martes, 30 de mayo de 2017

Tributos a la boliviana

La escena boliviana tiene muchos problemas y defectos, uno de ellos es la falta de crítica constructiva; hay pocas reseñas de los discos producidos y poca recepción por parte de los artistas. Solo quieren escuchar cosas buenas y positivas, siempre lo toman de manera muy personal. Y es cierto también, que el oficio de crítico boliviano es ruin y roñoso. Es uno de los grandes vicios del mundillo artístico, en el cual prevalecen las relaciones de compadrazgo y de padrinazgo, generando roscas en las cuales siempre gravitan las mismas personas, lanzando los mismos halagos y adulaciones. Es un rasgo característico de la sociedad boliviana, y se reproduce en todos los ámbitos. Y otra de las grandes características del medio, es nuestra obsesión casi patológica por los tributos. No somos parte habitual del circuito de giras y de alguna manera se tiene que suplir esa falencia. El problema es que estamos tan habituados a ver tributos que la gente los privilegia, preferimos escuchar tributos que el material inédito de las bandas. Eso desalienta a cualquiera. Con todo creo que es necesario mencionar tres tributos, por el esfuerzo artístico que realizan.

Disco tributo a los Kjarkas (2005)


En su momento, fue una movida arriesgada; armar este tipo de proyectos no siempre es fácil, basta con mencionar el fallido Disco tributo a Wara. Pero aquí la cosa funciona, tiene una excelente calidad de sonido y creo que ha envejecido bastante bien. El disco reúne a la crema y nata del rock boliviano de ese entonces, pues con los años muchas de esas bandas han desaparecido. Yo siempre he tomado mis distancias con relación al folklore nacional, pero nadie puede negar que los Kjarkas cambiaron el panorama musical. El tributo, fue una agradable sorpresa y en casi todos los casos superan a las originales. Hay algunas canciones de relleno y el disco es un poco ecléctico, pero me gusta escucharlo; me hizo valorar el aporte de los Kjarkas y la excelente calidad de sus letras. El punto más débil es el packing; tiene una pésima portada y un pésimo diseño. Pero la idea del tributo, es rendir homenaje al artista, proponiendo una nueva lectura y creo que esa es la propuesta del disco. Para quienes quieran escucharlo, está disponible en Spotify. 

Metal Marka, Homenaje a Kalamarka (2013)



Menos conocido que los Kjarkas, Kalamarka es otra de esas bandas legendarias del folklore nacional; también fue una sorpresa. No es inusual esa asociación, el metal y el folklore son la música de los inadaptados. La identidad urbana se construye a partir de esa reivindicación aymara, la cultura subalterna que reclama su espacio. Hay una violencia contenida en las letras y creo que ello oficia de nexo con el metal. El resultado es muy interesante y brinda un panorama del sonido usual en la escena metalera. Después de todo, es un disco que apreció mucho, me conecta con ese lado de mi identidad boliviana, pese a las deficiencias del sonido. Algo que siempre le he reprochado al metal boliviano es la pésima producción; entiendo bien que el sonido sucio es parte de la identidad de muchas bandas, aunque eso es más una excusa que otra cosa; pero en regla general, el metal boliviano suena mal. Guitarras muy saturadas, baterías no muy bien afinadas y vocalistas que lo intentan, pero no llegan a ciertos tonos. Pero la experiencia no es desagradable, el disco tiene sus grandes momentos, aunque es algo flojo, al final. Para quienes quieran oírlo está disponible en YouTube. 

Beast Over Bolivia, a Bolivian tribute to Iron Maiden (2017)



Discos tributos a Maiden los hay por montones y la mayoría son bastante decepcionantes; tal vez el mejor es el Maiden Heaven. Frente a la enorme cantidad de tributos, no veía bien lo que este proyecto podía ofrecer. Fue una iniciativa interesante, muy al estilo boliviano, se lanzó una convocatoria pública y trece bandas fueron seleccionadas. En realidad, como en los anteriores casos, el resultado me dejó sorprendido. Me parece acertado que se hayan concentrado en canciones no tan trilladas como las que solemos escuchar y eso le da un toque peculiar al disco. Desde luego, los problemas siguen ahí, deficiencia en la producción de algunos temas y vocalistas que no están a la altura del desafío. 

El disco abre con una versión bastante fiel de Be Quick Or Be Dead, interpretada por una típica banda de thrash: Chernobyl. Si la versión no ofrece nada nuevo, es mucho más pesada y las voces hacen un gran trabajo. Es una buena forma de iniciar este recorrido. 

Le sigue una versión cruda y salvaje de Sea of Madness, interpretada por los legendarios Metastasys. Si bien los coros son algo flojos, la versión supera a la original; está muy bien lograda y es una interesante reapropiación. 

In Synergy hace igual un gran trabajo con The Wicker Man, los teclados realzan la canción; le dan un toque muy interesante y muestran que los Maiden podían haber funcionado bien con un tecladista. No obstante, creo que la voz falla, sobre todo en el coro. 

Haller también nos ofrece una excelente versión de Out of the Silent Planet; aunque las voces no me terminan de convencer, no puedo negar que hacen un gran trabajo. Cumple con mis expectativas, no es una reproducción fiel nota por nota; más al contrario cada artista deja su huella única en cada canción. 

Pero lo que hace The Ragdoll Architect con Virus es realmente extraordinario; creo que es uno de los mejores covers que he escuchado. Ragdoll es una banda muy interesante, creo que es la única banda vanguardista de la escena boliviana; ellos han roto esquemas y si le meten ganas y son perseverantes, tendrán un futuro brillante. 

