jueves, 19 de marzo de 2015

Toundra - IV (2015)



Toundra  es una banda que rompe completamente el estereotipo del metal español. Si bien tratamos de ser progresistas y abiertos, muy en el fondo seguimos siendo conservadores, repitiendo hasta el cansancio ideas preconcebidas, chismes sacados de la red y prejuicios que reproducimos sin querer. De España, se habla en demasía del heavy metal: Ángeles del Infierno, Barón Rojo, Obús, Lujuria, Panzer y otras más; fue la edad de oro del metal español, es su legado y a la vez su estigma. En paralelo, grupos como Ñu y Labanda, anunciaron el sonido que será popularizado por Mago de Oz, banda con una explosiva popularidad en Latinoamérica. Luego, está el power: Avalanch, Tierra Santa, WarCry, Vendaval, Opera Magna y las demás. A grandes rasgos ese es el catálogo del metal español. Por ello, enterarme que Toundra es una banda madrileña, fue una sorpresa en más de un aspecto. 

Superada la anécdota, no se puede negar que el disco de Toundra, suena bien; salió hace ya un par de meses, pero necesitaba un cierto tiempo para poder asimilarlo por completo. En esta frenética búsqueda de material virtual, creo que es necesario bajar el ritmo y disfrutar de la música, más allá del entusiasmo inicial. Buscando un poco más en los antecedentes de la banda, puedo decir que los Toundra tienen un catálogo bastante impresionante. Están en pleno ascenso y tienen una reputación muy sólida en la escena europea. Pero tal vez, lo más impresionante del caso es que se trata de un álbum narrativo siendo instrumental; no hacen falta palabras para poder contar una historia. Cada canción es una experiencia única pero conforman una atmósfera comprehensiva muy bien lograda; las canciones pueden funcionar bien solas, pero funcionan mejor dentro de una macroestructura. Es el aspecto que más aprecio de este disco; ante la impaciencia colectiva, las personas se aburren fácilmente y pasan a la siguiente canción sin mayores remordimientos. De un disco, se pueden rescatar un par de canciones y el resto cae en el olvido; es la era de lo efímero. Muchas veces, nos olvidamos del hecho que un disco es una obra de arte, concebida para ser escuchada de principio a fin; los Toundra, y no son los únicos, rescatan una vieja tradición en la música: transmitir sensaciones. 

Demasiado cegados por espectáculos cada vez más elaborados, y por el peso desmesurado de la industria de la música, creo que hemos olvidado un aspecto esencial. De cuando en cuando, es necesario sentarse, apagar las luces y las pantallas que nos hostigan sin cesar, para escuchar un disco y valorarlo en todas sus dimensiones. Toundra es una banda que recupera una esencia perdida, como lo hizo el rock progresivo, el jazz en su momento y la música clásica antes de todo esto. No voy a decir que son precursores, el post ya tiene veinte años de trayectoria; Pelican, Tortoise, Mogwai, Slint¸ marcaron el camino; los Toundra lo están recorriendo pero también están dejando su huella. Este es uno de los mejores discos en lo que va del año y me parece justo que los Toundra tenga una mayor exposición mediática.    

martes, 3 de marzo de 2015

Kveldsmoerke - Oyen I Havet [ep] (2015)

Noruega se ha caracterizado desde hace ya algunas décadas, por haber visto nacer a las bandas de Black Metal más emblemáticas y radicales del planeta. Basta con mencionar a Mayhem, Emperor o Satyricon entre otras cientos de bandas. Por otro lado, la expansión musical del género ha dado origen a otra corriente más conocida como el “Black-Avant-garde”, donde Ulver, Arcturus, Enslaved, Borknagar o Solefald ya son leyendas!!!.

Es muy probable, que me digan que he obviado a tal o cual banda, lo cual precisamente demuestra, la amplitud de opciones que nos propone la escena noruega.

En el contexto general, Escandinavia siempre ha tenido un sello propio, una marca registrada. Por eso mismo creo que siempre ha sido difícil para muchas de estas bandas, salir del libreto, de los cánones ya establecidos por sus mayores, por sus bandas de referencia y por la misma escena, que en muchos casos, sigue pidiendo más de lo mismo. La afirmación de los valores culturales y el rechazo a las corrientes foráneas.

