco y la mayoría de ellos coinciden en mencionar a este disco como uno de los mejores del año. Nosotros compartimos esta idea. Tengan por seguro que este será uno de los discos Top en el Abismo!.

An Ache for the distance, es la consolidación musical total de la banda. Luego de todos estos años, la banda ha encontrando un sonido distintivo. Así como uno puede escuchar un disco y decir, esto es Maiden, o esto es Tool o esto es Nachtmystium, luego de escuchar este disco uno puede decir, esto es The Atlas Moth!!!.

Es un disco con un sonido concreto. A diferencia del A glorified, en el que todavía existían tramos musicales en los que la banda aún experimentaba (y mucho!), dando al disco cierta discontinuidad, An Ache mantiene una misma línea y un mismo hilo conductor. El disco mantiene la misma esencia desde la primera hasta la última canción. Esto no es poca cosa.

La complementariedad de las voces es otro punto alto en el disco. En esta ocasión, las voces principales corren una vez más a cargo de Stavros Giannopoulus, brutal como pocos, quien no se cansa de chillar y vociferar desde la primera hasta la última canción. El tono de cantar, muy agudo y en una onda muy blackera, hoy por hoy ya es un distintivo y marca registrada de Stavros.

Así pues, estas voces chillonas se entremezclan con las voces limpias y melancólicas de David Kush. Esta complementariedad es la que le da vida y pasión al disco. Al escuchar el disco resulta casi imposible, no sentir las canciones, prenderse de las voces y, empezar a chillar mirando de manera desafiante hacia el cielo, ja,ja. Es así de cierto, las voces son una parte fundamental de la magia que envuelve a este disco. Holes in the desert es la prueba!.

El papel de los sampler y sintetizadores es preponderante en este disco. Andrew Ragin, también productor del disco, es quien una vez más, se encarga de crear toda la textura que envuelve al disco. A comparación con el A glorified, en el que las partes de los teclados se limitaban solamente a ciertos pasajes con una ambientación caótica y nebulosa, en este An Ache, el progreso de Ragin es notorio. Las melodías surrealistas corren a lo largo de todo el disco, otorgándole el tono y el pulso.

Ahora, lo más representativo de este disco y en especial, del sonido mismo de Atlas Moth, son las guitarras. Andrew por fin ha encontrado un sonido y estilo peculiar y a la vez distintivo. Ese “chirrido” es su marca distintiva.

Las guitarras son un elemento clave en todo este proceso, son la esencia del disco. Para que se entienda esta idea, comparto lo que decía Sebas en una conversación que tuvimos hace algunos días sobre este disco: “Atlas Moth en este disco, es algo así como una cometa, que está volando allí arriba y ese chirrido de las violas es el cable que los une a tierra”.

Totalmente de acuerdo. Al escuchar el disco en su conjunto, uno siente y se da cuenta, de que Atlas Moth intenta transportarnos a un viaje al más allá. Este disco es toda una experiencia. Estos tipos están flotando en el espacio!.

La complementariedad en las guitarras de David, Stavros y Andrew son la muestra de la madurez y la cohesión de la banda, sin olvidarnos claro está, de la consistente base y soporte del bajista Alex Klein y del baterista Anthony Mainiero.

En resumen un excelente disco y toda una experiencia. Sin lugar a dudas, con este disco, The Atlas Moth ha logrado su consagración definitiva dentro de la escena norte americana y mundial. Un disco esencial del sonido de Chicago.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Obsequiae - Suspended in the Brume of Eos (2011)

Hay una especie de pureza que emana de Suspended in the Brume of Eos.

Obsequiae es una banda que toca folk black que trae recuerdos -guardando las distancias- a los primeros días de Agalloch, Opeth, Katatonia y Oftalamia. Pero no acaba ahí.

La música se basa en las cuerdas, aquí no escucho un solo teclado que ensucie la pureza. Como en agraciadas oleadas, las melodías que invocan las guitarras parecen conjurar ancestrales historias.

Llama la atención el hecho de que Obsequiae eligió un camino distinto al de otras bandas norte americanas black. En efecto, el estilo proyectado aquí es típicamente más europeo, pero en este caso tiene un toque de aspereza que los estadounidenses añaden para afilar el sonido. Es una movida inteligente, porque sin esa aspereza todo el conjunto podria llegar a sonar "meloso".

Alguna guitarra clásica hace su presencia igualmente, haciendo pareja con el bajo para crear interludios acústicos, pausas entre las historias.

Creo que se puede disfrutar al máximo de este disco en algún contexto lejos de la ciudad. Mejor si asomas algún bosque que acaba en un acantilado, leyendas con castillos, zorros y tal vez unicornios.

