Los discos que más escuché en estos seis meses fueron estos, unos más otros menos, pero estos son los que más se quedaron y gustaron, habrá que ver todavía cuantos llegan a fin de año, pero en un segundo semestre donde se vienen discos de Hammers of Misfortune, Subrosa, Witherscape, In the Woods, y Opeth... entre otros, el año pinta muy bien.
Han pasado 45 años desde
que salió el Santana III, cerrando una etapa en la historia de la banda. Cuando
entraron al estudio para grabar el Caravanserai, en 1972, las cosas habían cambiado.
Carlos Santana quiso enfocarse en el jazz; en su momento, el presidente de
Columbia Records, fue claro al establecer que era un suicidio artístico, pues
marca una ruptura abrupta en relación a los tres primeros discos. Es el
comienzo del declive comercial de Santana. El guitarrista pensó que enfocarse
en un estilo, lo limitaba a nivel musical, él quería experimentar; siempre fue
su ambición, hacer de la banda un colectivo y colaborar con los mejores músicos
de ese momento. Gregg Rolie y Neal Schon, frustrados salieron de la banda y
formaron Journey, pero esa es otra historia.
La Santana Band ganó
notoriedad por su único y casi indefinible estilo musical, una fusión entre los
ritmos latinos, el jazz y el rock-pop. Fundada como una banda de blues,
lentamente fue gravitando hacia un formato libre más próximo del jazz. Sus
conciertos legendarios en Fillmore East, consolidaron su reputación en la
capital de la cultura hippie; esos conciertos eran una experiencia
sobrenatural, en concordancia con el espíritu de la época: las drogas y el amor
libre. Bill Graham vio el potencial de la banda y consiguió un contrato con
Columbia Records, pero antes de entrar al estudio era necesario que la banda
comience a estructurar sus canciones para adaptarlas al formato de un LP; de
ahí el toque pop de algunas de las canciones del disco epónimo. Todos
recordamos Woodstock, el solo de batería de Michael Shrieve, los timbales de
Chepito Arias, las congas de Mike Caravello y el solo extraordinario de Carlos
Santana. Fue su primera gran exposición mediática y una de las más icónicas. El
primer disco fue un éxito rotundo, seguido casi de inmediato por el Abraxas, un
disco más ambicioso y mejor estructurado, y luego el Santana III ya con Neal
Schon, el joven prodigio de diecisiete años.
Es la etapa dorada de la
banda y la más laudada; sin embargo, la carrera de Santana no termina ahí. Sacó
muy buenos discos, incluyendo el Live grabado con Buddy Miles (1972), el Love
Devotion Surrender (1973), en colaboración con el gran John McLaughlin, uno de
los mejores discos en el vasto repertorio de ambos guitarristas; el
Illuminations (1974), junto con Alice Coltrane, El Welcome (1973) y el
Borboletta (1974) junto con la nueva Santana Band, cerrando el ciclo de
experimentación con el Lotus (1974), disco triple en vivo. Sin duda, es una
etapa más ecléctica, pero son discos muy bien logrados. Amigos (1976), Festival
(1977) y Moonflower (1977), son discos de transición. La etapa experimental de
Santana es tal vez la más interesante pero esos discos no suscitaron ningún
interés; el Amigos fue grabando con el objetivo de volver a un sonido más
comercial y accesible, no es un mal disco, muy popero para mi gusto, pero tiene
canciones maravillosas como Europa, con un bestial solo de guitarra y Gitano,
escrita y cantada por el gran Armando Peraza, uno de los percusionistas más
respetados de las escena latina; Dance Sister Dance, es una canción que
funciona mejor en vivo y ahí Greg Walker muestra todo el poder de su rango
vocal, por ello considero que la versión del Moonflower es la definitiva.