Black Mass es otra banda que destaca con su versión de Déjà Vu; cabe señalar que la calidad del sonido es excelente en todas las canciones y todas tienen elementos que las aventajan, se alejan de las versiones originales, pero no demasiado; y es lo que hace a este tributo tan diverso. 

Blind Distortion interpreta una versión bastante fiel de Futureal, a la cual incorporan un pedacito de The Trooper. Dándole un toque atractivo a la canción. Me agrada el hecho que se alejen de las típicas canciones de Maiden; la verdad, estoy harto de escuchar siempre Run to the Hills o The Number of the Beast

En Stranger in a Strange Land, tocada por Walkman, sobresale la presencia del bajo; si bien sigue los arreglos originales, la voz y el solo están muy bien logrados. El resultado final es bastante satisfactorio. 

La canción que interpreta Alma Eterna, es tal vez el punto más bajo, suena muy raro Flight of Icarus en español. La voz no me convence para nada y hay un claro problema del lado de la producción. No conozco profundamente a ninguna de estas bandas, pero aquí algo falla en el sonido y pone incómodo. No fue la elección más acertada.

Con Thrashmaniacs, volvemos a un cover bastante tradicional de Die With Your Boots On, pero aquí lo que falla son las voces. Dickinson es uno de los mejores vocalistas, llegar a sus tonos no es fácil, por eso creo que es mejor enfocarse en voces guturales que le dan otro toque a la canción, porque al tratar de imitar los tonos de Dickinson, es muy probable que se fracasé en el intento. Es una canción difícil de cantar, y aquí el vocalista no está a la altura.  

Psiconauta ofrece, en comparación, una versión muy bien lograda de Different World; aquí las voces funcionan, y los arreglos le dan un giro a la canción; es mucho más cruda que la versión media popera de los Maiden

De la misma manera Nordic Wolf, nos ofrece una versión durísima de Remember Tomorrow; le da un toque más siniestro, aunque prefiero las voces guturales a las voces limpias. Es necesario resaltar el hecho de Di'Anno hace un gran trabajo vocal en la versión original; es una canción difícil de cantar. 

Finalmente, el disco cierra con Sign of the Cross, interpretada por Lachrima Corphus Dissolvens, que por cierto es un pésimo latín. Pero la canción no es mala, los teclados hacen un gran trabajo, pero ese drum-machine de fondo suena horrible.
   
En resumidas cuentas, es un buen disco de covers, con buenas canciones, tal vez es el mejor disco tributo a Maiden que he escuchado; tiene un bonito packing aunque un poco grande e incómodo para guardarlo. Tiene un segundo disco con los temas de las bandas, pues uno de los requisitos de la convocatoria fue que los grupos interesados debían tener por lo menos un disco grabado. Es una agradable adición, pero tiene los problemas de siempre, un sonido muy plano, las mismas y casi tediosas obsesiones bolivianas, el mismo estilo que no logra definirse del todo. De todas las bandas, la que resalta, es Ragdoll; tienen un sonido y un estilo muy propios, espero que no tarden diez años en sacar otro disco. Las condiciones son difíciles en este país, pero se puede hacer buena música; hay talento, lo que faltan son agallas.



miércoles, 24 de mayo de 2017

Top Thrash Metal (George)

Armar estas listas es una experiencia gratificante, es un reencuentro con las diferentes facetas de nuestro recorrido musical. Pero debo confesar que escuchar un solo género es bastante aburrido; soy fiel seguidor de bandas y no de géneros, me gusta la diversidad y no así el dogmatismo conceptual. Con todo, creo que el thrash nos define como generación, es una parte muy importante de nuestra identidad. Con estos discos crecimos, después de todo. 

15. Tankard – The Tankard (1995)



Tenía quince o dieciséis años cuando alguien me pasó este disco; el thrash es rebeldía ingenua, éramos niños enfadados con el mundo, reclamando nuestro espacio y este disco condensaba muy bien esas emociones. Claro, en ese entonces no sabía ni el nombre de la banda ni del disco; con el tiempo mi cinta se estropeó y la perdí. Y comienzo la lista con ese recuerdo, porque también son mis primeros pasos en el mundo del metal y por eso le tengo cariño a este disco. Puede ser controvertido, y no es tan salvaje como yo lo recordaba, pero dónde estaría la gracia si no generamos polémica. 

14. Metal Church – Metal Church (1984)



Cuando sale este disco, el thrash se está definiendo como género, marcando sus diferencias con el speed y el power, y si este disco es un hito incuestionable del metal, es porque combina lo mejor de los diferentes estilos que estaban surgiendo. Si bien no es un disco de thrash strictu sensu, es una de las piedras fundamentales, el eslabón perdido; más allá del debate de formas, este es el ancestro primigenio y vale la pena mencionarlo. 

13. Aura Noir – Black Thrash Attack (1996)



Un disco pionero también en su estilo, pues abre una nueva brecha; a nivel musical es estrictamente thrash, los elementos black vienen del lado de la producción y de las voces. Creo que es el mejor disco de la banda y ejemplifica bien, uno de los problemas más recurrentes: los grupos se estancan, cantonados a una imagen y a un sonido, dejan de crecer y se vuelven aburridos. Y es uno de los problemas con el thrash, siempre es el mismo tipo de composición, la misma estructura en casi todas las canciones y por eso valoro a las bandas que toman riesgos.  