Por eso mismo creo que Cult of Luna tiene un bien merecido sitial entre las bandas suecas, que se animaron a proponer algo diferente dentro de su escena. Aunque claro está, con una marcada tendencia hacia el post-metal que se estaba gestando en los Estados Unidos. Cult of Luna, son los herederos escandinavos del legado de Isis y Neurosis.

En los últimos años, se ha dado la proliferación del Death Metal Sueco más genérico. Sin embargo y como decía antes, estas nuevas bandas intentan volver a lo mismo, a lo clásico, a las raíces escandinavas y el resultado es que todas suenan a Entombed, Dismember o las más tradicionales, a Bathory. Aquí un punto aparte, siempre hay bandas que salen del molde, las destinadas a ganarse un nombre y estilo propio. Morbus Chron o Tribulation son ejemplos de ello.

Lo que sí es un fenómeno nuevo, es la aparición de una nueva generación de bandas escandinavas, con una propuesta diferente y más contemporánea. Buenos ejemplos son las bandas que nos presentó Machi en su último post, A Swarm of the Sun y Burweed. En esta nueva camada incluiría a esta banda noruega, Kveldsmoerke.

Dar con esta banda fue toda una sorpresa. En realidad, este es un proyecto o banda de un solo miembro, más conocido como RNR. Procedente de Bergem (la ciudad que vio nacer bandas como Ancient, Burzum, Borknagar, Gorgoroth o Immortal), resulta ser toda una variación al black metal tradicional de esta ciudad.

A los defensores del sonido tradicional noruego les digo, no se engañen, esto no es avant-garde!!! Esta banda es un claro ejemplo de lo que podríamos considerar hoy en día como post-black metal. Y la idea realmente me agrada. Ya era hora que en Noruega aparecieran propuestas nuevas que se encaminen por nuevos rumbos, sin perder claro está, su oscuro linaje.  

Kveldsmoerke (u Oscuridad de la noche, en castellano), es un proyecto relativamente nuevo, que cuenta hasta la fecha con un demo, un larga duración, un disco compilatorio y este EP de dos canciones, cada una de ellas de más de 10 minutos.

Musicalmente, la propuesta me parece interesante. La primera canción, en la que se oye de fondo el silbido del viento, empieza con ese típico riff post-rockero, que me hizo recuerdo de manera casi inmediata a Jesu. Ese ya es un indicador de por dónde puede ir el disco. La segunda parte de la canción, cuando ya empieza a despegar, fácilmente nos podría hacer recuerdo a Agalloch o a Wolves in the Throne Room.

Como les digo, musicalmente el sonido está más orientado al tipo de sonido del “Cascadian black metal”, que además de ser otra historia dentro del USBM, tienen no más un fuerte componente “post” sutilmente incorporado.

Y la cuestión no queda ahí, la parte vocal es otra de las particularidades de este disco. La voz no es ni chillona, ni gutural, ni siquiera es cantada. En cierta manera es más bien recitada, tal vez como la voz que narra la historia del Blood on Ice de Bathory.

La segunda canción es prácticamente un black más estándar, aunque bien atmosférica por los teclados y sistetizadores, pero mantiene esos riffs que la emparentan más con el post-black norte americano, que con el black metal noruego más ortodoxo.

Otro de los detalles que me gustan y que resaltan en esta segunda canción, es el bajo. Al escuchar el bajo, es casi imposible no pensar inmediatamente en el Steve Harris. Con esto, no estoy insinuando que este bajista sea un prodigio ni mucho menos, me refiero  a la técnica, al estilo que emplea. A ese galope chirriante y a ese golpeteo metálico de las cuerdas. Se siente la fuerza que le da el bajo, principalmente a la parte final de la canción.

Puede ser que a una primera escuchada uno no termine de digerir el disco. Pero a medida que uno lo va escuchando van apareciendo los detallitos. Posiblemente este está lejos de ser uno de los mejores discos del año, pero innegablemente uno se da cuenta que esta propuesta tiene mucho de novedoso. Hay algo diferente en esta propuesta y eso es lo que más rescato.

Kveldsmoerke, es una banda que estoy seguro, dará de que hablar en los próximos años. Y quien sabe, tal vez hasta sean los pioneros y precursores del nuevo black metal noruego.