Festival es un disco muy
interesante, muy latino, Revelations es de las mejores canciones que tiene la
banda, nunca podríamos cuestionar la habilidad de Santana y la manera como crea
atmósferas;la secuencia Carnaval/Let the
Children Play/Jugando, tiene más fuerza en vivo. Por ello, considero que el
Moonflower cierra definitivamente la primera etapa de la banda; nunca más
tendrán ese sonido, nunca más tendrán ese brío; lo que sigue es la travesía del
desierto. Inner Secrets (1978) y Marathon (1979), marcan su viraje casi
definitivo hacia el pop.En paralelo, el
guitarrista sacó dos discos como solista, utilizando su nombre budista:
Devadip, Oneness – Silver Dreams, Golden Reality (1979) y The Swing of Delight
(1980). Son discos muy raros, hace tiempo que no los escucho, creo que hasta he
olvidado como suenan. Lo que sigue es la década perdida, dejando de lado del
Zebop! (1981), que tiene grandes momentos musicales, lo demás es intrascendente. Cada uno de esos
discos tiene sus pequeñas joyas, pero en conjunto es una etapa sin mucho
contenido. Tal vez, el disco más interesante del periodo es el Viva Santana!
(1988), una retrospectiva de la carrera de la banda. La mayor parte de las
canciones son versiones en vivo y hasta el día de hoy sigo esperando la
reedición de esos conciertos. En realidad es lo que les falta, testimonios de
la fuerza que desplegaban en escena.
En 1992 salió Milagro, un
disco que pasó desapercibido y sin embargo es un regreso al sonido clásico, esa
fusión entre jazz, rock y ritmos latinos. Fue uno de los primeros discos que
tuve en mi vida y aún lo sigo escuchando con el mismo entusiasmo; dejando a un
lado un par de temas flojos, es un disco excelente. En 1994, salió el último de
los discos solistas de Carlos Santana, que entretanto abandonó el budismo para
dedicarse exclusivamente a su vocación de cristiano, Brothers, grabado con su
hermano, Jorge Santana, y su sobrino, Carlos Hernández, es un disco que retoma
la experimentación. Explora diferentes estilos y géneros, es un despliegue de
técnica y de pasión; es un disco excelente y también pasó desapercibido. Como
anécdota, cabe señalar en toda la década de los 90, los rumores de una posible
reunión de los miembros clásicos de la Santana Band, se hizo muy presente, más
aún cuando la banda fue entronizada al salón de la fama de rock and roll. Gregg
Rolie fue el artífice una reunión fallida, pues Carlos Santana no quiso
participar, pero los miembros restantes: José Chepito Áreas, Michael Shrieve,
Mike Caravello y Neal Schon sacaron un disco tomando por nombre Abraxas Pool
(1997), en homenaje al disco más exitoso (hasta ese momento) de Santana. No
hubo ninguna repercusión en los medios y la placa sigue ahí, empolvándose en
los anaqueles. Sin embargo, es un disco muy bueno, muy interesante, pero suena
distinto; Neal Schon es un gran guitarrista, pero sin Santana la banda pierde
su magia.
Y luego, Santana, el
guitarrista y su nueva banda, cierran la década con el disco más exitoso de
toda su carrera, Supernatural (1999). Cuántos artistas pueden jactarse de eso,
sobrepasar el éxito de su juventud. Ese disco revitalizó plenamente la carrera
de la banda y es uno de los discos más galardonados por la industria musical. Descartando
a los Who que siguen de gira, es la única de la bandas de Woodstock que sigue
activa, que sigue sacando discos y que sigue teniendo éxito. Es la única banda,
de las que forman parte del salón de la fama, que pudo sobrepasar el éxito de
sus años de gloria. Rompe demasiados estándares y ahí todo el mérito lo tienen
los productores que concibieron el disco como un compilado de grandes éxitos. Reproduce
una vieja técnica en la banda, colaborar con varios artistas y Santana supo
rodearse muy bien: reúne lo mejor y lo más comercial de los 90. Con ello,
Carlos Santana se convirtió en un intérprete de grandes éxitos y los discos que
siguieron repiten la misma fórmula: muchos covers y canciones compuesta por los
“invitados” y muy pocas composiciones propias. Shaman (2002) fue exitoso, pero
no es un buen disco, All That I Am (2005), es pésimo, de lo peor que tiene
Santana; ahí perdí mi fe en el grupo. Pero como soy obstinado y me obsesiono,
me dio curiosidad cuando la banda sacó el Guitar Heaven (2010).