12. Sodom – M-16 (2001)



Es una de las bandas más representativas de la escena alemana, retomando un poco la trayectoria del grupo, me fue difícil escoger un disco; creo que los últimos que gustan más, sobre todo por la calidad del sonido. Concuerdo con el Dieguex, probablemente Agent Orange, sea lo mejor que ha producido la banda. Pero el M-16, no se queda atrás y creo que es un buen complemento al Agent Orange, retoma los mismos ejes temáticos y es igual de violento. Son dos etapas de la banda que muestran su constancia y la posicionan como una de las mejores bandas de thrash. 

11. Anthrax – Spreading the Disease (1985)



Nunca he sido fan de Anthrax, pero es una de las bandas que ayudó a definir el sonido thrash; no puedo desmerecer ese legado; y este disco es el que más me gusta, por lo crudo que es. Con el tiempo la banda mutó y perdí interés, aunque ha sacado muy buenos discos últimamente. Creo que el Spreading the Disease, es el grito de guerra de esa generación, marcada por la desilusión y la crisis. 


10. Overkill – Horrorscope (1991)



Adoro este disco por muchas razones y eso que en regla general Overkill no me gusta mucho, pero aquí se combinan muy bien la agresividad ochentera con elementos más progresivos, con ello la banda toma sus distancias con relación a los primeros discos e inaugura una nueva década, con un sonido innovador y arriesgado. Creo que es el periodo más creativo de la banda y el que más valoro. 

9. Hexen – State of Insurgency (2008)



En su momento esta fue la banda revelación, con un sonido potente que retoma los grandes momentos del thrash y sacan un disco tremendo de inicio. Aunque considero que Being and Nothingness es una obra maestra, se aleja del thrash para echar raíces en terrenos más progresivos; es una pena que la banda haya colapsado, estaban construyendo algo realmente interesante. Una joyita del metal contemporáneo. 

8. Vektor – Black Future (2009)



Aquí coincido casi punto por punto con el Machi, este disco cambia por completo el mundillo del thrash; es fresco e innovador, violento y agresivo de principio a fin. Tiene mucho de la vieja escuela y sin embargo es algo nuevo. Vektor se ha convertido en una banda sobresaliente en la escena metalera y creo que todavía pueden dar mucho. Tienen un futuro brillante y espero que sigan sacando discos. 

7. Blood Tsunami – Thrash Metal (2007)




Este fue un disco muy controvertido, y no entiendo bien por qué; hay gente que realmente lo odia. A mí me parece fenomenal, de hecho, cuando lo escuché reavivó mi interés por el thrash. Fue como toparse con un viejo amigo al cual nunca vemos por esas contingencias de la vida; pero fue un reencuentro muy cálido. Y este disco es fantástico, un thrash moderno muy bien logrado; Godbeater es de por sí una obra maestra. 

6. Coroner – Mental Vortex (1991)




Nuevamente coincido con el Machi, Coroner es tremenda banda; todos los discos son geniales, pero este me enganchó de inicio. No recuerdo bien cómo caí con esta banda, pero fue el primer disco que escuché y bastó para que me convierta en fan. Es demoledor, como el metal tiene que sonar, es impetuoso, pero con arreglos diferentes, más melódicos, mejor trabajados; es un sonido maduro y bien logrado. 

5. Kreator – Terrible Certainty (1987)



Este es uno de los grandes pilares del thrash, una de esas bandas que marcó nuestros años mozos; difícil escoger un disco, y este siempre me ha gustado. Creo que es el primer disco de Kreator que escuché en mi vida; aunque he tenido una relación un poco distante con la banda, este era el tipo de sonido que buscaba: brutalidad en cada riff. También ejemplifica muy bien el sonido crudo de los 80, agresivo y furioso; siendo los atributos usuales asociados con el thrash. En el fondo es eso lo que nos define, son nuestros lugares comunes y la base de nuestro ideario musical. 

4. Metallica – Ride the Lightning (1984)    

  

Creo firmemente que el Kill Em All es el disco que impone el sonido thrash, pero todavía es rudimentario, las cosas cambian con Ride the Lightning; dan un paso hacia adelante y cada disco los llevará por otros rumbos; el Master tiene elementos progres y es sin dudo uno de los mejores discos del metal en general. Pero el Ride, tiene esa fuerza cruda, despiadada, es la más pura esencia del thrash. 


3. Slayer – Season in the Abyss (1990)



Slayer es una banda que me abrió nuevos horizontes; esa furia devastadora es algo que recién descubría y por eso siempre será una de mis bandas favoritas. Este disco cierra definitivamente un ciclo. El Divine Intervention es un buen disco, pero va por otro lado y ya anticipa el declive de la banda. Hasta aquí llega la mejor etapa de Slayer, cinco discos grandiosos, sin duda lo mejor que hicieron a lo largo de su carrera; nadie niega el hecho que el Reign in Blood fue el disco más pesado de ese momento y tal vez sea el disco más pesado de los años ochenta, pero es algo trillado y como suele suceder en esos casos, me empalaga y por eso no lo escucho con tanta frecuencia. El Season in the Abyss muestra un sonido maduro, mejor logrado y mejor construido, por ello creo que es uno de los mejores discos de thrash. 