Entonces, la virtud de esta banda no sólo reside en la calidad de las melodías creadas por esos punteos y los gritos del vocal, sino en el hecho de que efectivamente toda esta música logra abrir un portal hacia las imágenes descritas en el párrafo anterior.

Casi 42 minutos de un buen debut de sonido Black Folk crudo y melódico. Sientan el orgullo de la tradición y fantasía, aunque suene un poco irónico, desde Estados Unidos, Obsequiae.

jueves, 17 de noviembre de 2011

A Storm of Light – As the valley of death becomes us, our silver memories fade (2011)

Procedente de Brooklyn, esta es la banda de Josh Graham, músico muy conocido dentro de la escena norte americana por su trabajo visual con Neurosis, y por su trabajo con Red Sparowes, proyecto compartido con los miembros de Isis Bryant C. Meyer y Jeff Caxide.

Esta es una banda con ya bastante recorrido, de hecho este es el cuarto disco de banda, mismo que fue lanzado a través del sello Profound Lore Records.

Este disco salió hace ya algunos meses. De hecho, Machi fue quien lo descubrió, pero como ocurre con frecuencia, con esta avalancha de música a la que nos exponemos a diario, muchas veces se nos escapan joyas de nuestras manos.

Hace unos días, escuchando algunos discos que prometían pero que por diferentes razones fueron pasando, volvía a dar con este disco. La verdad que agradezco haberme topado nuevamente con él, ya que este es realmente un rareza.

En líneas generales, puedo decir que este es un disco un poco melancólico. Es una combinación rara, es básicamente un híbrido entre el post-rock y el alternativo, con algunas pinceladas doom y algunos toques ambientales. Una mezcla bastante extraña, pero para nada mal.

Hace ya algún tiempo que el post-rock en general, ha llegado a un punto de estancamiento musicalmente hablando. Pareciera que la gran mayoría de las bandas se esfuerzan por tratar de sonar como Isis o Neurosis. En resumen, la gran mayoría de los últimos discos de post-rock suenan a más de lo mismo.

Es precisamente en este punto, en el cual rescato a este trabajo. Este es un disco intenso, cargado de mucha fuerza. Es sólido y consistente con muchos matices. Me atrevería decir que esta es la vena más pura del post-rock, se respira la esencia. Y esto no es casualidad, ya que como decía en un principio, Josh Graham es precisamente uno de los pioneros de este estilo.

Y bueno, creo también que en gran medida la peculiaridad de este disco, se debe a la calidad y a la experiencia de los músicos que participaron en él y que dieron vida a este proyecto. No es poca cosa mencionar la participación de Kim Thayil de Soundgarden en dos cortes del disco, o la colaboración de Nerissa Campbell, aparentemente una conocida cantante de jazz norte americana o colaboración de la mismísima excéntrica Jarboe.

Un disco que vale la pena escuchar. Un disco que nos remonta a las raíces, pero que también nos muestra la madurez de Josh Graham desde el punto de vista musical y posiblemente también desde su faceta más humanitaria.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Oranssi Pazuzu – Kosmonument (2011)

Luego del tremendo éxito alcanzado con su excelente anterior y primer trabajo titulado “Muukalainen Puhuu” del 2009, los finlandeses de Oranssi Pazuzu y todo su estrambótico black están de vuelta.

Enraizados en su crudo black metal, la banda se caracteriza por los elementos progresivos y psicodélicos que constantemente identifican sus trabajos y le dan a la banda una identidad que muy pocas bandas hoy en día experimentan y establecen (óiganse Nachtmystium, Darkspace, Virus), empujando los límites del genero hacia lugares solo alucinados. Esta banda es otra de las que demanda atención para generar satisfacción. Denso es.

Con sintetizadores, efectos y teclas a todo volumen, “Kosmonument” se erige como un viaje espacial totalmente planificado pero hacia el descontrol y el caos, aunque esto parezca carecer de sentido. Los 10 temas que integran el álbum, esta vez, ponderan mucho más la ambientación sonora, capaz de ubicar al escucha dentro de la materia negra que rodea al universo; un universo cargado de energías desconocidas pero guiadas por las melodías, ritmos, riffs y voces que indican, que tanto el viaje como la salida, son acidas y etéreas. El disco crece.

El post rock experimental, y hasta en ciertos pasajes, sludge de cada una de las canciones de este demonio anaranjado, tiene capas y capas de detalles sonoros que complementan el minimalismo de su propia penumbra, convirtiéndose en una pesadilla musical que cambia velocidades y tiempos, dificultando la descripción necesaria para esta revisión, pero sabiendo que la misma no puede ser normal.

En definitiva el disco suma, en mi caso, no solo por tratar auditivamente oscuros espacios desconocidos y tan gravitacionalmente atrayentes como un agujero de gusano que se va tragando todo, sino por tratarse de una banda sumamente propositiva desde la creación musical. Vamos Pazuzu!!