No está nada mal, aunque
tiene versiones muy raras de Back in Black y de Under the Bridge; es un disco
de covers bastante atípico, de los Beatles, pasando por Def Leppard y Van
Halen, a los covers de siempre: Led Zeppelin y Cream, sin olvidar a Deep Purple. Pero suena mejor que
cualquiera de los discos con el all-star line-up. Es más rockero y por eso me
gusta, me trajo recuerdos y reavivó mi interés por esa banda. También por esas
fechas volvieron a surgir los rumores de la posible reunión del line-up
clásico. Nunca les tuve mucha fe, la banda seguía de gira como siempre, incorporando
a nuevos músicos, abriendo espacios a jóvenes talentos, interpretando los
clásicos de siempre. Y tras cuarenta años de ardua espera, Carlos Santana y
John McLaughlin reunieron fuerzas para liderar por primera y única vez el
mítico festival de Montreux en 2011; un concierto emotivo que rescata lo mejor
de ambos guitarristas: el jazz, el blues, el góspel, la Santana Band y la
Mahavishnu Orchestra; es un tributo a la
música y un regalo para los fans. Ese es el Santana que me gusta y que marcó mi
juventud. Al año siguiente salió el Shape Shifter, un disco excelente que contra
todo pronóstico incorpora mucho del sonido que la banda forjó a principios de
los 70 junto con esa producción pulida muy característica del sonido de Santana
desde el Supernatural. El 2013, en un documental de no sé canal de televisión
que le siguió la huella a Marcus Malone, fundador de la Santana Band y coautor
de la legendaria Soul Sacrifice, se hizo el anuncio oficial. Entre paréntesis, después
de un breve periodo en la cárcel, Malone se convirtió en un indigente y vivió
en las calles por cuarenta y dos años; el canal de televisión organizó un
emotivo reencuentro con Carlos Santana, más una farola que otra cosa, pero ahí
el guitarrista confirmó que los miembros clásicos de la banda iban a grabar un
disco y Malone estaba invitado a participar.
El 2014, las esperanzas
de un nuevo disco con la Santana Band, cuasi original, se esfumaron cuando el
grupo volvió al latin-pop con un disco bastante cursi llamado Corazón; nada
excepcional y esa su versión de Oye Cómo Va, con Pitbull como invitado, es
ofensiva. Nota al pie de página, es el último disco en el que participa Raúl
Rekow, miembro de la banda desde 1977, aquejado por un cáncer fallece el 2015. Pese
al comunicado oficial, pensé que el disco nunca iba a salir, siempre es difícil
conciliar egos y aceptar los errores del pasado. 2016, el Santana IV; si quiera
enunciarlo es prácticamente irreal. Pero ahí está y desde la primera nota nos
envuelve el recuerdo Neal Schon y Carlos Santana intercambiando solos y los
maravillosos teclados de Gregg Rolie. Es un disco muy parecido al Abraxas Pool
(una banda que trata de capturar el sonido de su pasado), aunque más largo y por
eso es menos eficaz. La batería de Michael Shrieve a ratos suena como un
drum-machine y eso me deja desconcertado; los grandes ausentes son David Brown,
fallecido en 2001, José Chepito Áreas, porque es notoria su aversión hacia
Carlos Santana y Marcus Malone que ha retomado su carrera como músico pero no
fue convocado por la banda. Benny Rietveld, retoma su posición en el bajo, está
con la banda desde los años 90 y Karl Perazzo en los timbales, también un viejo
acólito del guitarrista.
El Santana IV, no tiene
muchas sorpresas pero suena bastante bien; tiene canciones excelentes y es uno
de los mejores discos en el vasto repertorio de la banda y del guitarrista.
Tiene un sonido plano y muy pulido, muy FM, siguen siendo las consecuencias del
Supernatural y sin embargo es una banda que parece disfrutar el momento,
dejando a un lado todos los problemas que llevaron a su
colapso; haciendo las paces con el pasado, parece ser el denominador común de
esa generación. Es la nostalgia la que impera, es una generación que cambió a
la música y es una generación que lentamente se apaga. Una última mirada hacia
atrás, hacia lo que fuimos, hacia nuestros anhelos, pensando en cómo quisiéramos
ser recordados.
