La primera vez que
escuché el Machine Head fue más
o menos en 1993; hasta ese momento tenía una relación distante con la música, era
un verdadero ignorante en ese ámbito y ese disco logró calar tan hondo en mi
imaginario que por mucho tiempo lo único que quise hacer fue escuchar música de
ese periodo; mi encuentro con el metal fue un poco más tardío, pero el Machine
Head fue un punto cardinal
para definir mi percepción musical. Hasta el día de hoy sigo teniendo las
mismas sensaciones cada vez que lo escucho, me sigue impactando el sonido de
los teclados, algo que muy pocas bandas han rescatado, me sigue deslumbrado el
trabajo de la batería, sigo pensado que Paice es uno de los bateristas más subestimados
de su generación y sigo pensando que la dupla Gillan/Blackmore funciona mejor
que cualquier otra en la historia de la música contemporánea. Cuando EMI
anunció el proyecto, no dudé en ingresar a la página oficial para reservar mi
ejemplar, sabiendo bien que muy pocas cosas podían ofrecer frente a la edición
del 97; y ese es el mayor reproche que podemos hacer, la edición del 40
aniversario es un repacking. Los coleccionistas estamos familiarizados con el
concierto del 9 de Marzo del 72, la primera edición –aunque es una versión
incompleta– data del 80, fue reditado el 1992 y el 2001, remezclado y
remasterizado el 2004. Las versiones sobran y una más no contribuye en nada, el
sonido sigue siendo igual a la de la versión del 2004. Desde luego, es un
documento muy interesante pues es el único que incluye versiones en vivo de Maybe I’m a Leo y Never Before, aprovechando la ocasión para promocionar el disco, la
única canción que omiten es Pictures of
Home por el simple hecho que a Blackmore no le gustaba tocarla en vivo y nunca
la tocaron mientras él estuvo en la banda. La incorporaron por primera vez a
finales de 1994, cuando Blackmore se fue tirando la puerta y fue remplazado por
Satriani, en una asociación más que todo anecdótica. Maybe I’m a Leo también fue reincorporada en ese periodo, pero Never Before rara vez la han tocado en
vivo. Además el concierto es conocido por ser la primera vez que incluyen a Smoke on the Water en el repertorio. La
banda no tenía muchas expectativas para la canción, el single era Nerver Before, Smoke on the Water era una canción de relleno y sin embargo, es tal
vez una de las canciones más conocidas de todos los tiempos.
En cuanto a la versión
cuadrafónica, que salió al mercado junto con la versión estéreo a finales de
marzo del 72, fue reditada el 2001,
luego el 2003 y por último el 2011; tampoco hay nada nuevo en ese
aspecto, y al comparar ambas versiones sin duda hay algunos cambios
interesantes pero son nimiedades. Lo novedoso en la edición del 97 fueron los
remixes de Roger Glover y lo más interesante del caso fue que todo el disco fue
remezclado, restituyendo el sonido en vivo que la banda quería capturar, de ahí
la idea de grabar en el Casino de Montreux (donde nació el célebre festival de
jazz). Los remixes le dieron una nueva vitalidad al disco y es la versión que
más escucho; al eliminar los “fades” tenemos la impresión de estar en el
estudio siendo testigos del proceso de creación y eso es lo extraordinario del
disco, todas las canciones suenan como si hubieran sido construidas en una sola
toma, sin trucos rebuscados o efectos especiales, que fue el gran defecto del Fireball,
lo que explica la gran dificultad que tuvo la banda para adaptarlo a las exigencias
del escenario. No obstante, la joya en la edición del 25 aniversario, fue When a Blind Man Cries. A Blackmore no
le gustó esa canción y la sacaron del disco, por mucho tiempo circuló como un
B-side; y en esa canción Gillan canta con una fuerza desgarradora pues
restituye la atmosfera que imperó durante esas sesiones; es el epitafio del
Mark II. La historia es conocida, el distanciamiento entre Blackmore y Gillan,
que por poco termina con un nutrido
intercambio de golpes y que finalmente culminó con la salida de Gillan el 73,
presa de un desgaste emocional se retiró de la industria musical hasta 1976, el
mismo año en el cual Purple colapsa.
