“Nuestro homenaje a este gran baterista. Un batero que pasó a la historia no solo por haber sido el baterista de Iron Maiden, sino por haber sido parte de uno de los discos más representativos en la historia del rock, el The Number of the Beast”
Antes de ayer, el mundo del rock se conmocionó con una triste noticia, la muerte de ex batero de Iron Maiden, Clive Burr (1957-2013)!!!.
La verdad que como fan de Maiden, esta noticia me pego duro, ya que siempre le tuve muy buena estima, además de aprecio por el gran trabajo que realizó en el periodo que estuvo junto a la Doncella.
Por todo lo que se puedo leer en el internet, uno puede hacerse una idea que Clive era un tipo muy querido, no solamente por la familia de Maiden, sino también dentro de toda la escena del metal, por lo que su partida realmente se dejó sentir.
La carrera musical de Clive Burr comenzó a mediados de los sententa, cuando ya empezaba a gestarse todo lo que fue la New Wave of British Heavy Metal. Su primera aparición fue en el single de Samson, Telephone del 78. Fue en este lapso en el que conoció fugazmente a Bruce Dickinson.
A finales del 79, gracias a un compañero suyo, Dennis Stratton, se unió a las filas de Maiden. El resto es ya historia, durante su permanencia, grabo tres discos clásicos: Iron Maiden (1980), Killers (1981) y el grandioso The Number of the Beast (1982).
Pese a que su aporte en las composiciones de Maiden fue escaso (Total eclipse y Gangland, ambas del The Number of the Beast), su aporte general a Maiden fue enorme, basta solo con mencionar la Prowler, The Phantom of the Opera o la misma Iron Maiden, o canciones tan épicas y brutales como la Ides of March, Murders in the Rue Morgue, Purgatory o la Genghis Khan en el Killers. En el The Number, la batería es prácticamente increíble, pero de lejos, los puntos altos de Clive fueron la Invaders, Children of the Damned, 22 Acacia Avenue, The Prisoner y por supuesto la The Number, la Hallowed be thy name y la Run to the Hills!.
En el documental The Early Days, Steve Harris comentaba, que después del Tour The Beast on the Road, la agenda de Maiden era muy exigente y que en ese tiempo Clive tenia algunos problemas personales, así que le dieron unos meses para que los solucionara: “Lastimosamente, no lo hizo”. A ello, Clive comentaba con cierta ironía y tristeza, “Yo no me quería ir… así prácticamente me echaron”. Harris finalizaba: “Fue una pena, con el tiempo los problemas de Clive se abrían solucionado y posiblemente, Clive aún estaría con nosotros, pero no podíamos esperar”.
Y así fue, Clive tuvo que dejar la banda y en su lugar entro Nicko McBrain, otro baterista fuera de serie. Según el mismo Nicko, para la grabación del siguiente disco, Piece of Mind (1983), se exigió al máximo, ya que “estaba reemplazando a Clive, un excelente baterista, y por tanto tenía que dar la talla y no podía defraudar ni a la banda, ni a los fans”. Eso ya dice mucho del concepto que tenía Nicko de Clive.
Otro detalle curioso, en los créditos finales del Piece of Mind, puede leerse: “A Very Special Thanks to Clive Burr – Good luck mate”. Un justo reconocimiento a Clive. Sin embargo, este es el único caso en el cual Maiden agradece a un miembro que deja la banda.
Tras su partida de Maiden, Clive se unió a la banda francesa de heavy Trust, con quienes grabaría dos discos: Idéal (1983) y Man´s trap (1984). Lo anecdótico de este periodo es que prácticamente hubo un enroque de bateristas. Trust y Maiden eran bandas muy amigas, así que cuando Clive dejó la banda, la primera opción fue Nicko, quien precisamente era el batero de Trust. Con la plaza vacante, la mejor opción fue Clive.
Luego de estos dos discos, Clive volvió a Inglaterra y se unió a Gogmagog, la nueva banda de Paul Di´Anno, en la que casualmente el guitarrista era nada más y nada menos que Janick Gers. Con esta banda grabó solamente un EP, I will be there (1985).
Después de esto, Clive toco en otras bandas como Elixir, Alcatraz o Praying Mantis, otra de las banda emblemáticas de la NWOBHM, en la que volvió a encontrarse con su ex compañero Dennis Stratton, y por la que años antes también había pasado Paul Di´Anno. Lastimosamente su trayectoria en estas bandas no llegó a tener ninguna repercusión.
A principios de los 2000, se comunicó mundialmente que Clive padecía de Esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso.
Maiden realizó algunos conciertos benéficos para recaudar fondos, con los cuales fundaron la Clive Burr MS Trust Fund. Otras bandas amigas, la mayoría de ellas tributos, se sumaron a estas actuaciones denominadas Clive Aid. Todos estos ingresos se destinaron a la Fundación y al estudio y apoyo de pacientes con casos de esclerosis múltiple.
Después de años de lucha contra esta enfermedad, se anunció públicamente que en la noche del 12 de marzo, y mientras dormía tranquilamente en su casa, Clive Burr había dejado este mundo.
Desde el Abismo y como fan de Maiden, rendir nuestro homenaje a este gran baterista. Un batero que pasó a la historia no solo por haber sido el baterista de Iron Maiden, sino por haber sido parte de uno de los discos más representativos en la historia del rock, el The Number of the Beast!
Clive… Now you are a free man!!!