En cuestión de Black Metal, los gringos no dejan de sorprenderme. Estados Unidos, es un país muy grande, con una variedad enorme de regiones definidas por diferentes ámbitos geográficos, definidos a su vez por diferentes entornos socioculturales (el entorno de limita, pero además te define). Desde sus inicios, este país ha albergado a miles y miles de migrantes de diferentes lugares del mundo, quienes además de haber dejado descendencia, dejaron una huella con su propia identidad cultural. Siguiendo en esta línea, es que nos encontramos con una variedad significativa de bandas de Black metal, que de una u otra manera, responden a sus entornos geográficos, culturales, sociales o históricos. Así pues, nos encontramos con este disco, que según lo poco que pude investigar, es un disco que en cuestión ideologica, es toda una tesis sobre lo “eslavo” (un grupo grande de pueblos europeos, que incluye a tanto a checos, eslovacos, pomeranios, polacos, bielorrusos, ucranianos y rusos entre otros). Para ser sincero, yo no conocía a esta banda, pero resulta, que ya cuenta con tres LPs, algunos splits y este, que llegaría a ser su tercer EP. Procedente de Louisville, Kentucky, este es un proyecto de James “Horus” Brown, quien básicamente se hace cargo de todos los instrumentos. Musicalmente, nos encontramos con un disco que genéricamente podríamos describir como black metal atmosférico. Sin embargo, resulta obvio que este disco va mucho más allá de esa etiqueta. Ya escuchándolo con calma, se pueden pillar muchos estilos dando vueltas y fluyendo por ahí. Indiscutiblemente el black es el hilo conductor, pero ese es el gancho, es lo genérico. El disco se suelta rápido, y nos mete en todo un viaje. Una variedad sonora, desde esos riffs raw intensos, pero que no necesariamente son blackeros, hasta melodías que de manera muy sutil se entremezclan con el post-rock, el post-punk, el shoegaze e incluso con el darkwave. Un black metal, medio extravagante si vale el término, por lo menos diferente, pero muy bien hecho. Tiene un sonido muy contemporáneo y esa mezcla de tantos estilos es lo que lo hace interesante. Una de las sorpresas y un candidato que estoy seguro que va a figurar en muchos de los tops de fin de año.
Uno de los discos que más me sorprendió en lo que va de este primer semestre. Esta es una banda procedente de Denver, Colorado. De lejos, este es uno de los mejores discos de death metal técnico que he escuchado en lo que va del año.
Es ese tipo de death metal, que si bien es extremadamente técnico, es melódico, intenso y tiene excelentes riffs que te dejan colgado… rockeando!!!
La técnica de los músicos, es envidiable, unos virtuosos. Partiendo del bajista Alan Parades, un monstruo, quien hace una dupla brutal con el baterista Erick Brown, un pulpo, un relojito. Los dos guitarristas, Eloy Montes y Vance Valencia, que prodigios!!! Estos son el tipo de violeros que uno disfruta al escucharlos.
Si bien esta banda en cierta manera me hizo un poco de recuerdo a los The Black Dahlia Murders, de lejos es mucho más técnica y melódica, y además con un espectro musical mucho más amplio. A parte de la intensidad y brutalidad propia del estilo, la incorporación de pianos, interludios de guitarras acústicas y sobre todo la inclusión de armonías y melodías de la música barroca, hacen que este disco sea y de lejos uno de los discos más innovadores en cuanto a este estilo de música se refiere.
Sigo
creyendo que H.P. Lovecraft (1890-1937), es hoy en día uno de los escritores más
influyentes, no solamente dentro de los círculos literarios y académicos, sino
también en el mundo del arte, especialmente en la música y concretamente en lo
que nos interesa, en el metal.
La
narrativa y trama de Lovecraft en si ya son una cuestión compleja, con ese
imaginario centrado en los ritos arcaicos, casi primigenios y esos dioses o
entidades, ahí, en el umbral, al asecho.