2 Sepultura – Beneath the Remains (1989)




Nuevamente coincido con el Machi, este disco lo escucho con mucha frecuencia, ya hice referencias varias veces a ello y creo que no tengo nada más que agregar. El Schizophrenia es brutalidad pura y el Arise sin duda lleva el sonido a otro nivel; por ello considero que es más un disco de transición. Con todo, Sepultura es la banda que cambió mi vida, me abrió las puertas del metal. 

1. Megadeth – Rust in Peace 



Coincidimos los tres, con el solo de Holy Wars Megadeth se posiciona de lejos como la mejor banda de thrash. Un disco fenomenal, el mejor line-up y lo mejor que nos ha dejado Megadeth.

martes, 23 de mayo de 2017

Top Thrash Metal esencial (Machi)

Continuando con los tops esenciales de thrash, yo comparto acá una lista que la hice lo más honesta posible, de ahí que solo tiene 13 discos... pasa que revisando bien mi discografía, mis otros discos favoritos de thrash son de las mismas bandas que ya componen esta lista, y como premisa pusimos no repetir bandas, por lo que estas son mis discos esenciales del thrash.

Género fundamental en la formación de la mayoría de los metaleros de nuestra generación, quien de nosotros en los noventas no se alineó con alguno de estos discos. En mi caso, además de los clásicos, el armado de esta lista confirmó mi gusto por el thrash no puro... sino por el que suma otros elementos a su música.

13. Exodus – Bonded by Blood (1985)


Disco debut de estos thrashers que también provenían de la famosa bay área de california. Thrash sin especulaciones, directo. Con el mítico Paul Baloff berreando, y la batería castigando sin parar.  Un disco que también se convertiría en pieza clave del género. 

12. Carnivore – Retaliation (1987)


Para Peter Steele, el humor siempre fue parte clave de su música, los maravillosos Type O Negative tuvieron el mejor humor del Peter y compañía, pero todo empezó con Carnivore y con un trepidante crossover/thrash de fondo. Un disco que descarga contra todo el mundo. Gran adición para cualquier discografía.  

11. Watchtower – Control and Resistance (1989)


Una banda, pero principalmente un disco poco valorados, que si bien no son thrash puro, creo que está entre lo mejor que se hizo con el thrash como base y con otros elementos incorporados, en este caso, progresivos. Un disco que de principio a fin demuestra una idea clara: de composición libre.

10. Coroner – Mental Vortex (1991)


Otra de las grandes bandas a las cuales les llegué más tarde, pero no por ello, poco profundo. Con solo escuchar este disco, y siendo otra banda de thrash no convencional, pero de las que marcan. Como bien decía el Dieguex, de discografía perfecta para este gran power trío suizo.

9. Vektor – Black Future (2009)


El disco de thrash más nuevo de mi top, un disco que con el tiempo solamente fue reafirmando su poder y capacidad de asombro; 4 músicos lo suficientemente virtuosos como para maravillar auténticamente sin dejar de ser una banda thrash. Un disco que se ganó su puesto entre lo mejor del género.

8. Slayer – Reign in Blood (1986)


Imposible armar un top de thrash que no tenga Slayer creo yo, un disco con un alcance brutal en toda la extensión de la palabra, donde cada uno de los elementos se alinea para el descargar la más sanguinaria lluvia. Con este disco, y los posteriores dos, esta banda hizo lo suficiente para ser parte de la esencia misma del thrash.


7.  Kreator – Extreme Agression (1989)


Mille Petroza y compañía, para 1989 y la salida de su agresión extrema, ya contaba con 3 tremendos discos anteriores y seguidos, que habían ido pavimentando el camino de la banda: “Endless Pain” del 85; el “Pleasure to Kill” del 86; y el “Terrible Certainty” del 87. Es pero para mí que con su cuarto trabajo, la banda se consolida y termina de afianzar por completo su sonido. Otro disco perfecto de principio a fin.   

6. Sepultura – Beneath the Remains (1989)


El cuarteto brasilero que también fue parte fundamental propia, para 1989 ya era una fuerza que iba consolidándose; luego del gran “Schizophrenia” (que el Dieguex ya nos lo incluyó), este “Beneath the Remains” todavía tiene ese thrash sudamericano que tanto ayudó Sepultura a robustecer y que de hecho hoy en día vuelve a ser recuperado por todo un movimiento principalmente europeo, antes de convertirse en la banda que fue, una de las más grandes de todas, pero donde ya el thrash per se fue dando paso al groove. Este sigue siendo hasta hoy en día uno de mis favoritos de la banda. 

5. Testament – The Gathering (1999)


Otro de los pilares del thrash, que si bien para los noventas su line-up cambió, para este disco contaba con su mejor versión: además del Chuck y el Erick (los dos de siempre), estaba Dave Lombardo a la batería, Steve Digiorgio en el bajo, y el gran James Murphy en la otra guitarra… wow de lo mejor que se ha visto junto en el género; y no defraudaron, sacaron el que para mí y muchos es su mejor disco.

4. Voivod – Dimension Hatross (1988)


Una de las bandas que escuché tarde, pero que cuando lo hice supe instantáneamente que se volvería personal… Banda única dentro del thrash, que si bien luego se convertirían en este particular y único ente, sus inicios thrasheros fueron de igual manera “avantgarde”. Una banda que siempre estuvo, y todavía está adelantada a su tiempo, a la vanguardia; y que pese a su tremenda influencia, increíblemente sigue siendo infravalorada. Son el motivo por el cual prefiero así el thrash.