Un aire mítico
circunda al disco, por ser el opus magnus
de la banda, pero también el punto de quiebre; es la culminación de un
proceso creativo que comienza en el In Rock, desatando una fuerza
devastadora, galopante que ya anticipa mucho del trabajo musical de principios
de los 80, un sonido frenético y agresivo. Muchos señalan que el Machine
Head es un hito en la
construcción y el desarrollo del metal, y es cierto cuando escuchamos canciones
como Highway Star o Space Truckin’ pero el resto colinda con
el blues. En vivo, es otra cosa y es la otra parte de la historia. Pocas
bandas, en ese entonces, demostraban tal derroche de violencia y la gira del Machine
Head es el testimonio de una banda en la cumbre de su carrera. Si bien
la gira del Perfect Strangers es la más exitosa, para 1984 la banda ya
estaba desgastada y esos conciertos no pueden comparase con el talento demostrado
a principios de los 70. El Made in Japan, el disco gemelo del Machine
Head, puso en el mapa a los discos en vivo y a partir de ese hecho casi
todas las bandas siguen la tradición de incorporar por lo menos un directo a
sus catálogos de venta y al respecto la edición del 40 aniversario puede ser
más interesante. En 1993, dentro de la vasta campaña que inauguró la Deep
Purple Appreciation Society, para reditar todos los discos de la banda,
incluyendo muchos conciertos inéditos, salió al mercado un disco triple
titulado Live in Japan que restituye casi en su totalidad las tres
noches que tocaron en Japón (15, 16 y 17 de agosto de 1972) y que sirvieron de
base para construir el Made in Japan. Desde entonces, la
comunidad purplediana espera que esas tres noches se restituyan en su
integralidad y es lo que puede aportar la edición del 40 aniversario, que según
calendario, saldrá al mercado a finales del año que viene.
Esta versión del Machine
Head no presenta nada nuevo porque casi todo el material de la época
ha sido agotado, por el gran trabajo que hizo la Deep Purple Appreciation
Society. Desde principios de los 90, sale a la venta un nuevo disco de la banda
cada dos o tres años y ahora están remasterizando mucho del material publicado,
anunciado también inéditos recién descubiertos, pero del periodo 69-76 muy
pocas cosas quedan por descubrir pues el siguiente paso lógico es entrar en los
80 y según calendario también, el Perfect Sranger es el próximo disco que será actualizado, lo que ha generado mucha
expectativa al anunciarse como un disco triple. Sin duda, lo único que en
cierta medida justifica el precio pagado es el folleto de sesenta páginas que
acompaña al cofre y detalla la historia detrás del disco, es un documento
extraordinario y compensa, en la medida de lo posible, la decepción del
DVD-audio que contiene sutilezas poco perceptibles sumando en total siete
versiones diferentes del disco, siendo algo por demás innecesario. Es un golpe
de marketing y para quienes no tienen el disco es la oportunidad, para los
demás es un lujito, una joya, casi una obra de arte que uno deposita en un
estante, de la cual uno se siente orgulloso pero nada más en el fondo.
Pese a las falencias
del packing, el Machine Head es sin duda un disco atemporal, cuarenta años
después sigue sonando igual de bien y no es el caso de muchos discos que impregnados
del sonido de la época son casi inaudibles a estas alturas. Dentro de las
celebraciones, salió al mercado un disco tributo; siempre he sido muy escéptico
con ese tipo de excursos, mas envuelto en el entusiasmo del momento, también
ordené una copia. De manera sorpresiva, y ese puede ser uno de los principales
reproches, el tributo comienza con Smoke
on the Water, la versión que grabó Santana
para su disco Guitar Heaven. Hace mucho tiempo que dejé de escuchar a Santana, pues su incursión en la
popería me parece francamente repulsiva. Sin embargo, la versión no estuvo tan
mala como yo esperaba; es muy fiel a la original pero con esas percusiones de
fondo, un rasgo característico del Santana
de antaño. Carlitos se merece muchas críticas por todas las cosas que ha
hecho en su vida pero nadie puede negar que es un guitarrista excepcional; el
solo es magnífico, el vocalista hace su trabajo y los teclados también. El
disco me cautivó desde un comienzo, aunque hubiera preferido que arranquen con Highway Star, porque fue diseñada con
ese objetivo. Chickenfoot, ofrece una
versión muy interesante porque la tocan en vivo y esa canción adquiere mayor
fuerza en el escenario; Hagar es un gran vocalista y emula los gritos de
Gillan, Satriani no solamente puede calzar los zapatos de Blackmore sino