Y
básicamente, esa es la trama de este disco. Este cuarteto procedente de los
Países Bajos, nos transporta a los más desolados y aterradores parajes, donde
ronda el caos y la locura. A los portales en los cuales, los “antiguos”
aguardan para volver.
Básicamente,
este es un disco de black metal, pero dentro del estilo es bastante extraño.
Tiene cosas muy oscuras, es bien crudo, muy old school, pero a la vez es
diferente, no es el típico black metal. Los teclados crean una ambientación
siniestra, que es clave en el disco. Pero lo más llamativo del disco es la
preponderancia del bajo y de lejos, las voces, que tampoco son las típicas
voces de black metal. Son voces susurrantes, más bien siseante, como si habría
alguien que realmente está susurrando y blasfemando oscuras invocaciones.
Y
bueno, ni que decir de la portada, Lovecraft total. De hecho, de solo verla, se
me vinieron a la cabeza varias historias del Maestro. Un disco que más que seguro estará en mi Top de fin de año.
Nueva entrega de las recomendaciones breves, para esta, cuatro discos que solicitan
en la medida de las posibilidades, su atención de principio a fin.
Værket – Jealousy Hits (2016)
Esta joven banda danesa ha
logrado en su corta vida musical, un admirable álbum de solo 4 canciones que
muy pocas bandas podrían lograr soñar hacer… Psicodelia sesentera y rock
progresivo de mucha calidad. Viajes sonicos que se auto-descontrolan por
necesidad, para luego retomar la ruta solo para meditar el curso. Un disco que
no será para todos, pero para el que sea será de verdad.
Un total de 8 músicos germanos que
entre guitarras, saxos, pianos, voces, trompetas y bajos maravillan con cada
nota, melodía y ritmo, en este su “Everchild”. Con inicios en el death/doom como
parte de su historia y sus ya cinco discos; parte del giro musical que dio esta
banda a partir de su disco “Orange” del 2011 ya les daría una amplitud de
opciones que hay que saber manejar para que
el cambio sea el “correcto” y no termine siendo un “desliz”, y Dark Suns lo logró el giro completo con
este su nuevo trabajo. Un deleite total de disco, que seguramente estará en mi
lista de lo mejor del año.
Desde Padua Italia llega el debut
de este cuarteto. La cosa empieza densa densa, una profundidad a la cual se
vuelve de manera cíclica a lo largo de este trabajo, pero siempre hasta que
llega la aclaración de Sara, la vocalista que junto a sus compañeros se ciñen de
occult doom rock con toques hasta bluseros, en 10 canciones que por un lado funcionan
de pasajes (Alba, Faro, Tomba y Bell
Tower) y con otros seis (Babalon,
Hour of the Wolf, Blood, New Horns, Outermost y finalmente Confess) que son los espacios de explaye
musical total. Todo en el mejor ambiente que solo un género como el doom puede
dar. Una joya de disco.
El segundo álbum de esta banda
gringa continúa el lóbrego camino ya recorrido por su primer trabajo homónimo del
2011, su mezcla particular entre doom, dark post punk y el noise rock, que si
bien sigue teniendo cosas de bandas como Amebix,
Killing Joke yobviamente Joy Division,
para este nuevo álbum ya los elementos propios son determinantes en su música,
además de haber añadido cosas un poco más sombrías y de cierta manera
experimentales en esta ocasión. Una excelente adición a su muy recomendada breve
discografía.
El Brutal Assault no es solo el festival de Metal más grande en Europa del este (República Checa), sino ademas que se ha vuelto más y más relevante para los metaleros de todo el continente en los últimos 20 años. La singular ubicación en la histórica fortaleza de Josefov, lo convierte en el lugar perfecto para festear en alrededores distópicos. Los bares están situados en las casamatas de la fortaleza, protegiendo a la gente no solo del fuego de los cañones sino del despiadado y brillante sol.
Para celebrar su vigésimo aniversario, esta edición tuvo una alineación muy bien seleccionada, con algunos de los mejores representantes de casi cada género de música extrema, también algunos experimentales y otros electrónicos. El Metal extremo no está limitado solo a los géneros más veloces, sino también con la presencia de algunas de las bandas de Doom más duras. Si esas bandas no causan que la fortaleza colapse entonces solo los estragos del tiempo lo harán...