3.  Anthrax – Among the Living (1987)


Otra de las bandas que en la juventud fue parte indispensable de mi formación como metalero. Su tercer disco y el más duro de su discografía, el que subiría el nivel del género de manera alta alta, con cada una de las canciones, siendo todas hits y convirtiéndose en grandes ejemplos de lo que es y significa este género. Propagando la enfermedad.

2.  Metallica – Master of Puppets (1986)


Le faltó nada para ser mi número uno, siempre lo dije y lo mantengo, para mí hay un antes y un después de Cliff Burton, pese a que el “…And Justice for All” me parece un discazo, el agregado del Cliff era único. En este sentido, el “Master of Puppets” es para mí no solo el punto más alto de la banda, sino uno de los picos del thrash metal en general. El disco donde cada uno de los cuatro jinetes se encontraba en plenitud, perfecto.

1. Megadeth – Rust in Peace (1990)


Sin lugar a duda lo mejor del género thrash metal, con el mejor line-up de la banda y con cada uno de ellos entregando lo mejor de sí. Aún recuerdo la primera vez que escuché Megadeth allá por el año 1994, gracias a un amigo que mientras se desprendía de discos metaleros… me regaló el “Peace Sells But Who’s Buying”, y de entrada quedé atónito, solo imaginando que a la larga Megadeth sería parte fundamental de mi identidad y este “Rust in Peace” como su pico más alto. 

domingo, 21 de mayo de 2017

Chris Cornell: se apagó la voz dolorosa


La introspección es un precipicio en la oscuridad. De vez en cuando el precipicio toma a algún caminante de los tobillos y lo engulle sin advertencia ni explicaciones. Chris Cornell caminó en la oscuridad, se bajó del escenario y, en un momento de soledad, se entregó al precipicio. Nos dejó la áspera, melodiosa y dolorosa cadencia de su voz, que ahora invade los oídos de sus millones de admiradores ahogados en la pena y la desconcertación. 

Quienes amamos la música de Chris no podemos evitar escucharlo con la mano puesta en el control del volumen, porque sabemos que cada segmento de sus canciones merecen intensidades distintas. Su música tiene ritmos y patrones volcánicos. Primero, los versos murmurantes, casi inaudibles… como el burbujeo de la lava debajo de una delgada capa de tierra. La voz de Chris transita tibia en escalas casi inofensivas, siempre con la mirada hacia adentro explorando el ingreso al cráter. 

Después, ocurre un temblor. Sube el volumen. Un cambio de melodía o de armonía. Chris empieza a abrir la herida. La desgarra lentamente y a veces, se apoya en una pausa de silencio para agudizar el golpe. Su voz se quiebra y todo empieza a nublarse. Su boca deja salir el dolor. La tierra no deja de temblar, y en la cúspide del cráter, la silueta de ese hombre delgado, poseído, que lleva dentro de sí el peso entero del mundo, abre sus pulmones para dejar escapar una erupción incontenible y profunda. A veces, sólo por unos breves segundos para devolvernos otra vez al pulso de un inquietante silencio. 

Limitar su legado al grunge sería una enorme injusticia. Sin duda Cornell dejó su estampa en ese género intenso, efímero y suicida. Avanzó por su carrera en el limbo de los inclasificados, los inclasificables, aquellos que hacen huir a cualquier categorización. Inestable, su carrera, como lo fueron también sus composiciones. 

Soundgarden fue el proyecto que le dio visibilidad. Junto a Alice in Chains ambas bandas lograron alejarse de la locura punk desenfrenada de Nirvana, para disminuir el tempo, profundizar las melodías y refinar las letras en una época donde los jóvenes vivían en un errante contacto con sus dolores e inseguridades. En la parte técnica esto implicó un trabajo mucho más sofisticado en el manejo de las líneas vocales, combinándola con la potencia de la potencia vocal heredada de los grandes vocalistas de la década de los 70 (Morrison, Plant, Gillan, entre otros), pero con la melancolía y espíritu reflexivo del folk.

Temple of The Dog, uno de los side-projects más conocidos es repertorio obligado de los amantes de la turbulenta transición cultural de fines 80’s, principio 90’s y son un exponente claro del existencialismo musical que definiría la música del resto de la década. Su colaboración con Eddie Vedder en "Hunger Strike" será un perdurable himno de los más grandes duetos de la historia del rock. 

Audioslave, una de las bandas más sorpresivas apareció en el ocaso de la década de los 90. Combinó la innovación musical del metal hardcore de Morello, con la herencia introspectiva de Cornell, quien ya había realizado para entonces varios proyectos solistas. La combinación fue una visita proximal a la perfección. Los ex-integrantes de Rage Against the Machine dejaron su esencia instrumental prácticamente intacta, al punto que en algunas canciones uno puede casi esperar el ingreso del rapeo agudo y desafiante de Zach de la Rocha. Pero no, ese ya era territorio de Cornell. Los punteos de Morello y los murmuros de Cornell ya habían sellado una unión indisoluble, un sello indeleble, como la voz de Mercury y la guitarra de Brian May

Sin duda la guitarra acústica fue la mejor compañera de la dolorosa voz de Cornell. El rasgueo de las cuerdas en una caja de madera en perfecta armonía con la aspereza de sus cuerdas vocales. Ambas en sociedad, capaces de estremecer e interrumpir el tránsito de las nubes. Con la guitarra acústica, él reinterpretó canciones de otros artistas, opacando la calidad y profundidad de sus versiones originales. Si no fuera por él, posiblemente no hubiese prestado atención a la perturbadora letra de "Billie Jean", un tema de angustia y tristeza atrapado en la producción estilizada bailable del pop ochentero, sin desmerecer el genio de Michael Jackson. Lo propio hizo con el cover “I Will Always Love You” de Dolly Parton inmortalizado por Whitney Houston. Él y su guitarra no mostraron reserva tampoco al ingresar en territorio de grandes como los Beatles, Led Zeppelin, Metallica, U2 y otros.

Cornell fue un vocalista inconfundiblemente poderoso, un poeta perturbado, un compositor audaz e imponente, todos ellos metidos y amalgamados en la carcaza de un hombre tímido, simple e introvertido. Su voz dolorosa se apagó sin gritar. El legado artístico de Chris Cornell se queda acá, y con él la oportunidad de hacer de este duelo una oportunidad para abrir heridas, y, siguiendo la ruta de su canto, hacer que la música nos devuelva aquello que la vida nos quitó.

Escrito por Enrique MacLean



jueves, 18 de mayo de 2017

Discos esenciales de Thrash Metal (Dieguex)

Con este post, abrimos una serie de tops en los que presentaremos nuestras listas de discos esenciales de Thrash metal.

Hacer este Top, ha sido una experiencia reconfortante. Primero por el hecho de tener que escarbar en mis recuerdos. Los discos que aquí presento, son prácticamente mis orígenes, discos con los que empecé esta larga travesía. Discos que han ido moldeando mi identidad, discos a los que les debo mucho. Algunos de estos discos, me acompañan siempre y son frecuentes en mi playlist, a otros los desenterré después de mucho, y en buena hora, porque son parte también de ese entrañable pasado.  

Hacer la lista, no ha sido fácil y mucho menos tener que asignarles un orden en esta lista. Al final, creo que ha sido el afecto y la pasión, quienes han puesto a cada disco en su lugar. Esta ha sido una experiencia emotiva, la de volver a encontrarme con mis raíces, con mis inicios. Un encuentro o una consolidación, con estos discos que han sido parte de mi adolecencia y al final, de mi vida; ya que casi después de casi 20 años siguen aquí, como un testimonio del tiempo y como un testimonio de una época gloriosa, la cual añoro con cierta alegría y también melancolía.
Sin más, aquí le dejo mi lista…

15. Annihilator - Alice in hell (1989)


A principios de los noventa, recién entraba el cable en La Paz. Era la primera vez que teníamos acceso a canales como MuchMusic, y pillar el Power30 fue toda una revelación. Fue precisamente en este programa en el que vi por primera vez el video de la Alison Hell. Y este video, abrió mis oídos a nuevos sonidos. Me enamoré de la velocidad, de la elegancia, de la técnica y de la pasión del Jeff Waters. Oriundo de Ottawa, Waters siempre fue el amo y señor de su banda, y sus obsesiones con el alcohol y las drogas, fueron una constante y el factor que determino tantos cambios en la alineación de la banda. Sin embargo, la alineación de este disco, es la clásica. Waters además de ser un prodigio de la guitarra por naturaleza, fue uno de los primeros guitarristas de escuela, lo cual se refleja en cada una de sus composiciones. Y este disco, obviamente no es la excepción, es una muestra de thrash speed técnico a más no poder. Uno de los mejores discos de metal surgidos desde tierras canadienses.

14. Sodom - Agent Orange (1989)


Para mi este sigue siendo hasta ahora el mejor disco de esta banda alemana. Liderados por Tom “Angelripper”, venían de lanzar el disco en vivo “Mortal way of life” (1988), por lo que tenía la presión de presentar algo nuevo. El resultado fue este, uno de los discos más brutales del thrash metal alemán. El tema principal, basado en el temible “Agente Naranja”, una de las principales armas químicas usadas por los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, es uno de los mejores temas de la banda, y desde luego, un clásico del thrash metal en general. Este disco tiene una peculiaridad, la incorporación de un nuevo guitarrista, Frank “Blackfire” Gosdzik, quien fue el responsable de darle una mayor técnica y profundidad a la banda. Los riffs que se despliegan en este disco son brutales, y vienen precisamente de la mano de Blackfire. El disco que confirma la importancia de Sodom dentro de la “Trinidad teutona”.

13. Nuclear Assault - Game over (1986)


Expulsado de Anthrax, el bajista Dany Lilker empieza con esta su nueva banda, que contaba entre otras cosas con John Connelly como guitarrista y vocalista, quien precisamente había sido el primer vocalista de Anthrax.  Completaban el cuarteto Glenn Evans y el violero Anthony Bramante. Fieles al estilo neoyorquino, este primer disco de la banda, es un thrash metal super duro, pero introduce varios elementos punkeros y del hardcore que enmarcan al disco dentro del thrash-crossover. Una de las cosas que más me gustan de este disco es la voz del Connelly, que tiene un registro muy peculiar y es precisamente lo que le da a Nuclear su sello característico. Pero no se engañen, este es un disco de thrash metal de altísimo nivel. Una joya del thrash metal de los 80.

12. Coroner - No more color (1989)


Contemporáneos de Kreator, Destruction y Sodom, esta banda para mí, es el mayor exponente del thrash metal suizo. Con una discografía casi perfecta, creo que este disco es el que resume lo que verdaderamente es Coroner. Un disco duro, intenso técnico y por momentos hasta progresivo. Los tríos siempre tienen una magia y un poder especial, y esta no es la excepción. Marquis Marky siempre fue un baterista excepcional y además el letrista de la banda; Ron Royce era un bajista de primera, la conexión, el punto de convergencia y articulación, además un vocalista alucinante; y Tomy “Baron” Vetterli, el virtuoso, el genio de la guitarra, el clásico, el progresivo, el estudioso. Una combinación increíble. Un disco que, sin lugar a dudas, es una obra maestra y un clásico no solamente dentro del thrash metal, sino dentro del metal en general.

11. Believer - Dimensions (1993)


A mí siempre me gustaron los discos con aires vanguardistas. Y para mí, esta es la gran excepción dentro del thrash metal, es un disco tan evolucionado y vanguardista para su época, que da elementos suficientes para ponerlo a la altura del Focus de Cynic, Elements de Atheist o del Individual de Death. Y es que este es uno de mis discos favoritos de los noventa. Es un disco raro, eso no lo puedo negar. Para esa época, muchos de los fans de la banda quedaron un poco perturbados con el resultado final del disco. Tampoco podemos dejar pasar por alto, que esta banda siempre se declaró abiertamente cristiana, con un mensaje directo que iba en esa línea; sin embargo, en este disco las letras cambian sustantivamente, plantea un nuevo debate, toda una discusión científica y filosófica sobre la existencia de dios. Es el resultado de una mezcla extraña, por momentos, es un thrash sumamente pesado y agresivo, por momentos es sincopado y hasta progresivo. Lo que más resalta en este disco, es la parte final, la “Trilogía del conocimiento”, un viaje rarisimo, que incluye violines e incluso una parte lírica con voces femeninas. Hoy en día escuchamos muchas bandas de este estilo, pero yo creo que Believer fueron los precursores en este tipo estilo. Es básicamente algo así como, una “opera thrash” 

10. Forbidden - Twisted into form (1990)


Los “Kings of the Hill”, la mejor banda de la segunda ola de la Bay Area juntamente con Testament. Forbidden desde siempre fue una de las bandas más técnicas del thrash gringo. Una de las primeras bandas en ser considerada como banda de virtuosos y estudiosos, una de las primeras bandas con guitarristas de escuela. Y este disco, es precisamente eso, una muestra de thrash metal duro e intenso, técnico y muy bien elaborado. A este disco no le sobra ni le falta nada, es impecable, desde la voz del Russel Anderson, las violas de Locicero y Calvert, el bajo siempre preciso de Camacho y claro, la bestialidad de la bata de Paul Bostaph (no por nada después de este disco partió a Slayer a cubrir la plaza de Lombardo). Uno de los clásicos del thrash metal de todos los tiempos.

9. Sacred Reich - Surf Nicaragua (EP) (1988)


Este es un disco que me marco desde la primera vez que lo escuche. Procedentes de Phoenix, Arizona, este cuarteto siempre se caracterizaron un hacer un thrash metal cañero, pero con un alto contenido social y político. Temas como el “sueño americano”, la igualdad racial, o el problema armamentista, siempre estuvieron presentes en sus discos. En esta ocasión, la canción homónima principal, era toda una crítica y además una sátira a la ocupación armada a Nicaragua, representada por una generación de jóvenes estadounidenses que creían estar jugando su propia versión de GI.Joe

8. Destruction - Live without sense (1989)


Creo que este es uno de los mejores discos en vivo de thrash metal. Mucho después vinieron los en vivo de Slayer y Metallica, pero este es uno de los discos que cierra con broche de oro toda una década del thrash alemán. El disco es una selección de los mejores temas de la banda, todos los clásicos están plasmados en esta maqueta, desde la inicial Curse of gods, pasando por la Mad butcher, la Release from agony o la Life without sense para terminar con la Bestial invasion. Destruction siempre fue una banda pesada y técnica. Una de las tres bandas que forman parte de la “Trinidad teutona”. Y en este disco, podemos escuchar y entender perfectamente el porqué.

7. Sepultura - Schizophrenia (1987)


Con toda seguridad, este es uno de los primeros discos de thrash que escuche en mi vida, muchísimo antes de haber escuchado Metallica. Y es que en esa época no tenía ni idea de que era este tipo de música, pero sabía que era la cosa más dura y pesada que había escuchado hasta ese momento. Y creo que no por nada, este disco se convirtió con los años en mi disco favorito de Sepultura, y lo sigue siendo hasta ahora. Después de escucharlo y escucharlo, creo que es el disco más thrasher de la banda, especialmente por los riffs. Y realmente, este es una maravilla de disco, temas clásicos como la Escape to the void, Inquisition Symphony, Scream behind the shadows o la nueva versión de la Troops of Doom, una canción que, además, definió a toda una generación (en los noventa, ¿que banda que estaba empezando no tocó este cover?). Sepultura fue y de lejos, la mejor banda del Brasil, e indiscutiblemente, la mejor banda que salió de Sud América. Y fue precisamente, este disco con el que iniciaron su ascenso a la fama.

6. Overkill - I hear black (1993)


Posiblemente, este es el disco atípico en la discografía de esta banda neoyorquina. De hecho y estéticamente hablando, es la única portada que no utiliza para nada el color verde, tan característico en todas las portadas de la banda. Esto ya nos sugiere algo. Musicalmente, es un excelente disco de thrash metal, el sonido de la banda encarando una nueva década. En muchos sentidos, mantiene la esencia de la banda pero, por otro lado, es el único en el que Ellsworth y D.D. Verni, se arriesgan a incursionar por otros rumbos, en cierta forma es un disco muy experimental e innovador. Este es un disco emotivo y muy personal, y refleja una de las facetas más duras y oscuras de Bobby “Blitz” Ellsworth. Sin ninguna discusión uno de los mejores discos en la amplia discografía de Overkill.

