jueves, 17 de julio de 2014

Wolves in the Throne Room – Celestite (2014)



Definitivamente, la música es una cuestión de estados de ánimo. Y hay discos, con los que tienes que estar en una misma frecuencia para poder sintonizarte y hacer contacto. Este disco es un ejemplo de ello.

Wolves in the Throne Room, es una banda procedente de Olympia, Washington. Geograficamente, esta región de los Estados Unidos, nos referimos a la parte noreste, ha dado lugar a un género bien definido y característico, el Cascadian Black Metal. Un género, con un fuerte arraigo por la naturaleza, por lo místico, lo pagano, lo ancestral. Wolves, al igual que Agalloch provienen de esta misma vertiente y aún están en un proceso de evolución, tal vez convergente.

Esta es una banda con ya bastante trayectoria, de hecho este es ya su quinto LP, y no por nada han pasado por sus filas músicos de renombre como Will Lindsay (Nachtmystium, Indian, A Storm of Light). 
 
Celestite, llega a ser un quiebre total con todo lo que la banda había hecho anteriormente. El black metal, quedo atrás. Este disco es más que nada un acercamiento a lo atmosférico. Por momentos es un disco de ambient, por momentos electrónico, a veces rozando con el drone e incluso, llega a sonar hasta como a new age. En este sentido, me pregunto si existirá alguna influencia de Burzum en este disco.

Para esta ocasión los hermanos Aaron y Nathan Weaver, han contado con la colaboración de varios músicos invitados, pero posiblemente la clave del sonido de este disco, sea la colaboración de Randall Dunn, más conocido por su trabajo como  ingeniero de sonido y productor de bandas como Earth, Sunn O))), House of Low Culture o Kayo Dot entre otras. Con estos antecedentes, uno ya se puede hacer una idea de por donde va cabalmente el sonido de este disco.

Este es un disco que suena y que mira a las estrellas. Justo hace unas semanas, leía en Cvlt Nation un artículo, que precisamente hablaba de la importancia de la música, como un medio para poder trascender el espíritu y alinearnos con las estrellas y con todo ese universo que está allá afuera.

Y tal cual, me parece que este disco está en esa misma búsqueda. Simplemente al escuchar este disco, sientes que algo infinito se abre a tus sentidos. Es difícil de explicar, pero sientes la grandeza de algo que está más allá de tu alcance. Es un disco, que te hace sentir el brillo de cada estrella, de cada constelación, de cada supernova. Definitivamente, es un disco para viajar por las estrellas, es un disco que te invita a salir de la bóveda celeste de nuestro cielo.

Sin más, uno de los discos que más fuerte ha pegado en lo que va en este primer semestre del año. Un disco para las estrellas y definitivamente un firme candidato al top de este año.





jueves, 3 de julio de 2014

Amalthea – In the Woods (2014)


Un disco que se presentó muy temprano en el año y que desde entonces es uno de los discos que mayor rotación ha tenido en mi playlist. En un género ya saturado y dominado en pretérito por la trinidad conformada por Isis, Neurosis y Cult of Luna, esta banda decide incursionar con su nuevo disco.

Amalthea definitivamente muestra porqué el subgénero denominado post-metal puede llegar a ser uno de los mejores subgéneros del metal en general, por todas las emociones que su música puede llegar a crear y transformar.  Una banda que viene desde el 2004 buscando su sonido, hasta que 10 años después lo alcanzaron con creces.

7 canciones componen este “In the Woods”, donde no hay una sola canción que baje el nivel de la travesía, con canciones largas, melancólicas, con momentos sumamente densos y pesados, y otros sumamente melódicos, llenos de solemnidad. El disco tiene elementos del post-rock, que se balancean perfectamente entre los momentos intensos, algunas veces sonando muy minimalista, cosa que los hace sonar más interesante. Es un disco que estará con toda seguridad entre los mejores discos del año.

Sonido abierto, un excelente disco para disfrutarlo al aire libre, yo lo hice en un viaje de trabajo que tuve y realmente fue gratificante por toda la atmósfera que emana de su música. En sus canciones se pueden escuchar instrumentos como la viola, la trompeta o incluso el trombón… y que junto a toda la instrumentación y las voces guturales y limpias se estructuran canciones muy bien compuestas e interpretadas.  Totalmente recomendado.