Banner personalizado
Para leer sobre su organización pueden revisar mi post previo aquí. Era además posible crear tu propio banner con las 10 bandas que te gustaría ver.
El viaje a esta parte de Chequia fue como viajar en el tiempo, al menos a
los de la Guerra Fría en los 80s, muy poco cambió desde entonces. Este
es un verdadero festival DIY en un lugar abandonado: anarquía,
solo el espíritu metalero, comodidades improvisadas, cero hipters, cero
poseros, cero mierdas. Para un visitante occidental, es como encontrarse
en un universo apocalíptico paralelo que está alimentado e inundado por
la mejor cerveza del mundo.
Viaje a lo desconocido
Este ha sido el festival al que más me ha costado conseguir una acreditación y planificar un viaje a un lugar llamemosló "remoto", incluso para el Andy, no fue tan fácil. Salimos de madrugada de casa, cruzamos no solo de oeste a este Alemania sino también República Checa, desde un par de cambios en tren hasta Nuremberg, luego en bus hasta Praga y finalmente en los trenes checos. Estos en comparación a los trenes en el oeste de Europa, parecen como aquellos de hace 40 años y que aún funcionan, son por cierto el transporte urbano más utilizado en esa región. Doce horas después, caminamos un par de kilómetros más con todo lo que llevábamos en un verano que quemaba la piel.
Alrededores del festival
Llegando a la fortaleza de Josefov se podía ver como la transitoria comunidad metalera se instalaba donde fuera y como sea, incluso en los alrededores. Después de buscar un lugar, acampamos medio escondidos a solo unos metros de la entrada principal, nada mal. No hay lugares designados para acampar, cada uno puede hacerlo donde quiera, excepto el Camp VIP que está cercado pero queda un poco más lejos de la entrada. En la entrada nos entregaron además del programa oficial, un dvd, la guía de las cervezas ofrecidas y un colorido set de credenciales para tener a mano la programación en los tres escenarios: dos principales el Jägermeister y el Metalshop, además al fondo el aislado Metalgate.
Triptykon
El primer día, las bandas empiezan a tocar a las tres de la tarde, queríamos ver al menos media docena de bandas pero con el trajín de la llegada ya era casi las 7 pm y apenas alcanzamos para ver algunas en los escenarios principales: Melechesh, Triptykon, Katatonia y un algo de Mayhem. No había escuchado hasta entonces a Mayhem con semejante sonido, sonaron como deberían, fríos y mórbidos.
Aclimatizandosé al infernal ambiente
Arcturus
El segundo día con un fulminante calor, logramos ver un poco de Nervosa (las brasileñas), aprovechar para visitar la fortaleza y sus miles de recovecos, además de escondernos del sol, Visitamos el llamado Octagon (un bastión de la fortaleza) ubicado detrás de los escenarios principales y donde se realizan los Meet & Greet, la exposición de arte, se encuentran también el espacio para la prensa y uno de los bares, todos con televisores para ver a la banda del escenario principal. Así entre querer ver algo de Benighted y Horse the Band, luego cruzar todo el campo para llegar al Metalgate a ver a los chilenos de Nuclear que sirvió como anticipo para unas de la bandas que esperaba con ansias, Arcturus tocaba en el Jägermeister, quizás haya sido el clima, la hora o que se yo pero esperaba más.
Enslaved
Asphyx y Enslaved son bandas que continuamente son invitadas a tocar en festivales, ambos shows como siempre demuestran el porque, luego fuimos a ver a los polémicos Atari Teenage Riot en el Metalgate, el grupo del conocido Alec Empire, quienes previamente ya visitaron el festival y este es por lo que sé uno de los poco festivales "extremos" que visitan y eso se puede apreciar porque a los locales les gusta no solo festear con bandas enteramente metaleras.