también los de Lord. Es una versión muy similar a la que Purple podía ofrecer en los 70, frenética, violenta y devastadora. Luego
el disco sigue el orden original de las canciones; Glenn Hughes y Chad Smith
ofrecen una versión más pesada de Maybe
I’m a Leo, y es claro que Hughes sigue siendo un gran vocalista, pese a los
años y ese no es el caso de Gillan. La canción mantiene la estructura original
y uno se dice que pudo haber funcionado en vivo durante la breve incursión del
Mark III. Pictures of Home, cuya
letra nunca fue del agrado de Blackmore, se trasmuta casi por completo. Nunca
fui un seguidor de Black Label Society,
pero ahora me entró la curiosidad pues su apropiación de la canción es muy
interesante; el tempo es un poco más lento y da la impresión que uno está
escuchando una canción totalmente diferente y creo que eso es lo más importante
en los tributos, el objetivo no es reproducir nota por nota las canciones que
alguien más grabó, más bien hay que reinventarlas, retroalimentado el proceso
creativo. Never Before, es una
canción que nunca me ha gustado, siempre la salto, muy poppy para mi gusto y
esa era la intención: reproducir y superar el éxito que fue Black Night; The King of Chaos, un súper grupo formado para la ocasión y
conformado por Joe Elliot, Steve Stevens, Duff McKagan y Matt Sorum, hace un gran
trabajo, los arreglos superan a la versión original y el solo de Stevens es
bestial. Que yo sepa, Deep Purple la
tocó durante las dos primeras semanas de la gira y luego salió del set-list
hasta el 2004, año en el que sorpresivamente tocaron todo el Machine
Head, para luego descartarla otra vez. Es el ripio del disco y hasta el
día de hoy pocas personas la toleran, y ese es el resultado cada vez que una
banda intenta adecuarse para sonar en la radio.
Eso en cuanto al disco
original, en al tributo, el punto más bajo es la versión de Smoke on the Water de The
Flamming Lips, es cierto no soy fan de la banda, pero la verdad es que le
dan un giro demasiado turbio a una canción que es un ícono de la cultura popular;
el resultado es muy bizarro, redundante y por tanto prescindible. Para Lazy,
el intérprete es el más acertado, quien sino el señor Joe Bonamassa, el
bluesman del momento, para darle el toque necesario a una de las canciones más
emblemáticas de Deep Purple y el testamento más elocuente del rythmn and blues; fue diseñada para sustituir a Wring
That Neck, el instrumental que caracterizó los conciertos entre 1969 y 1971,
incorporando como su predecesora extensos duelos entre la guitarra y los
teclados, “a masterpiece” por sí sola. La voz de Jimmy Barnes suena bastante
bien, le da el toque necesario, algo que por desgracia Gillan ya no es capaz de
hacer; la canción suena muy bien incluso
mejor que la versión de Purple. Space Truckin’ es una de esas canciones
que escucho de manera intensiva y que nunca me voy a cansar de escuchar; claro
la versión en vivo es colosal y supera por mucho a su contraparte en estudio pero
es sin duda una de esas canciones que define una era; por ello, el hecho que
sea Iron Maiden quien la interpreta
tiene un carácter simbólico muy fuerte. Ambas bandas se parecen, pasaron por
muchas vicisitudes antes de que pudieran estabilizarse, ambas tienen solistas
fuera de toda norma, ambas cuentan con grandes vocalistas que establecieron un
modelo, un patrón para todas las agrupaciones que surgieron en su entorno y
ambas tienen un sonido muy similar;
Birch en la consola, es el sexto miembro para ambas bandas. Sigo pensando que
el Powerslave
es el Machine Head de los 80, ambas son obras maestras que condensan
lo mejor de ambas décadas. Y como When a
Blind Man Cries se ha reivindicado ante la historia, es la canción que
cierra el disco y nuevamente es más que simbólico que sea Metallica el intérprete y la versión es excelente. Hay un bonus
track en algunas ediciones, Highway Star con
Hughes en las voces y el bajo, Steve Vai en la Guitarra, Derek Sherianian en
los teclados y Chad Smith en la batería, no deja de ser interesante pues
reproduce en estudio la versión del Made in Japan, aunque el disco
funciona bien sin el bonus. En suma el Re-Machined Head es tal vez el mejor
disco tributo que he escuchado en mi vida, junto con el Nativity in Black que
salió hace algunos años atrás, quedé muy sorprendido con el resultado final.
Yo sé que a veces mi devoción por la banda es casi religiosa pero el legado de Deep Purple se expande por todas las ramificaciones del metal y es justo rendirle homenaje a una banda que ha sido opacada injustamente por los avatares de la historia. Mas queda un punto, dada la resiente desaparición de Jon Lord: el Concerto, que será la segunda parte de este post.