5. Slayer - South of heaven (1988)


Slayer es una de las bandas más importantes, no solamente dentro del thrash, sino también dentro del metal en general. Su discografía de los ochenta es casi perfecta y va de menos a más, con cada disco la banda iba evolucionando y rompiendo barreras. Era la época en la que aún existía compañerismo y aún no había egos, eran todavía una banda. Por esta razón, fue muy dificil elegir el disco más representativo de esta banda, al final me gano la nostalgia. Este es un disco con el que alucino de principio a fin, como lo hacía hace 20 años. Los riffs son increíbles, melódicos pero pesados a la vez, Hanneman y King en su mejor versión, la batería impecable de Lombardo y Araya cantando particularmente bien, incluso muy bien diría yo. Un disco de clásicos, la South of heaven, Mandatory suicide, Behind the crooked cross o el genial cover de Judas, la Dissident agressor. Un disco para la posteridad!!!.

4. Sadus – Chemical exposure (1988)


We need DTP, death to possers is what I mean”. Estoy seguro que este debe ser uno de los discos más radicales, violentos y veloces de los ochenta. Procedentes de Antioquía, California, este cuarteto fue uno de los pioneros al llevar al thrash metal a un siguiente nivel. Primero por la bestialidad de la forma de cantar del Travis, con un dejo chillón y visceral muy propio; segundo por la velocidad de las violas de Darren Travis y Rob Moore, que prácticamente sentaron las bases del speed metal. La batería siempre fue una ametralladora, y es que John Allen era un tipo intenso cuando se trataba de pegarle a los parches. Sin embargo, el sello principal de la banda y lo que sin duda la coloca a un nivel privilegiado respecto a sus contemporáneos, es precisamente el bajo alucinado de Steve DiGiorgio. Una verdadera bestialidad, uno de los bajistas más veloces del metal en general; además intenso y sumamente técnico, en resumen, un prodigio. Dudo que de su generación exista un mejor bajista de thrash, salvo Cliff Burton. No por nada DiGiorgio participo junto con Chuck en los mejores discos de Death. Clásicos como la Certain death, Torture, Undead, Sadus Attack o la Hands of fate. Una joya y además, uno de los discos fundacionales en el metal

3. Kreator - Coma of souls (1990)


Una de mis bandas de la vida. Mille Petrozza, el líder indiscutible de la banda, siempre se ha caracterizado por haber sido un innovador, y a lo largo de la discografía de esta banda, podemos ver que la banda ha pasado por muchos cambios y por muchos estilos, pero en el fondo siempre teniendo al thrash metal como base. Muchos de los críticos o seguidores de la banda, consideran a este disco como una continuación del "Extreme agression" (1989), para muchos además su mejor disco. Puede que sea así, pero creo que este disco, aunque si bien tiene mucho del Extreme, va mucho más allá. El sonido y la producción son mucho más refinados, es más técnico y mucho más melódico. No es tan veloz como el Extreme, pero sus riffs son mucho más sólidos y potentes. Otra particularidad de este disco, es que al trio de siempre, Petrozza, Reil y Fioretti, se suma un segundo violero, nada más y nada menos que Frank Blackfire. Para mí, la banda más importante de la “Trinidad teutona”. El Renewal es un disco que me alucina, pero sé que ya es otra cosa; sin embargo para mí, este es el mejor disco de Kreator de toda la vida.

2. Metallica - Ride the lightning (1984)


La discusión de lo que era y lo que fue Metallica, siempre va a ser un tema que generará polémica. Después de tantos años, yo sigo convencido de que este es el mejor disco de la banda, también el más puro; y además siempre he creído que este es un disco fundacional, no solamente en el sonido de Metallica, sino también un referente para toda una generación de bandas que estaban emergiendo en la Bay Area junto con Metallica. Era un disco, que empezaba a cimentar y consolidar las bases del thrash metal como estilo, con una identidad propia. En este disco, hay verdaderos himnos como la Ride the lightning, For whom the bell tolls, Fade to black, Creeping death o la The call of Ktulu. Una maravilla de disco, con cada uno de los miembros haciendo un trabajo fantástico, pero como siempre es Cliff Burton quien deja su sello para la posteridad en la For whom…,  Y otro detalle no menos importante, las dos últimas canciones de Metallica, que iban con la firma del Dave Mustaine.
1.    Megadeth - Rust in peace (1990)


Una genialidad de disco. Más allá de gustos, sin ninguna discusión este es el mejor disco de Megadeth y además uno de los mejores discos de la historia del metal. Para este disco Mustaine estrenaba nuevo line-up, junto a su compañero de la vida Dave Ellefson, se sumaban Marty Friedman como violero y Mick Menza como batero. Este resulto ser el line-up clásico de Mega, la mejor alineación, la que después de tantos años todos esperábamos que volviera a juntarse. Y es que este disco es mágico, tiene una vibra increíble, es agresivo, técnico, melódico, emotivo. Clásicos de la vida como la Holy wars, Hangar 18, Take no prisoners, Five magics, Tornado of souls, Down patrol o la misma Rust in Peace...Polaris. Un disco impecable de principio a fin. Un punto alto en la carrera del Dave Mustaine. Como fans siempre estaremos agradecidos por esta joya de disco!!!!