Sunn O)))
Nos quedamos para ver ni mas ni menos que a Amenra, que como siempre fueron intensos en ese trance lento al que te llevan. Luego allí también Agalloch y finalmente en el Jägermeister a Sunn O))), para quienes se necesita más de un par de protectores de oído. Son al parecer mucho más intensos en lugares cerrados, de todas formas, hace tiempo que quería verlos y la experiencia en vivo un escenario de esas características fue de por si electrificante.
Más y más profundo dentro las criptas
El tercer día, teníamos planeado ver más bandas, pero aprovechamos más bien para realizar el tour guiado a las catacumbas de la fortaleza. Esperamos para que el guía amablemente tomé un pequeño grupo y así explicarnos en inglés, con las ayuda de unas velas visitamos lugares donde se guardaban provisiones y armas, no fue muy largo pero aprendimos más cosas y disfrutamos enormemente del clima templado ahí dentro.
Primordial
Ya en la tarde vimos un poco de Brujería en el Metalshop, entre ver a Lantlos o quedarse para ver a Primordial, decidimos por este último y claro, es una banda que no importa la hora que toqué siempre suena increíble. Luego, The Dillinger Escape Plan tan acelerados como su música que no hay un segundo en que permanezcan quietos, aunque la primera vez que los vi fue en un pequeño club, esta vez los pude ver en todo su esplendor. Para después ver a Napalm Death que es una de esas bandas old school que no pierden el espíritu, lástima que no pudieron completa su show ya que sorpresivamente acabaron tocando sin PA, era como ver una película muda.
Skepticism
Debido a que Killing Joke canceló su presentación, los islandeses de Svartidaudi, tocaron un segundo show como reemplazo pero en el Metalgate, así que como nos perdimos su primero show quisimos al menos ver algo de este. Pero no podíamos perder la oportunidad de ver a otra leyenda que tocaba en el Metalshop paralelamente, Candlemass.
La gran sorpresa para mí fue ve a Mats Levén en las voces, creo que es uno de esos vocalistas que es muy difícil olvidar (Gira Sudamericana Lemuria/Sirius B de Therion). Estaba más que preparada para correr hasta el Metalgate y ver a Skepticism, tuve que esperar mucho para ver a estos finlandeses y la espera lo valió, es una banda que desearía ver en una iglesia, fue increíble. A esas alturas solo quedaban fuerzas para ver a una banda más, así cerramos el día con en el escenario principal con Godflesh, esta vez la música se disfrutó mucho más en este ambiente apocalíptico.
Tocando fondo
El última día aprovechamos para pasear por las afueras de Josefov, que es como un pueblo fantasma ocupado por metaleros (esta antigua fortaleza militar que fue condenada a la decadencia). Todo el complejo militar y sus alrededores pertenecen en la actualidad a la ciudad de Jaroměř.
En la fortaleza de Josefov
Cuando se construyó la fortaleza se pensó en proveer a los soldados, el pueblo se construyó para eso, además es posible ver la arquitectura de las casas que aún quedan, muchas muy deterioradas pero con mucho detalle. Algunos locales comerciales aprovechan como pueden, la cantidad de visitantes al festival, por lo que se puede comprar una cerveza en una pequeña farmacia o tomar una ducha.
Hoy además fue el día en que el clima no perdonó a nadie, mientras yo permanecida escondida en uno de los cafés, el Andy aprovecho de sacar fotos a Rosetta, incluso con el sol más intenso lograron crear una atmósfera única, son realmente muy talentosos. Por la tarde quería ver un poco de Sólstafir, quienes se han convertido en unas verdaderas estrellas, aunque eso signifique perder el brillo y al baterista original.
Phurpa
Este día también, se preparó un show especial, habilitaron un escenario el denominado Oriental Stage en el patio interno del Octagon para la presentación de solo dos bandas: Phurpa de Rusia, quienes realizan cantos difónicos en un ritual tántrico y utilizan instrumentos autenticos de la música de Bon, la tradición budista más antigua del Tibet. Y Cult of Fire, banda de culto checa de melodic black cuya decoración en el escenario consistía en velas e incluso un par de guadañas propias del mismo Grim Reaper. Era increíble la cantidad de gente que estaba allá.
