Más que hacer una revisión de este gran disco, deseo compartir las perdurables impresiones que me dejó “Nola”; la trascendencia que gracias a su calidad, lo estableció como un importante referente para el género en los 16 años que ya lleva desde que salió. Hoy en día se me hace imposible pensar que Down y específicamente este disco, no hayan marcado una parte fundamental en la historia.
A mediados de los noventas, Pantera era una de las bandas que dominaba la escena metalera a nivel global. Una vez terminada la gira del alucinante “Far Beyond Driven”, los “vaqueros del infierno” decidirían tomarse un receso para poder dedicarse a otros proyectos; es así que Phil lanzaría Down junto a Pepper Keenan de Corrosion of Conformity en las guitarras, Jimmy Bower de Eyehategod en la batería, Kirk Windstein de Crowbar también en guitarras y poco más adelante se les sumaría Rex en el bajo. Si bien empezarían en 1991 con un par de demos, es recién que en 1995, consolidarían la banda con la salida de este maravilloso álbum.
“Nola” tiene un espíritu y una fuerza totalmente particulares, y como veremos, muy relacionados a su entorno geográfico, cultural, social y político. Las intenciones de estos 5 músicos sureños siempre fue y sigue siendo poner muy en claro sus raíces y su lugar de origen, tanto en lo musical como en lo discursivo.
Esa Nueva Orleáns compleja, profunda y mística es contada a través de la música y las letras de este álbum. Esto, estaría en total relación a algunos comentarios que vertíamos en relación al review que hizo nuestro compañero Dieguex sobre “Nachtmystium y el black metal norteamericano”, donde decíamos casi a manera de conclusión, pero no como regla, acerca de la importancia del contexto y origen de una banda para expresar su perspectiva de las cosas y encontrar su propia identidad, bastaría mencionar
Temptation’s Wings y la extraordinaria Lifer (con un Phil Anselmo en un punto muy alto), marcan el ritmo del disco. Pesadas, lentas, pero colmadas de maravillosas melodías bluseras en guitarra, transcurren Pillars of Eternity, Rehab y la más que acertada e insinuante Hail the Leaf. Mientras el sentimiento y el espíritu, no solo musical de Black Sabbath se hace presente a lo largo del disco en canciones como Underneath Everything, Losing All y la mencionada Eyes of The South. El disco muestra características definitivas hasta que aparece Jail y la cosa toma un matiz inmensamente personal e íntimo tanto para la banda, como para el oyente. A estas alturas vamos comprendiendo el paso de la vida y lo transmitimos como podemos, como queremos.
Luego, es justamente la Stone the Crow la que también ayuda a corroborar todo este asunto, no por nada es una canción fundamental en la discografía de la banda porque pareciera encerrar todo el espíritu del que les hablo; ese, donde lo musical y lo lírico se unen en una definitiva demostración de lo que claramente se es. Para finalizar, Pray for the Locust como acústico interludio, Swan Song, y la ya legendaria Bury me in Smoke cierran un álbum que probablemente estos Down no vayan a repetir, pero que con el solo hecho de haberlo escrito, tocado y presentado, cambiaron su propia historia y la historia de todos nosotros que lo absorbimos.