La debacle púrpura, dejó un vacío incómodo y un mal sabor de boca, la gira con Bolin fue realmente desastrosa. Purple quedó como un recuerdo, un mito y una nueva generación de músicos estaban llenado ese vacío. No deja de ser raro, que todas las ramificaciones púrpuras comiencen a hacer música muy extraña, comenzando con The Butterfly Ball and the Grasshopper's Feast (1974), primer disco de Roger Glover, que reúne a gran parte de la familia púrpura y a los músicos destacados de la escena: Coverdale, Hughes, Dio, Tony Ashton (que ya había trabajado con Jon Lord y luego tendrán un banda juntos), Ray Fenwick (futuro guitarrista de Gillan), Les Binks (futuro baterista de Judas Priest), Eddie Hardin, Barry St. John (corista de Pink Floyd durante la gira del Dark Side), entre otros. Con tanto talento reunido, uno espera que el disco sea una de las joyas perdidas de los 70, y no es malo, pero es sumamente raro y me frustra no poderlo definir de otra manera. Los vientos, las cuerdas, los sintetizadores, para mí era demasiado y tardé un tiempo en asimilarlo. Lo insólito del asunto, es que todos los Purple ingresaron por esa misma vía, incluyendo al buen Tommy Bolin, en ese funk/blues/jazz.
Child in Time (1976), primer disco de Gillan, tiene un sonido bastante similar. De hecho, el vocalista volvió a los escenarios, para la presentación en vivo del disco de Glover, pues Blackmore le prohibió a Dio relacionarse con el bajista. La ovación que recibe Gillan lo impulsa a formar una banda, medio funk, medio jazz, que hasta el día de hoy me deja bastante perplejo, porque simple y llanamente no la entiendo. Le sigue el Malice in Wonderland (1977), primer y único disco de Paice Ashton Lord, con la participación de Bernie Marsden (futuro guitarrista de Whitesnake), y sigue teniendo ese sonido raro, medio retro, swing/blues/funky. Hasta el primer disco de Rainbow (1975), tiene algo de funk/blues, pues sus raíces están en el Stormbringer de Deep Purple, aunque la banda del guitarrista es la única que mantiene un sonido crudo, ese primer disco tiene mucho del sonido que después forjará Whitesnake, y eso se debe, a que en los hechos es el último disco de Elf; el Rising ya tiene otro sonido. El otro disco que se inserta en esta excéntrica etapa musical, es el Play Me Out (1977) de Glenn Hughes y no deja de ser sorprendente que todas estas ramificaciones tengan el mismo sonido, muy alejado del Purple clásico. Muestra bien que el motor de la banda, siempre fue Blackmore.
En 1977, David Coverdale con la ayuda de Mickey Moody y Roger Glover en la consola, graba su primer disco como solista, White Snake. Y tiene el mismo sonido ya descrito, hasta incorpora elementos disco. Le sigue el Northwinds y al culminar esa gira, se incorpora Bernie Marsden. En agradecimiento, a la contribución de los dos guitarristas, Coverdale decide fundar una banda. Neil Murray, que después hará carrera con Gary Moore e incluso con Black Sabbath, se queda con el bajo y con el olvidado Dave Bowle en la batería, consolidan la sección rítmica. Al poco tiempo se incorpora Jon Lord, aunque su lugar en la banda nunca fue relevante. Con ello, la Serpiente reclamó un espacio en la escena europea y fue uno de los grupos más exitosos de ese momento. En 1979 se incorpora el gran Ian Paice, siendo esa la formación clásica. Pero la banda no tiene ninguna semejanza con Purple; Paice fue muy claro al respecto, todas las decisiones las tomaba Coverdale, y no siempre eran las más acertadas. Incluso, para ser un súper grupo el resultado es algo decepcionante. Esa primera etapa fue muy creativa y sacaron muy buenos discos, pero ninguno es excepcional; Whitesnake era una banda de segundo rango, como todas las ramificaciones púrpuras.
En 1981 comenzaron las primeras tensiones, pese a que la banda acumulaba discos de oro y éxitos radiales, el nivel de vida no mejoraba; los músicos estaban cansados de recibir una paga miserable por todo el esfuerzo que realizaban. Coverdale reorganizó a la banda, despidió al manager y asumió él mismo todo el peso del negocio; los demás, desilusionados, tomaron rumbos diferentes. Coverdale le suplicó a Lord y Moody quedarse, y ambos lo hicieron. Cozy Powell tomó la batería, Colin Hodgkinson el bajo y Mel Galley la guitarra (quien fue compañero de Hughes en
Trapeze). Esa formación lideró el Monster of Rock del 83, tenían un sonido mucho más potente en vivo, ahí se produce un primer viraje hacia el metal; la batería de Powell hace toda la diferencia. Pero los problemas de dinero seguían ahí; para solucionar ese percance sólo había una salida: tenían que ingresar al mercado estadounidense a como dé lugar. Coverdale cedió ante la presión, cambió su actitud y su visión de la banda. En esa nueva ecuación Moody salía sobrado; Coverdale le dio la espalda un amigo, a quien lo acompañó en los momentos más difíciles de su carrera. Al final del día, los negocios son más importantes y la amistad un simple malentendido. John Sykes, lucía con un rock star y podía llevar a la Serpiente al siguiente nivel. El cambio se impuso por sí solo.
Seguía la rotación de personal, Murray volvió, Galley se fue y en abril de 1984, Jon Lord reasumió sus funciones como tecladista de Deep Purple. Pese a todo el Slide It In (1984) fue un éxito en los Estados Unidos de América. La versión U.S. tiene un sonido comercial y dos mega éxitos: Slow an’ Easy y Love ain’t no Stranger, que ya anticipan todo lo que vendrá. Reducidos a un cuarteto, con mejores pintas y cabelleras despampanantes, Whitesnake se lanzó a la conquista de América. Un hit más en el repertorio no cambia la situación de fondo, el dinero seguía saliendo y nadie sabía en dónde se quedaba. Powell comenzó a cansarse y Coverdale, estuvo a punto de ponerle un fin a la banda, tal como pasó el 81. La casa disquera, que vio potencial en Coverdale y Sykes, movió todas sus influencias para poner en pie un proyecto. Murray se quedó y Aynsley Dunbar entró como baterista. El 85, ya tenían una maqueta casi terminada, pero tuvieron que enfrentar la sinusitis de David Coverdale; habiendo perdido su habilidad de cantar, la producción del disco se pospuso de manera indefinida. Fue el periodo más duro para el vocalista, entró en un lento proceso de recuperación, pero estaba decidido a terminar el disco; lo tenía que hacer por convicción personal, tenía que demostrarle al mundo que podía llegar más lejos que Deep Purple, que era un mejor frontman y mejor vocalista que Gillan.
Entre tanto Sykes, perdió la paciencia y propuso traer a otro vocalista; se produjo un enfrentamiento y quedó muy claro que Whitesnake es propiedad exclusiva de Coverdale. 1987, el lanzamiento del disco epónimo, con una nueva imagen y cabalgando de pleno en terreno glam, fue uno de los discos más exitosos de la década. Siempre tendrá eso en mente, Deep Purple es una banda icónica, la Serpiente tuvo su momento, pero rebasó en ventas a cualquiera de las ramificaciones púrpuras. Éxito comercial sin duda, y también fue aclamado por la crítica. En lo personal, creo que es demasiado ochentero y la voz de Coverdale suena diferente; después de su enfermedad y de una cirugía en las cuerdas vocales, es admirable que pueda seguir cantando. Pero nunca pudo recuperarse del todo, aunque el cambio no es tan dramático como en el caso de Gillan, la voz de Coverdale suena mal cuando trata de alcanzar agudos y en sus tonos bajos suenan desgarrados. Adoro como Coverdale canta, pero después del 87, el vocalista lo da todo y lo triste es que no siempre suena bien; las versiones en vivo, presentes en esta edición, dan testimonio de ello. El disco es una bestialidad y un hito en el metal. Es el Whitesnake que todos recordamos, super pesado, aunque popero, con un David Coverdale rejuvenecido y convertido en un símbolo sexual. Irónico, tomando en cuenta que el 73, los Purple dudaron en contratarlo porque era un tipo muy feo.
Lo que siempre me ha sorprendido de este disco, es lo fuerte que suena; y esta nueva versión, que Coverdale supervisó en persona, tiene cositas muy interesantes. Versiones en vivo, ya era tiempo de tener un documento de esa gira, versiones “evolution”, varios demos enlazados entre sí, muestran bien el proceso creativo, y remixes. Es una bonita edición, aunque ya son muchas las ediciones que tiene este disco, reeditado hasta el cansancio, pero creo que esta es la versión definitiva, la que vale la pena tener.
El disco abre con Still of the Night, durante mucho tiempo escuché esa idea que Coverdale era un imitador de Plant, me parecía absurdo pues el registro vocal de ambos es muy diferente; pero esta canción lo confirma, tiene un sonido muy Zeppelin y Coverdale sostiene las notas agudas, aunque ese nunca fue su fuerte. Es una de las canciones que más me gusta, construida sobre un demo de Ritchie Blackmore, Coverdale hace un gran trabajo vocal, aunque fuerza mucho su voz; con todo, creo que es el punto más alto del disco.
Give Me All Your Love, es una cuasi balada, muy al estilo Coverdale; aquí los teclados resaltan y le dan ese toque glam. La versión evolution, es mucho más interesante y muestra bien que comienza como una canción bluesera que fue mutando hasta convertirse en un hit radiofónico. La producción de Keith Olsen es lo que cambia todo y es realmente la pieza crucial que explica el éxito del disco. La versión remix, conserva los arreglos de Mike Stone y la idea original detrás del disco, los teclados son más discretos y tienen un sonido muy similar al Slide in It y al Whitesnake clásico.
Bad Boys es otro hit, pop metal en toda su gloria; creo que en vivo suena mucho mejor y la versión del Live … In the Shadow of the Blues me parece gloriosa. Aquí es pues muy al estilo Bon Jovi y eso me incomoda. La versión evolution, muestra bien que Whitesnake es ante todo una banda de blues, pero el 87 Coverdale perdió el control de la banda y el resultado es muy diferente de lo que alguna vez avizoró. La Serpiente se convirtió en un coloso, demasiado ochentero para los noventas y perdió relevancia. Cumplió con su objetivo, pero el precio pagado fue perder su identidad. Por cierto, no hay versión remix.
Is This Love? fue el mega hit del disco y es una canción que detesto y sólo la escucho en sus versiones en vivo. No es mala, es demasiado trillada y me empalaga. Las otras versiones no agregan nada, en el remix, la guitarra está más presente y suena un poco mejor; es todo.
Here I Go Again, es una canción de Marsden grabada originalmente para el Saints & Sinners (1982), en ese momento fue un éxito modesto en Europa, en su versión Power Ballad fue un mega hit planetario, ambas versiones se parecen, solo hay una pequeña variante en la letra. Esto le valió a Bernie Marsden gran parte de su fortuna, y puso en marcha su propia exégesis de la Serpiente, con Jørn Lande como vocalista que después tendrá una carrera brillante como solista.
Después vienen las canciones de relleno, nada relevantes por cierto; con esos sus teclados que nunca me gustaron, con esos solos ultra técnicos, aunque genéricos en el fondo. Es un gran momento para la Serpiente, aunque es un momento casi denigrante para el metal, el glam en todo su apogeo. Parece un disco de Michael Jackson, diseñando para producir éxitos. No tiene nada de malo, pero el éxito es pasajero. La versión evolution de Looking for Love, suena bastante bien. Eso confirma un punto, las canciones son excelentes, pero eso es lo de menos; necesitas producción y las pintas apropiadas si es que quieres triunfar en la industria musical. Hoy en día la industria está en crisis, pero le da mayor libertad a los artistas, tienen la posibilidad de definir un sonido y de vestirse como bien les dé la gana. Viendo, fotos de ese periodo es difícil saber si es Whitesnake, Poison, Dokken o Ratt, se ven bastante similares y suenan a lo mismo.
Crying in the Rain, si es una de mis canciones favoritas y esta versión es bestial. Grabada originalmente para el Saints & Sinners, pasó desapercibida en su momento. Aquí su trasfondo blues se pierde casi por completo, pero el trabajo de la banda es colosal. Sykes le mete un solo memorable, el mejor de todo el disco.
Don't Turn Away cierra el disco, con ese sonido super pegajoso. No puedo decir que es malo, pero no me gusta el sonido que tiene, los remixes funcionan mejor. Después de esto la banda sacaría un disco más antes de desaparecer casi por completo hasta los 2000. Coverdale se convirtió en el rock star que siempre soñó, solo para darse cuenta que ese no era su lugar. La Serpiente se salió de control y es su legado, siempre será recordado por estas canciones, aunque el Whitesnake clásico es más relevante a nivel musical. Y sin embargo, algo que todos deploramos es que nunca se produjo esa esperada reunión con la formación clásica, y hubo un par de oportunidades, ya habrá tiempo de comentar sobre el asunto. Coverdale está consciente de sus errores, pero su orgullo es más grande.
El DVD, tiene sus cositas interesantes; lo más relevante es el material en vivo, lo demás es prescindible.