Esoteric
Después había que correr hasta el Metalgate para Dead Congregation y de nuevo al Jägermeister para ver a At the Gates quienes siguen siendo una de mis bandas favoritas en vivo ya que transmiten toda la energía que uno sintió alguna vez al escuchar sus temas. Luego tocaba Anaal Nathrakh, el Andy los vio un rato pero decidí quedarme para ver Esoteric, no habia mejor banda que esta para cerrar de esta forma el festival, un poco corto el show considerando que la banda tiene temas de 20 minutos pero tienen un sonido único y un estilo propio, no hay banda de funeral doom que suene así. Gran cierre para este Brutal Assault.
Verdadera dedicación al apocalípsis
Amenra
Vale la pena mencionar que la organización ha planificado de que las bandas más pesadas y rápidas, si se podrían llamar, tocan más temprano. Fue un gran alivio y una emoción ver bandas como Amenra, Sunn O))) o Skepticism o Esoteric cerrar los escenarios de noche y crear así una atmósfera oscura, luego de escuchar drone/doom uno queda listo para el final.
En este caso, la política de las bandas más famosas o comerciales no son las que se llevan los mejores puestos. Se nota que los organizadores son verdaderos fans de la música y que invierten mucha dedicación para esto.
Los escenarios principales están cerca a la entrada y dominan por completo este lugar del festival, me hubiera gustado verlo desde la tribuna que tienen en frente pero incluso los espacios para esta estaban agotados. Además existen gigantes carpas y lo que llamó mi atención fue sin dudas los bares, que están todo el día abiertos y se encuentran estratégicamente en un par de casamatas, las que no podrían albergar mejor a los sedientos visitantes en un lugar fresco y tan peculiar.
Uno de los bares en el Octagon
En estos bares hay que realmente destacar el poder encontrar no solo un tipo de cerveza, sino nueve!! Si nueve, por lo general en los festivales hay uno o con suerte dos tipos y si uno tiene mucha suerte no es solo pils que sabe a agua por no decir otra cosa. Los checos realmente no tienen porque envidiar sobre su cerveza y los precios oscilaban entre 1 y 2 cupones por un vaso de medio litro (cada cupón costaba un poco más de un euro) definitivamente un festival económico si se compara con otros igual de importantes. Y para los que infortunadamente no desean cerveza, hay una bodega de vinos, diferentes bebidas o jugos naturales de los cuales me volví fanática, estos se encontraban en un tipo de cafés, a la entrada de las catacumbas.
Cine del horror en la fortaleza
En cuanto a la comida, se podía encontrar de todo, habían cientos de quioscos, entre comida vegana y la conocida bohemian cuisine. Por lo demás en los alrededores de la fortaleza se encontraba lo necesario.
El "Cine del Horror" es de igual manera tan peculiar, debo también resaltar el ingenio del equipo para reciclar material, los asientos eran desechos de autos usados. Lastima que siempre estaba lleno, nunca pudimos ver un solo film pero bueno había tantas bandas que ver que bueno, muchos creo iban más para evitar pasar la borrachera bajo el sol.
Otro plus fue la exposición de arte, además de la presencia del famoso Peter Beste (conocido por sus fotos de bandas noruegas de black metal) con quien pudimos conversar un poco, también conocimos a uno de los organizadores iniciales del festival, el conocido Shindy quien se tomó un poco de su tiempo para firmarnos el libro del festival, el cual consiste en más de 400 páginas a color y donde se puede aprender mucho de la historia del festival y reír con el sinfín de anécdotas, por suerte se tomaron el trabajo de traducir a inglés todos los textos en checo, que gran trabajo!. Aunque uno nunca haya visitado el festival, el libro refleja el verdadero espíritu de organizarlo y como esto se adapta a la cultura metalera sin compromisos de ningún tipo.
Estás siendo vigilado por la Máscaras de la Peste
Si alguno piensa visitar Europa con motivo de un festival no pierdan la oportunidad de visitar este increíble festival, el viaje lo justifica (sugerencia poco conocida aún).
Para ver el álbum completo de fotos (más de 200) pueden visitar el siguiente link aquí.
Pueden además ver este entretenido reportaje de estos chicos franceses para tener una mejor impresión en vivo, con subtítulos en inglés: